Paul Skinner y Campe Goodman explican diferentes tipos de soluciones en el campo de la renta fija sostenible y presentan el proceso de engagement que llevan a cabo desde su entidad. Comentario patrocinado por Wellington Management.
TRIBUNA de Paul Skinner, Investment director, y Campe Goodman, CFA, Fixed Income Portfolio Manager, Wellington Management. Comentario patrocinado por Wellington Management.
El mercado de deuda sostenible está creciendo rápidamente al tiempo que los emisores hacen frente a la mayor presión por parte de los inversores y los reguladores que desean que su capital se utilice para financiar un futuro más sostenible (figura 1). En 2021, la emisión de deuda sostenible superó ampliamente la barrera del billón de dólares estadounidenses y se prevé que la cifra siga creciendo en 2022, pese a que todo indica que la oferta total de bonos disminuirá en el mercado primario. Los bonos verdes siguen siendo el producto más habitual en el universo de deuda sostenible y se calcula que representarán en torno al 52% de la oferta total sostenible en 2022. Por otra parte, los bonos vinculados a la sostenibilidad (SLB, por sus siglas en inglés) constituyen el segmento que más rápido está creciendo(1).
El mercado de deuda sostenible ha crecido rápidamente
Repaso al universo de deuda sostenible
Bonos use-of-proceed (UoP): verdes, sociales y sostenibles
Basándose en indicadores clave de rendimiento (KPI) y en el uso final de los fondos (UoP, por sus siglas en inglés) que se especifica en la emisión, los bonos verdes, sociales y sostenibles complementan la exposición tradicional a renta fija y generan un impacto en las carteras al abordar determinados retos medioambientales y sociales.
Hemos identificado algunos beneficios suplementarios que, en nuestra opinión, aumentan el atractivo de estos bonos:
- Transparencia: después de emitir deuda verde, social o sostenible, los emisores informan de los proyectos concretos a los que se van a destinar los fondos, así como de la cantidad asignada, el área de impacto y de si se logran (o no) los objetivos. De este modo, nos es más fácil verificar, medir y comunicar el impacto de nuestras inversiones.
- Protección contra caídas: en algunos periodos de volatilidad, estos bonos no han registrado las mismas pérdidas que sus homólogos no verdes. Aunque esto puede aumentar la prima de los bonos verdes en el mercado secundario, refleja el potencial que tiene esta clase de activos para conservar sus características y ofrecer rentabilidades más estables en periodos de dificultades en el mercado.
Bonos vinculados a la sostenibilidad (SLB)
Con los SLB, los emisores pueden captar fondos sin verse obligados a destinar el capital a causas sociales o medioambientales. En su lugar, vinculan el pago futuro del cupón a un objetivo de desempeño en sostenibilidad (SPT, por sus siglas en inglés), que mide la evolución del perfil de sostenibilidad del prestatario: por ejemplo, una reducción global de las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a la fabricación de productos.
Creemos que existen dos características adicionales que aumentan su atractivo:
- Rendición de cuentas: los SLB ofrecen un mecanismo alternativo para que las empresas demuestren su compromiso con la sostenibilidad.
- Flexibilidad: los SLB conceden más flexibilidad a los emisores que los UoP.
Construir un marco
Somos conscientes de que la deuda sostenible es útil como una herramienta para generar impacto dentro del mercado de deuda pública. En este sentido, hemos desarrollado un marco con el que perseguimos mantenernos fieles a nuestro compromiso de invertir en impacto y luchar contra el greenwashing. A continuación, enumeramos nuestras mejores prácticas:
Bonos UoP: verdes, sociales y sostenibles
- Umbral para medir el uso de los fondos: puesto que en el mercado de deuda sostenible no hay normas estándar, el porcentaje de los fondos que se destina a causas sociales o medioambientales depende del emisor.
- Periodo retrospectivo: algunos de estos bonos se emiten para refinanciar proyectos existentes. Aunque toleramos cierta exposición en proyectos de refinanciación a largo plazo, por lo general fijamos un periodo retrospectivo de 2 años como máximo.
- Sostenibilidad operativa: excluimos determinados sectores de nuestro universo de inversión, ya que la propia naturaleza de los mismos no coincide con nuestros objetivos de impacto.
- Valoración: una vez determinada la admisibilidad de un bono en nuestro universo de inversión, llevamos a cabo un análisis fundamental para garantizar que se ajuste a los objetivos de riesgo y rentabilidad de nuestras carteras.
Bonos vinculados a la sostenibilidad
Los SLB no solo tienen una estructura más flexible, sino que se enmarcan en un vacío normativo, por lo que, en muchos casos, encontramos casos de greenwashing entre los emisores. Examinamos con detenimiento la estructura de un SLB para asegurarnos de que se trata de una emisión coherente con nuestro enfoque de inversión de impacto.
- Objetivos de desempeño en sostenibilidad: damos prioridad a los emisores con SPT ambiciosos y que incurren en serias penalizaciones financieras si incumplen sus objetivos futuros.
- KPI constantes: preferimos a los emisores que utilizan KPI constantes para supervisar su progreso en relación con un SPT.
- Sostenibilidad operativa: no invertimos en SLB de emisores en sectores que no están alineados con nuestros objetivos de impacto.
- Valoración: es crucial evaluar las características financieras para determinar la sostenibilidad con arreglo a los objetivos de riesgo y rentabilidad de una cartera.
Nuestras técnicas de diálogo activo
Identificamos posibles deficiencias estructurales en las emisiones de deuda sostenible que son posteriormente comunicadas a los distintos emisores. Asimismo, nos reunimos con el emisor en la fase previa a la comercialización de una nueva operación y ofrecemos asesoramiento para que puedan realizar una sólida estructuración de la emisión. Entablar un diálogo dinámico tanto en torno a la estructura de la emisión como en relación con asuntos ESG específicos nos permite conocer mejor el enfoque de sostenibilidad del emisor y nos ayuda a entender el esfuerzo que realizan para cumplir sus objetivos de sostenibilidad.
A continuación, mostramos tres ejemplos de nuestro diálogo activo:
Conclusión
Prevemos que el mercado de deuda sostenible seguirá creciendo rápidamente, dada su fase temprana de crecimiento, los continuos compromisos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero por parte de las corporaciones y de los Gobiernos, y la mayor demanda por parte de los inversores. Este cambio presentará retos a los inversores que sigan una perspectiva ESG o de impacto.
Aunque a día de hoy hay pocas normativas que regulen el mercado de deuda sostenible, esperamos que el estándar de bonos verdes de la UE (si finalmente se aplica) aumente la transparencia y la solidez de la deuda verde. Al margen de las normativas, creemos que es esencial que los inversores cuenten con un marco robusto para analizar la deuda sostenible. En última instancia, esto favorecerá el establecimiento de normas ESG más estrictas en el mercado y aumentará las probabilidades de que nuestras inversiones ayuden realmente a cambiar el mundo para bien.
Para leer más, visite esta página.
Fuente:
1 Crédit Agricole