TRIBUNA de Vina Cheung, responsable global de la internacionalización del reminbi de HSBC.
La inclusión del renminbi en la cesta de divisas que conforman los derechos especiales de giro (DEG), un activo de reservas gestionado por el FMI, se trata de un hito muy importante en el objetivo de China de globalizar su moneda. La decisión ha tardado mucho en llegar, concediendo efectivamente la condición de moneda de reserva mundial al renminbi.
A primera vista, parece el tipo de acontecimiento que debería suscitar un gran interés entre los banqueros centrales, que estarán planteándose cómo reasignar sus reservas para que coincidan mejor con la canasta de divisas que conforman los DEG. Reflexionando un poco, sin embargo, está claro que el paso dado por el FMI es un recordatorio para las empresas de todo el mundo de que el renminbi necesita ser parte de su estrategia empresarial.
El razonamiento es el siguiente. La nueva condición del renminbi como activo de reserva, a medio plazo, va a impulsar la demanda de la moneda entre los bancos centrales. Una reciente encuesta a administradores de reservas desprende que el 10% de las reservas mundiales de divisas se llevará a cabo en 2025 con la moneda china.
Para ponerlo en perspectiva, existen actualmente fuera de China reservas por valor de 7.800 billones de dólares a nivel mundial. Así que, si dicha diversificación tuviese lugar a día de hoy, requeriría casi 800 billones de dólares para invertir en los denominados activos en renminbi.
Cuando los países tengan una mayor parte de su riqueza en renminbi, se proporcionará una convincente señal a las empresas de que la divisa es una reserva de valor viable. Como resultado habrá un aumento en el número de empresas que utilicen la moneda para el comercio internacional.
Al mismo tiempo, está creciendo rápidamente la salida de capitales de China, ya que los inversores locales diversifican en activos extranjeros. Se espera que tanto empresas como particulares retiren 1,5 billones de dólares en flujos de salida de capitales en 2020, según un informe de HSBC Research.
Por lo tanto, el renminbi se quedará estancado en medio del tira y afloja de la oferta y la demanda que aumentará el nivel de volatilidad bidireccional en su tipo de cambio. Se producirá un fuerte cambio de tendencia con la situación de hace apenas unos años, cuando la moneda china era considerada por muchos como una apuesta segura de apreciación.
Cualquier empresa que negocie con China debería tener en cuenta de esta sucesión de acontecimientos, ya que los movimientos en el renminbi se convertirán en una consideración que no podrá ser ignorada. Las empresas, sin embargo, tendrán diferentes áreas de interés.
Un fabricante, por ejemplo, cuyo suministro de alguna de sus piezas venga de China se centrará principalmente en el tipo de cambio, lo que podría influir en el coste de algunos de sus componentes. Una empresa extranjera que esté invirtiendo en China mientras negocia directamente con clientes locales, necesitará una estrategia de divisas más avanzada que no tenga sólo en cuenta el valor del renminbi, sino también las condiciones de liquidez para asegurarse que puede obtener suficiente dinero en efectivo para cumplir con sus obligaciones.
A medida que la volatilidad del renminbi vaya creciendo, los costes de evitar las consideraciones del tipo de cambio podrían ser considerables - incluso para empresas que tengan una reducida exposición directa a China. Al ser la segunda mayor economía del mundo, tiene una gran influencia en todo, desde la salud de los mercados emergentes hasta el precio de los productos básicos. Por tanto, un cambio significativo en las perspectivas para el renminbi podría tener un impacto sustancial en los mercados financieros, los flujos comerciales, e incluso en las relaciones internacionales.
Tuvimos una muestra de la importancia del renminbi durante el verano, cuando el Banco Popular de China aumentó la flexibilidad de la divisa a través de un ajuste puntual que produjo una drástica devaluación, si bien fue de corta duración. Los mercados financieros dieron un giro, y los medios se apresuraron a anunciar que China había disparado su primer disparo en una guerra global de divisas.
El pánico se calmó rápidamente, y aunque el paso dado por el banco central fue un shock para algunos, para los que prestan especial atención al renminbi, era simplemente el último paso en la meta a largo plazo de China de introducir más fuerzas del mercado en el valor de su divisa.
No hay un planteamiento único en materia de renminbi aplicable a todas las empresas. Cada negocio necesita encontrar un enfoque acorde a sus circunstancias. Pero lo que está claro es que a pesar de las alentadoras señales de que las empresas quieren hacer más negocios con China, muchas empresas están perdiendo la oportunidad de dar un paso más que sus rivales mediante la inclusión del renminbi en su planificación empresarial. Según la encuesta de RMB de HSBC del año pasado, sólo el 22% de las empresas está utilizando la divisa en sus operaciones.
Sin embargo, la tendencia está clara - el renminbi se encamina a entrar en un nivel superior de las divisas mundiales, y la decisión del FMI acerca de los DEG es sólo el último recordatorio. Es imprescindible para las empresas de todo el mundo hacer que la divisa sea una parte fundamental de sus consideraciones de divisas. Las que no lo hagan, podrían verse excluidas en favor de sus competidores.