El gráfico de la semana: ¿Es la desinversión de la curva de tipos en EE.UU. el inicio de la volatilidad?

Mikel Ochagavia
Firma: Cedida (Acacia Inversión)

El gráfico de esta semana lo comenta Mikel Ochagavia, Director de Estrategia y Responsable de Fondos en Acacia Inversión SGIIC.

La curva de tipos en EE.UU. es una representación gráfica que muestra la relación entre los tipos de interés de los bonos del Tesoro de diferentes vencimientos (plazos), desde los plazos más cortos (como tres meses) hasta los más largos (como treinta años). Sirve como base para la valoración y fijación del precio de los bonos proporcionando información sobre la evolución esperada de los tipos de interés. También incorpora las primas de compensación por el riesgo asociado a los movimientos futuros de estos tipos y a la posibilidad de un impago soberano.

La pendiente de la curva de tipos es el resultado de la diferencia entre los tipos de interés a corto y largo plazo. La misma tiene mucha importancia a efectos de las expectativas económicas. En tiempos normales, la curva de tipos tendrá pendiente positiva, reflejando que los rendimientos de los bonos tienden a aumentar con el plazo; se compensa así el hecho de que, al tener una vida más larga, los bonos con plazos más largos conllevan un mayor riesgo de variaciones en valor a lo largo del tiempo, y ese mayor riesgo futuro suele ser recompensado con un mayor rendimiento. Ello refleja así la buena situación económica en términos de crecimiento e inflación.

Sin embargo, cuando los rendimientos a corto plazo superan a los de largo plazo, se genera lo que se conoce como una curva de rendimientos invertida, lo que suele considerarse una señal de alerta para la economía. Una inversión de la curva en los plazos del 2 y 10 años es una señal tradicional de una recesión inminente. Los bonos a corto plazo ofrecen mayores rendimientos que los de vencimientos más largos porque los inversores esperan que los tipos de interés se mantengan altos a corto plazo, ya que la Reserva Federal lucha contra la inflación, mientras que los rendimientos a largo plazo son más bajos debido a las expectativas de que la Reserva Federal reducirá los tipos de interés para estimular una economía debilitada. Además, una curva de tipos invertida es generalmente negativa para la actividad económica y los mercados financieros, ya que los rendimientos más altos a corto plazo elevan el coste de los préstamos para consumidores y empresas, mientras que una menor compensación por los préstamos a largo plazo desalienta la toma de riesgos. Lo que acaba suponiendo, con cierto desfase temporal, que la economía se desacelere.

Al inicio del mes de septiembre hemos presenciado cómo el diferencial de los tipos del Tesoro americano a 2 y 10 años se tornaba a positivo tras un largo periodo de más de 2 años en terreno negativo (desde julio del 2022). Entonces, ¿dónde está la recesión?

Un indicador adelantado

Es importante tener presente que la curva de rendimiento es un indicador adelantado, es decir, que tiende a implicar condiciones futuras, por ejemplo, una estadística económica débil que podría aparecer antes de que comience una recesión. En el caso de la curva de rendimiento, normalmente se invierte entre seis meses y dos años antes de que comience una recesión.

Esta característica de la curva queda reflejada en la siguiente imagen, en la cual se muestra la correlación histórica del diferencial o "spread" de los tipos del Tesoro americano a 2 y 10 años con 30 meses de adelanto (invertido, eje derecho) con la volatilidad implícita del mercado americano (índice VIX, eje izquierdo). Como muestra la gráfica, el "spread" (invertido) ha anticipado en 30 meses que la volatilidad se va a disparar y, consecuentemente, que la bolsa va a corregir en el corto plazo. ¿Es momento de prepararse o será diferente esta vez? ¿Es el repunte del VIX de agosto un anticipo de lo que está por venir o se quedará en un mero susto de verano?

Fuente: Absolute Strategy Research Ltd

Sobre el autor

Mikel es Director de Estrategia y Responsable de Fondos en Acacia Inversión SGIIC, donde ha desempeñado un papel fundamental desde 2018. Con un enfoque en derivados y análisis cuantitativo, ha contribuido significativamente al avance de los procesos sistemáticos de la firma, siendo clave en el desarrollo de la estrategia Acacia Renta Dinámica. Antes de unirse a Acacia, trabajó durante siete años en BBVA, primero en el área de mercado de capitales y luego como trader de derivados de equity.