El oro podría subir a más de 1.800 dólares por onza si los riesgos geopolíticos se mantienen elevados

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Cedida por WisdomTree

TRIBUNA de Nitesh Shah, director de análisis de WisdomTree. Comentario patrocinado por WisdomTree.

En los primeros cinco meses de 2019, los precios del oro se negociaron constantemente en un rango entre los 1.260 y los 1.345 dólares por onza. Sin embargo, en los últimos tres meses, los precios de este metal se han movido muy rápidamente, aumentando un 17% (de los 1.305 dólares por onza del 31 de mayo de 2019 a los 1.523 dólares por onza el 30 de agosto de 2019). Las ganancias del oro han sido consistentes con la caída repentina de los rendimientos del Tesoro y el aumento de la demanda de activos refugio aparentemente seguros. Las crecientes tensiones entre EE.UU. y China en forma de guerra comercial y monetaria han mantenido al mercado al límite, aumentando así la demanda de activos considerados seguros. Tanto el mercado como la administración Trump parecen haber obligado a la Reserva Federal (Fed) a suavizar su política. Los vaivenes del mercado han influido en la toma de decisiones de la Fed, con el cambio de rumbo de política del banco central después de que los mercados de valores vacilaran a principios de este año. El fracaso de la administración Trump en el frente comercial y el consiguiente aumento de la incertidumbre económica, también han llevado a la Fed a reducir las tasas de interés. Los futuros de los fondos de la Fed indican que el mercado espera que se produzcan más recortes de tipos en el transcurso del año y que es probable que los rendimientos del Tesoro de EE.UU. se mantengan bajos.

Hay muchas variables que pueden afectar el precio del oro. La naturaleza de estas variables describe a este metal precioso en gran medida como un activo monetario en lugar de una materia prima como tal, en la que se esperaría que el movimiento de la oferta y la demanda física sea la principal influencia en el precio. Los cambios en el precio del oro (en dólares estadounidenses) se deben principalmente a las siguientes variables:

  • Sentimiento del inversor (medido por el posicionamiento especulativo en el mercado de futuros) (+)
  • Inflación del índice de precios al consumidor (+)
  • Cambios en la cesta del dólar estadounidense (-)
  • Cambios en los rendimientos nominales de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años (-)

Según nuestras previsiones internas, anticipamos que el oro subirá a alrededor de los 1.550 dólares hacia el segundo trimestre de 2020, con la condición de que los rendimientos del Tesoro y los tipos de cambio no se muevan mucho (es decir, suponiendo que todas las acciones de la Fed estén en precio) y que la inflación permanezca alrededor del 1,8%. En este escenario, podemos suponer que el sentimiento hacia el oro volvería a los niveles normales y las preocupaciones geopolíticas, que mantienen el posicionamiento especulativo de los futuros del oro en su punto más alto, se desvanecería.

¿Qué ocurre si el posicionamiento especulativo permanece elevado?

Es raro ver que el posicionamiento se mantenga elevado durante un período prolongado. Sin embargo, el posicionamiento neto se mantuvo por encima de los 300.000 contratos netos durante seis semanas consecutivas hasta mediados de septiembre.

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Fuente: Bloomberg, WisdomTree, datos a 10 de septiembre de 2019. El rendimiento histórico no es un indicador de resultados futuros y cualquier inversión puede perder valor.

Hay una serie de riesgos geopolíticos y financieros que han llevado el posicionamiento en futuros del oro a niveles elevados. Estos incluyen negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China que invariablemente llegan a un punto muerto, el riesgo de que el Reino Unido salga de la UE y los disturbios políticos en Hong Kong impulsados por la oposición a un proyecto de ley de extradición. Hay que sumar a esto los temores del mercado a que la Fed esté cometiendo un error de política al suavizar la política cuando los mercados laborales están ajustados y la inflación no está cayendo, la tensión en el Medio Oriente a medida que Irán continúa enriqueciendo uranio por encima de los niveles permitidos por el acuerdo nuclear, y que la economía y el mercado de renta variable  y bonos en Argentina vuelven a caer en una crisis, generando temores de una venta masiva de acciones de mercados emergentes, y aquí tenemos un crisol de riesgos que los inversores deben tener en cuenta.

Si bien muchos de estos problemas podrían resolverse rápidamente, existe una gran posibilidad de que continúen sobre la mesa a corto y medio plazo. Por ejemplo, las discusiones comerciales entre Estados Unidos y China han estado en curso durante más de dos años sin una resolución clara, ya que las expectativas de ambas partes parecen estar muy separadas entre sí. No está claro cuál será el catalizador para acercar ambas posturas. Con Irán aparentemente aislado políticamente, las posibilidades de que el país continúe en pie de guerra parecen mayores que las de que capitule ante las demandas de Estados Unidos.

Si las preocupaciones geopolíticas se deterioran aún más, el posicionamiento especulativo podría aumentar también aún más. Si el posicionamiento aumentara a 400.000 contratos netos, nuestro modelo indica que los precios del oro podrían aumentar hasta los 1.875 dólares por onza, cerca del precio histórico más alto alcanzado por el metal, los 1.900 dólares por onza del 5 de septiembre de 2011.