ESG: más allá de la rentabilidad-riesgo

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El próximo 5 de mayo tendrá lugar nuestra ya tradicional (aunque joven porque apenas cumple 5 años) Morningstar Investment Conference en Madrid. Este año, como cada año, hemos pretendido explorar todas las facetas del mundo de la inversión y de la gestión. Hablaremos, por supuesto, de perspectivas económicas, de estrategias de inversión, de selección de valores, de visión sobre determinados tipos de activos. Pero, este año, tendremos un apartado especial que seguramente se convertirá en unos de los factores determinantes a la hora de invertir.

Me refiero a la inversión en ESG o, traducido al castellano, la inversión en función de factores medioambientales, de responsabilidad social y gobierno corporativo. Lo hacemos no sólo aprovechando que Morningstar acaba de sacar sus rating de sostenibilidad sino porque son aspectos por los que los gestores se preocupan cada vez más. Hace unos días entrevisté a un gestor de renta fija emergente cuyo proceso de inversión incorporaba un extenso análisis de los factores ESG. La realidad es que son cada vez más las gestoras que tienen en cuenta estas consideraciones a la hora de invertir, y no sólo en los países del norte de Europa como uno puede pensar sino también aquí en España. 

A nivel institucional está claro que es una en tendencia en franco ascenso. Sin embargo, hay que reconocerlo, a nivel del inversor final, estos temas, aunque despiertan interés y preocupación, aún no han calado con fuerza para que se conviertan en un criterio de selección como lo pueden ser la rentabilidad o la volatilidad. Posiblemente porque el número de fondos socialmente responsables constituye una pequeña parte (apenas un 2%) de todo el universo global de fondos de inversión y haya poco donde elegir. Posiblemente también porque (hasta ahora) no disponían de herramientas para identificar aquellos fondos más comprometidos con la inversión socialmente responsable, el medioambiente o el gobierno corporativo.

De ahí el que Morningstar haya tomado la iniciativa en ese sentido, lanzando su rating de sostenibilidad y proporcionando a los inversores una nueva forma de evaluar los fondos basándose en el perfil de sostenibilidad de las posiciones subyacentes.

Los inversores pueden utilizar los rating de sostenibilidad Morningstar de varias maneras. Los ratings pueden servir como un filtro inicial para los inversores interesados en la sostenibilidad y los factores ESG. Pueden ser un punto de partida útil para aquellos que quieran saber más acerca del proceso de inversión de un gestor y cómo se relaciona con la inversión sostenible. Los ratings también pueden ayudar a los inversores a determinan el nivel de sostenibilidad en sus carteras. Algunos pueden preferir sólo fondos que tienen elevadas calificaciones, otros pueden simplemente desear evitar los fondos de las puntuaciones más bajas. En todo caso los ratings no deben ser la única base para una decisión de inversión. 

En definitiva el rating de sostenibilidad de Morningstar no pretende otra cosa que ayudar a los inversores de todo tipo (gestores, asesores financieros,  particulares) a tomar mejores decisiones de inversión más allá del clásico binomio rentabilidad-riesgo.