Francesca Maset, Responsable de inversiones y sostenibilidad de Ginvest AM explica el potencial que presenta el sector, incluso en un contexto de aranceles.
El gráfico de esta semana lo comenta Francesca Maset, responsable de Inversiones y Sostenibilidad de Ginvest AM
La necesidad de aumentar o modernizar las infraestructuras existentes se ha vuelto cada vez más acuciante como consecuencia de:
- La demanda de redes, agua y generación de electricidad para hacer frente a las ingentes necesidades de los centros de datos y de la adopción de la tecnología digital. Sobre todo, después del anuncio de inversiones millonarias como por ejemplo los más de 320.000 M USD para este 2025 por parte de las cuatro grandes: Meta, Microsoft, Alphabet y Amazon.
Por otro lado, la ingente adopción de la digitalización (no solo IA) y conectividad de manera global conlleva mayor demanda de electricidad y redes más potentes. Este es el caso por ejemplo de India donde el 90% de la población tiene ya cobertura de datos vía móvil y dispone de cuentas de dinero móviles lo que les dá acceso a servicios financieros (préstamos, inversiones, pagos..) a la vez que a servicios médicos o educativos de los que hasta ahora carecían dinamizando la economía.
- Las políticas arancelarias impuestas por Trump comportan relocalización de la producción y reindustrialización. Las cadenas de suministro globales deberán reestructurarse con la consecuente dotación de las infraestructuras necesarias para ello. En EEUU el hecho de priorizar la seguridad nacional comportará también inversiones en aquellas infraestructuras consideradas críticas como sería la seguridad energética por poner un ejemplo.
Esta política agresiva en materia arancelaria está comportando también que muchos países se centren en motores internos para impulsar el crecimiento de sus economías. Uno de estos motores son las infraestructuras. Por ejemplo, impulsando programas de inversiones en infraestructuras de ferrocarril y carretera en Vietnam, potenciando la inversión en infraestructura tecnológica en China o el programa Make in India que pretende convertir al país en un centro manufacturero global mediante el desarrollo de infraestructuras y la atracción de capital extranjero para establecer su producción en territorio indio.
En Europa, se están activando también políticas favorables a las inversiones en infraestructuras. A eso se agrega en Alemania un fondo especial -fuera del presupuesto- de 500.000 millones de euros en 12 años para modernizar las infraestructuras y reactivar la primera economía de Europa, entre los cuales figuran 100.000 millones destinados a la transición climática.
Toda esta nueva oleada de inversión en el sector de las infraestructuras comportará descarbonización al primar, ya sea por regulación o eficiencia, la parte más sostenible. Por ejemplo, la modernización de la infraestructura de transporte incluye las redes de carga de vehículos eléctricos, inversiones en infraestructura de resiliencia climática para hacer frente a eventos climáticos extremos y aumento del nivel del mar o mejoras en la infraestructura hidráulica en muchas regiones que se enfrentan a escasez de agua o sistemas desfasados.
En estas inversiones los mercados de capitales complementan a los bancos, corporaciones y gobiernos como fuentes de financiación.
En un entorno volátil e incierto como el actual donde gran parte del potencial estadounidense está descontado, este activo aporta diversificación y estabilidad a la cartera al tener un componente más defensivo. Además, actualmente cotiza con valoraciones bajas, no está afectado por los aranceles y sirve de protección ante el aumento de la inflación.
Las inversiones en infraestructura (transporte, riego, energía y tecnología de la información y las comunicaciones) son un eje vertebrador crucial para lograr el desarrollo sostenible, empoderando a las comunidades de los diversos países logrando un efecto multiplicador para el crecimiento económico global.

Fuente: BlackRock
Sobre la autora
Francesca Maset es responsable del Departamento de Gestión en Ginvest AM SGIIC desde 2014. Antes de unirse trabajó en diversas entidades como selectora de fondos y gestora de carteras. Es licenciada en Administración y Dirección de Empresas por la Universitat de Barcelona y cuenta con un Máster en Investment Management por la Cass Business School de Londres. Está en posesión del certificado CEFA (Certified European Financial Analyst) además de un título en Agenda e integración Objetivos Desarrollo Sostenible por Esade