TRIBUNA de Ricardo Comín, director Comercial en Vontobel para Iberia & Latam.
El descenso continuado en los precios del petróleo ha enfriado el sentimiento de los inversores hacia los bonos de los mercados emergentes. La caída del precio del 'oro negro' ha puesto presión sobre los exportadores frágiles como Rusia, Colombia, Nigeria y Venezuela. Además, las transacciones vinculadas al window dressing -los inversores que venden títulos con bajos rendimientos antes del final de año- han empeorado las ventas masivas en un entorno en el que los potenciales "selectores de nombres bottom-up" están preocupados por un cambio en el sentimiento y por las posibles salidas que podrían producirse en sus propios fondos, y por ello, prefieren seguir con sus posiciones en liquidez.
Con una economía dependiente del petróleo, Rusia se enfrenta a la posibilidad de recesión el próximo año, en un ambiente caracterizado por la depreciación del rublo y por las preocupaciones de los inversores sobre su papel en el conflicto con Ucrania. Las sanciones económicas impuestas por países occidentales están empezando a tener efecto y el Banco Central de Rusia está encontrándose con dificultades para poner freno a la depreciación de su moneda a pesar de la reciente subida masiva de tipos que ha anunciado. Con el fin de revertir la tendencia, el Banco de Rusia podría tener que aumentar las intervenciones en los mercados de divisas, así como gastar sus reservas de moneda.
En cuanto a Venezuela, la rebaja en su calificación crediticia por debajo del grado de inversión anunciada por Standard & Poor's el 16 de septiembre continúa teniendo eco en los mercados. Muchos inversores tendrán que deshacer sus posiciones en bonos venezolanos para cumplir con los requisitos legales en cuanto al rating mínimo de sus posiciones. Además de los problemas de los países productores de petróleo, la incertidumbre con respecto al momento en el que se producirá la primera subida de tipos en Estados Unidos, la ampliación en la desaceleración del crecimiento económico chino y la incertidumbre respecto al resultado de las elecciones presidenciales en Grecia también están lastrando el sentimiento de los inversores.
En nuestra opinión, el mercado ha reaccionado de forma exagerada frente a las malas noticias, por lo que pensamos que se producirá un rebote a finales una vez que hayan finalizado el window dressing. En la así llamada deuda externa (deuda denominada en divisa extranjera) muchos valores ya se han recuperado de los mínimos 'absurdos' a los que habían llegado -por ejemplo, el bono a largo plazo de KazMunayGaz, la compañía petrolera propiedad del estado de Kazajistán, ha ganado un 24% en dos días, y algunos bonos venezolanos lo están haciendo incluso mejor.
En lo que se refiere a la deuda en divisa local, las monedas de los mercados emergentes se han seguido depreciado frente al dólar estadounidense. Los inversores ya no están haciendo una diferenciación en el crédito, sino que más bien están tratando de vender lo que pueden. Por lo tanto, vemos oportunidades en monedas con sólidos fundamentales que, sin embargo, han sido vendidas por un sentimiento negativo, como es el caso del peso mexicano.