ETF y fondos indexados de renta fija, algunas ideas preconcebidas

Iñigo Bilbao
Iñigo Bilbao

TRIBUNA de Íñigo Bilbao Goyoaga, partner de Estudios Bursátiles SL y experto en fondos de inversión e inversión colectiva.

Algunos profesionales de la gestión de patrimonios tienden a pensar de forma intuitiva que la gestión indexada o pasiva, tanto a través de fondos de inversión como de ETF, funciona bien para la renta variable, pero tienen dudas y son reacios a utilizarla en la renta fija. Los motivos para tener este prejuicio están basados en varios mitos.

La realidad es exactamente la contraria. La gestión indexada permite invertir y desinvertir con una sola transacción en un conjunto de bonos, siendo los bonos indexados y ETF una potente herramienta para obtener una diversificación rápida de nuestra inversión.

Un mito muy extendido es que piensan que, al comprar un índice de renta fija, van a tener en su cartera algunos bonos muy ilíquidos, ya que el emisor tendrá la obligación de mantener el índice completo a través de una réplica. Al tratarse de expertos en los mercados, saben muy bien que no siempre hay oferta y demanda para todo tipo de bonos.

La realidad es que la gestión pasiva es activa en su ejecución, especialmente cuando se trata de renta fija. El gestor no tiene siempre la obligación de comprar todos los bonos del índice. Puede optar por una muestra suficiente de los mismos a través de una optimización. Esta opción es especialmente interesante cuando se trata de bonos ilíquidos que puedan suponer costes extra para el producto. Esto es válido tanto para fondos indexados como para ETF.

Otra segunda idea preconcebida es que los índices de deuda están sobreponderados en las compañías más endeudadas. Este es un segundo mito ya que las posiciones más grandes de la cartera van a ser las de los bonos cuyos precios suban más, es decir, los más demandados y en consecuencia los que el mercado considera más solventes.

Si el gestor tiene alguna duda sobre la solvencia de algún bono en concreto, debe recordar que las agencias de rating los revisan periódicamente y, si realizan una rebaja, dejarán de formar parte del índice, o si permanecen, lo harán, pero teniendo un menor peso en el mismo.

Por último, otro mito muy persistente sobre la gestión indexada de renta fija es que pueden llegar a ser sistémicos y provocar una crisis de liquidez en los mercados, en caso de que hubiese un mercado bajista. La realidad es bien distinta. El mercado de ETF de renta fija es todavía relativamente joven. Según datos aportados por una gestora global de gestión pasiva, el primer ETF de deuda se emitió el año 2002. Actualmente, solo representan el 1,5% del total de la renta fija global y el 3,3% del mercado americano de high yield, con lo que el riesgo de ser sistémicos hoy por hoy es muy lejano.

Con la llegada de la crisis del Covid-19 y el nuevo programa de compras implementado por la Fed, ésta incluyó por primera vez ETF de renta fija entre los instrumentos que podía utilizar. El banco central americano demostró tomando esta medida, que está alerta sobre cualquier riesgo de iliquidez que se pudiera producir en el futuro en el sistema debido a la inversión indexada.