Tribuna de Cristina Armada Santos-Suárez, abogado del área de Asset Management y Private Banking de Clifford Chance.
La Financial Conduct Authority (la "FCA" o el "Regulador") ha comenzado ya la segunda fase de la revisión que está realizando para determinar si los asesores financieros (los "Asesores") y los proveedores de productos financieros (las "Entidades") en Reino Unido están cumpliendo con las exigencias de la nueva regulación sobre Retail Distribution Review ("RDR") que entró en vigor el 1 de enero de 2013.
La primera fase de la revisión finalizó con una publicación el pasado septiembre de un documento por parte de la FCA, donde recogía las conclusiones de su trabajo y confirmaba que determinadas Entidades siguen ofreciendo y los Asesores siguen aceptando ciertos pagos que pueden ser considerados como "incentivos".
En este sentido, el Regulador pone de manifiesto en este documento que determinadas firmas están realizando una interpretación excesivamente amplia de la sección COBS 2.3.15G para justificar una extensa gama de beneficios que, a juicio de la FCA, no cumplen con las normas sobre incentivos. Dicha sección, ofrece mediante una tabla, una orientación sobre el tipo de incentivos que pueden ser considerados como "razonables" a la hora de ser ofrecidos por las Entidades y aceptados por los Asesores sin vulnerar el mejor interés del cliente y mejorando la calidad del servicio prestado al mismo.
En este artículo se recogen al menos cinco "incentivos" que la FCA ha identificado como actividades que dan lugar a conflictos de interés entre dichos Asesores y las Entidades, evidenciando que los intermediarios financieros todavía actúan en muchas ocasiones en su propio beneficio y no en el mejor interés del cliente:
1. Eventos: La FCA identificó determinados eventos organizados para los Asesores en el extranjero con una duración de varios días y a los que se invitaba también a cónyuges y otros miembros de la familia del Asesor. Dichos eventos eran pagados en gran parte por las Entidades. Según indica la FCA en el documento de conclusiones, si dichas invitaciones estuviesen directamente relacionadas con el volumen de negocio que el Asesor genera para la Entidad, ello implicaría un claro conflicto de intereses, por lo que la recomendación de la FCA en este punto es que los Asesores desarrollen políticas claramente definidas para determinar lo que constituye una hospitalidad "razonable".
En la misma línea, la FCA hace mención expresa a las sesiones de formación organizadas por las Entidades para los Asesores con el fin de explicar las características y beneficios de sus productos o servicios. En este sentido, la FCA indica que la RDR permite que las Entidades reembolsen a los Asesores los costes incurridos por atender a dichas sesiones de formación, siempre que los mismos sean razonables y siempre que no se les incentive a través de otros medios para que atiendan.
2. Contratos a largo plazo: Existen contratos a largo plazo suscritos entre los Asesores y las Entidades por los que los Asesores se obligan a mantener en su panel los productos de determinadas Entidades durante un largo tiempo, lo que genera una fuente de ingresos importante para el Asesor. Según la FCA, una mayor ganancia conduce a un mayor riesgo, existiendo una posibilidad alta de influenciar la conducta del Asesor con el fin de mantener en su panel los productos de las Entidades que generan dichos ingresos. Por ello la FCA señala que los Asesores deben limitar la duración de este tipo de acuerdos, aunque tenga un impacto directo en su nivel de ingresos.
3. Actualización del sistema informático: La FCA dedica una sección a los pagos que suelen hacer las Entidades a los Asesores para que estos últimos adapten sus sistemas informáticos con el fin de que sean compatibles con los propios sistemas de la Entidad. La FCA considera que este tipo de pagos pueden ser aceptables y no conducir a un conflicto de interés siempre que (i) su recepción no afecte a las obligaciones de los Asesores de actuar en el mejor interés de sus clientes; (ii) den lugar a ahorros equivalentes para los Asesores o sus clientes y (iii) mejore la calidad del servicio a recibir por dichos clientes.
4. Pagos por reuniones con el equipo gestor: La FCA identificó que ciertas Entidades pagaban a los Asesores por mantener reuniones regulares con sus equipos de gestión, lo que podría tener un claro impacto al provocar que los Asesores pongan sus intereses comerciales por delante de los intereses de sus clientes, recomendando los productos de las Entidades que están dispuestos a pagar por este tipo de reuniones, en lugar de otros productos igualmente apropiados. En este caso, el Regulador propone que las empresas restrinjan estos pagos únicamente a costes razonables incurridos en la organización y realización de la reunión.
5. Actividades comerciales: Por último, la FCA se centra en los pagos que realizan las Entidades a los Asesores para llevar a cabo actividades comerciales (por ejemplo, publicar artículos o promocionar los productos de las Entidades en revistas de los Asesores). La FCA señala que si los mismos están por encima de los precios de mercado ello puede dar lugar a la aparición de conflictos de interés entre los Asesores y las Entidades. Al igual que en el apartado anterior, la solución según la FCA consistiría en que dichos pagos estuviesen restringidos a los costes en los que incurra el Asesor por dicha publicidad.
A pesar de las deficiencias detectadas por el Regulador en su primer análisis, la FCA afirmó que está generalmente satisfecha ya que la industria está haciendo grandes progresos para adaptar su modelo de negocio a la nueva regulación, aunque no será hasta 2014, momento en el que tendremos los resultados de la segunda y tercera fase, cuando veamos el verdadero impacto de la RDR en las entidades. El impacto en los inversores es un tema aparte que sin duda dará la posibilidad de escribir un nuevo artículo.