Anabel Laín (Ibercaja Gestión): "La fortaleza económica de Europa no se ha plasmado suficientemente en los mercados"

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Tribuna de Anabel Laín Aliaga, gestora de Inversiones en Ibercaja Gestión.

Estando ya en pleno mes de mayo, que suele invitar a la toma de beneficios de cara al verano, cabe plantearse si hay que seguir invertido y, sobre todo, dónde: qué área y qué sectores favorecer. A pesar de las revisiones a la baja anteriores a la publicación de los resultados del primer trimestre, que por estacionalidad suele ser más débil que el resto del año, tanto en Europa como en EE.UU. las empresas han mostrado un crecimiento interanual vigoroso en sus beneficios (+10% y +24%), batiendo ampliamente las expectativas y sorprendiendo a los analistas entre un 3% y un 6%. 

Para este ejercicio 2018 se espera que las empresas de la eurozona aumenten un 11% sus beneficios y un 9% en 2019,  y a precios actuales el índice Stoxx Europe 600 cotiza a 14,1x, una desviación por encima de su media. Sin embargo, tras un crecimiento del 19% de los beneficios empresariales de la Eurozona el pasado año, éstos aún se encuentran un 40% por debajo de los máximos que alcanzaron en 2008. La fortaleza económica que muestra Europa no se ha plasmado suficientemente en los mercados bursátiles. Las valoraciones de las compañías europeas resultarán menos exigentes a medida que sus beneficios dejen de estar en niveles aun deprimidos. 

En este sentido, quiero destacar al sector bancario en Europa que es el de mayor peso en los índices y representa un 13% de la capitalización bursátil. Su beneficio agregado es un todavía un 60% inferior al que fue en 2007 aun habiendo crecido ya un 55% en 2017, y para este ejercicio se espera un 11% de mejora. En un entorno económico mucho más favorable la actividad crediticia repunta y el apalancamiento excesivo se ha corregido. Una vez que la eficiencia del sector ha mejorado y las provisiones casi se han normalizado, la evolución de los bancos vendrá determinada por la evolución del crédito y de los tipos de interés por parte del BCE. Desde comienzos de año el sector bancario en Europa ha evolucionado un 5,6% peor que el conjunto del mercado. Las expectativas de subida de tipos se han retrasado y los beneficios publicados en el primer trimestre no han convencido demasiado a los inversores. En todo caso, la caída del 10% que han sufrido los bancos europeos desde los máximos de enero no parece justificada por una bajada de 20 puntos básicos del bono alemán a 10 años. Se está desestimando el efecto positivo que el crecimiento económico supone para la banca. Y en mi opinión los resultados del primer trimestre no son suficientes para extrapolar su evolución para el conjunto del año.

En EE.UU. la recuperación económica está mucho más avanzada y las ganancias empresariales agregadas ya se sitúan un 70% por encima de las alcanzadas hace una década. El impulso fiscal inyectado en la economía norteamericana en un entorno de fuerte crecimiento económico está sirviendo de mayor estímulo, elevando las estimaciones de crecimiento de PIB para el conjunto del año hasta el 2,8%. A pesar de que se espera un repunte en la actividad global en el segundo semestre del año, la tendencia de mejora de beneficios de las empresas americanas perderá algo de ímpetu en los próximos trimestres.

El mayor efecto del recorte de impuestos para la economía estadounidense ya lo hemos visto. Además el fortalecimiento del dólar también podría suponer cierto lastre. A los precios actuales el índice S&P500 está cotizando a un PER a 12 meses de 16,2x, algo por encima de su media  de largo plazo.  Si bien es cierto que la FED ya ha comenzado a tensionar su política monetaria paulatinamente, no parece que vaya a adelantarse a la subida de la inflación, más bien la irá adecuando a la materialización de subidas salariales. En todo caso, el bono americano a 10 años acaba de superar el 3% aunque hasta que no se alcance un nivel cercano al 3,6% no sería preocupante para las valoraciones bursátiles. Pero es indudable que la rentabilidad alcanzada ya por el bono comienza a suponer cierta presión para la bolsa americana, que cotiza sólo un 5% por debajo de su máximo histórico alcanzado este mes de enero pasado.

En Europa también vamos caminando hacia una política menos laxa, pero el BCE va muy por detrás en su normalización monetaria siendo firmes los fundamentales de la eurozona. A pesar de un comienzo de año un poco más débil de lo previsto el crecimiento económico se espera que sea del 2,4% en el área del euro y los últimos datos ya muestran estabilización en la actividad. La previsión de fortaleza de los beneficios de las empresas europeas en los próximos trimestres va a servir de impulso a las cotizaciones sin tensar más la valoración de las mismas.