En busca del alfa perdido

Como comentábamos hace unas semanas, el 2011 ha sido un año con resultados pobres, y muy complicado desde el punto de vista del inversionista. Tan solo los bonos del tesoro americano y el oro han tenido un rendimiento plausible, mientras que el resto de inversiones han tenido retornos en rojo o con excesiva volatilidad para el retorno final que ofrecieron.

Tras un año como el pasado, los inversionistas y asesores tienen que replantearse la forma y vehículos mediante los que invertir y decantarse entre “indexarse” o invertir con gestores activos. La última década es la de la popularización de los fondos índices, también llamados ETFs por sus siglas en inglés, que intentan replicar el comportamiento de un mercado determinado con un costo muy reducido. Lo que se está asumiendo mediante esa inversión, es que se quiere estar en un país, región, o tipo de activo, sin diferenciar los valores que puedan haber dentro del mismo. Con este tipo de inversiones, se consigue diversificación, liquidez, y el rendimiento que obtenga el mercado, sin dar ningún rendimiento adicional.

Sin embargo, sí que pensamos que aun existen personas o entidades con talento suficiente para hacer las cosas de otra manera. Se puede agregar valor sobre lo que hace un activo determinado, bien sea mejorando la rentabilidad de su índice de referencia, aminorando el riesgo (volatilidad), o ambos. Esa diferencia positiva de valor sobre el riesgo que se está tomando es lo que se llama en el mundo financiero creación de “Alpha”.

La década de los 90’s y primera mitad de la pasada se popularizaron los gestores alternativos, especialmente los que gestionaban fondos de cobertura (“hedge Funds”), que por lo general, buscaban rendimientos estables, con poca volatilidad y retorno absoluto positivo. Sin embargo, el 2008 llevo al traste todas sus estadísticas. En ese ejercicio estos fondos cayeron en promedio casi un 20%, muchos de los gestores, ante retiros masivos de sus inversionistas, tuvieron que bloquear las salidas y dejaron una experiencia muy negativa tanto en resultados reales, como emocionales (la gente no tuvo acceso a su dinero como esperaban). Los que les habían prometido protegerles de las caídas no lo pudieron hacer, y la industria comenzó a tambalear.

Viendo la evolución de los años posteriores, muy positivos para los fondos direccionales en el 2009 y 2010, y mediocres durante el 2011, nos hace pensar si tiene sentido el pagar honorarios desorbitantes, del 2% fijo más un 20% sobre utilidades, a “gurus” que salvo excepciones no han podido cumplir su papel. Desde mi punto de vista hay que diferenciar muy bien entre la industria en general, con más de 9.000 fondos a nivel mundial, de casos específicos de personas con ideas, capacidad de análisis y estrategias diferentes a lo que pueda estar viendo el resto del mercado. Sí que hay gente que puede crear Alpha, lo difícil es encontrarles, ya que estos no son siempre los más conocidos y ofrecidos por los bancos y además estos cambian con el tiempo.

Los mercados financieros de los próximos meses y años, van a ser complicados, y la creación de valor para los inversionistas va a venir por tres variables que tienen que sobreponerse:
1. La distribución de activos adecuada para cada familia en función del riesgo que estén dispuestos a asumir. Los activos financieros serán una parte de los mismos, pero también los inmobiliarios y la inversión directa en compañías y proyectos. Para poderlo hacer adecuadamente habrá que considerar la fotografía completa y no intentar hacer la suma de distintos portafolios, gestionados por personas independientes, sin conexión entre sí, ya que posiblemente se puedan estar asumiendo riesgos muy superiores a los deseados.
2. La selección de los gestores adecuados para cada tipo de activo en el que invirtamos. Posiblemente sea la parte más difícil la búsqueda de ese “Alpha” deseado por todos, existente, pero difícil de encontrarlo. Es necesario contar con un equipo asesor objetivo que identifique los mismos por el valor real creado, no por lo que remuneren al distribuidor (¡gran conflicto de intereses de la industria financiera!)
3. Control de riesgo global. En el mundo futuro lo más importante será el poder medir el riesgo en el que estamos dispuestos a movernos. Para ello habrá que tener en cuenta factores como la liquidez, costes, retornos, correlaciones, etc. Las pérdidas son difíciles de recuperar, es esencial reducir al máximo las caídas para poder subir desde un nivel más alto. Y en este momento de falta de claridad una regla clara de control de riesgo es diversificación.

Muchos de los gestores actuales de Hedge Funds van a tirar la toalla por muchos motivos. El principal es que ya no están pudiendo obtener los retornos suficientes para que a sus clientes les compense pagarles sus honorarios. Al haber muchos más jugadores en la mesa buscando hacer las mismas transacciones, los márgenes de ganancia y las oportunidades se van reduciendo, por ello vendrá una época de limpieza en la que saldrán muchos de la partida. Solamente quedarán aquellos que tengan los recursos y escala suficiente para poder hacer algo diferente, o aquellos pequeños que sean jugadores de nicho con apuestas mucho más puntuales.

En este mundo cambiante, nuestra obligación como asesores es ayudarles a encontrar esos gestores que estén haciendo algo diferente y que realmente den valor. No es un tema económico, creo que el talento hay que pagarlo, y pagarlo bien, pero lo que no tiene sentido es hacerlo y que el resultado final sea mediocre. Es imposible el hacerlo bien el 100% de las veces, es por ello que hay que tener la agilidad suficiente para moverse de una estrategia a otra en el momento adecuado, y salirse de una mala inversión cuando se vea que fue un error.

Mientras tanto, no solo tendremos que decidir en qué invertir y cuándo, si no a través de qué vehículos que nos aporten ese “Alpha”, tan difícil de encontrar.