TRIBUNA de Chris Bullock cogestor de los fondos Henderson Euro High Yield Bond, Henderson Euro Corporate Bond y Henderson Global High Yield Bond.
El desapalancamiento financiero ha sido la tónica dominante durante el periodo posterior a la crisis financiera. Pero, ¿es posible que este periodo de recortes esté llegando a su fin? Uno de los gráficos más duros de los últimos años ha sido el que mostraba las emisiones de bonos netas realizadas en los distintos sectores del panorama europeo de los bonos corporativos con calificación Investment Grade. Tal y como ilustra el siguiente gráfico, mientras las compañías de suministros públicos y los grupos industriales han experimentado cierta recuperación en los últimos dos años, el sector financiero ha seguido pagando sus deudas al tiempo que reducía el tamaño de sus balances.
Emisiones netas de bonos corporativos en euros (bonos nuevos menos reembolsos; en miles de millones de euros)
No obstante, tras cuatro años consecutivos de reembolsos netos, 2014 podría ser el primer año en el que la oferta neta de bonos con calificación Investment Grade emitidos por entidades financieras pase a ser de signo positivo. Aunque podría decirse que una oferta neta negativa genera valor asociado a la escasez para los actuales bonos de las entidades financieras y podría impulsar los precios, una expansión de la demanda no sería algo negativo.
En primer lugar, una emisión neta positiva se traduciría en una mayor variedad de elección, en un momento en el que existe una gran demanda de bonos Investment Grade de entidades financieras tras tantos años de contracción. En segundo lugar, las emisiones netas realizadas por los bancos también son una señal de relajación de las condiciones crediticias: incluso si el objetivo de la deuda emitida se reduce a cumplir con los estrictos ratios de capital en lugar de aumentar la concesión de préstamos, se trata de una mejora con respecto a años anteriores en los que las entidades bancarias preferían reducir sus balances directamente y contraer los préstamos. Si las condiciones crediticias se flexibilizan, poco a poco esto debería filtrarse a toda la economía y podría autorreforzarse a medida que aumenten los beneficios del sector privado y los bancos se encuentren más cómodos concediendo préstamos a las empresas.
Esto se refleja en la encuesta sobre préstamos bancarios en la zona del euro publicada en abril por el BCE, que revelaba que los requisitos de concesión de créditos en esta región se suavizaron durante el primer trimestre de 2014, con respecto al trimestre anterior. Esto significa que los bancos estaban más preparados para prestar dinero a empresas y hogares. Y, lo que es más, también se registró un fuerte aumento en la demanda de préstamos por parte de estos últimos.
Por lo tanto, resulta irónico que se esté presionando al BCE para que acometa nuevas medidas de relajación monetaria en un momento en el que los bancos parecen estar más dispuestos a conceder préstamos.