Indicadores de sentimiento: una herramienta complementaria para la toma de decisiones

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TRIBUNA de Javier Ureña Blaya, director de análisis de IF EAFI.

A lo largo de la historia, numerosos inversores han publicado diversos artículos donde tratan de recoger la fórmula mágica para la obtención de beneficios prolongados en el tiempo, pero en la realidad, examinando los resultados de las rentabilidades históricas, son muy pocos los que las han conseguido, como es el caso de Warren Buffet o Charles Munger. Esto nos lleva a reflexionar sobre la eficiencia de los mercados financieros.

Eugene Fama (1970) definió un mercado eficiente como aquel mercado donde se lleva a cabo un fair game, en el que los precios de los activos deben de reflejar toda la información, ya sea pública o privada, que se encuentre hasta el momento disponible. Por lo que, si los mercados son eficientes, los activos deberían de proporcionar rendimientos en consonancia con sus niveles de riesgos. Esta hipótesis se basa en la teoría del paseo aleatorio, según la cual las alteraciones en los precios de los activos se producen de forma aleatoria e imprevisible.

Por lo tanto, ¿por qué se producen burbujas y crisis financieras si el mercado es eficiente?, ya que cumpliéndose el supuesto de eficiencia del mercado no habría ningún comportamiento exuberante, ni contagios a otros países. Estas alteraciones de la eficiencia en los mercados financieros emergen de la irracionalidad de los inversores, la cual se logra entender tras examinar las implicaciones de las finanzas conductuales (behavioural finance) en la toma de decisiones.

Graham (2015) describe al mercado como un mercado de bipolaridad extrema, donde este pasa del optimismo extremo, períodos de subidas máximas bursátiles, al pesimismo extremo, períodos de caídas máximas bursátiles, siendo lo que verdaderamente se encuentra en la base de la caída una corrección lógica de los excesos acaecidos con anterioridad. De aquí nacen sus dos frases: “el inversor inteligente es aquel que compra a pesimistas y vende a optimistas” y “las personas que no pueden controlas sus emociones no son aptas para obtener beneficios mediante la inversión”.

La bipolaridad a la que Graham hace referencia se justifica principalmente por los factores psicológicos que afectan a los inversores en la toma de decisiones, y en menor medida, por las modas y el ruido como se desprende del estudio de la hipótesis de los mercados eficientes elaborado por Martínez Barbeito (2014). Entre los factores psicológicos, se encuentran aquellos relacionados puramente con el comportamiento gregario, que generan un impulso entre los inversores hacia valores que se encuentran en auge, situación de mercados alcistas, y que llegan a desarrollar unos precios que sobrepasan los límites de la lógica. Precios que contienen detrás a inversores con excesos de confianza y elevadas ambiciones de riqueza queriéndola maximizarla a toda costa sin evaluar la verdadera realidad del precio. Sin embargo, cuando nos encontramos con mercados bajistas, y con mayor claridad, en épocas de recesión donde los mercados bursátiles comienzan a desplomarse, el pesimismo comienza a generalizarse, creando pánico, histeria y miedo entre la mayoría de los inversores, desembocando finalmente en una ceguera que oculta las verdaderas oportunidades de inversión.  En definitiva, la irracionalidad de los mercados es un mero reflejo del comportamiento humano, lo cual repercute en la obtención de rentabilidades por encima del mercado de forma consistente en el medio-largo plazo.

En beneficio del inversor, y por ende de la gestión activa de fondos de inversión, existen los denominados indicadores de sentimiento, los cuales tratan de cuantificar las emociones de los participantes en los mercados financieros. Estos indicadores los podemos englobar en tres grandes categorías:

1. Basados en derivados: 

•          VIX (Estados Unidos) o VSTOXX (Europa): Son índices de volatilidad implícita de las opciones. Al ser volatilidad implícita, son expectativas de volatilidad y por tanto refleja la incertidumbre del mercado.

•          Ratio: put/call: Cuantifica las expectativas de los inversores profesionales, ya que requiere de un conocimiento financiero elevado.   La lectura derivada de esta ratio es que, para aquellos valores superiores a uno, hay un sentimiento de futuras caídas en los precios dado que los inversores comienzan a cubrir sus carteras ante las mencionadas expectativas de caídas.  Cabe mencionar, que los resultados obtenidos bajo este indicador, no deben de considerarse como indicador final, ya que no engloba al resto de inversores no profesionales.

2. Basados en encuestas: American Asssociation Individual Investors (AAII).  Mediante las encuestas de sentimiento se cuantifica el porcentaje de inversores individuales que están alcistas (bullish), neutrales (neutral) o bajistas (bearish).

3. Basados en el flujo de capitales. El incremento del flujo de capitales de fondos de renta variable hacia la renta fija muestra un empeoramiento de las expectativas para el mercado de renta variable, y por lo tanto, un agotamiento o desaceleración del ciclo económico.

La utilización de estos indicadores por sí solos no es suficiente para la toma de decisiones en materia de inversión, sino que es un complemento necesario tanto para el análisis fundamental como para el análisis técnico, ya que su uso repercutirá en mejoras de los índices de performance al poder llegar a tener un mayor control sobre las emociones del mercado y, por lo tanto, del nivel de riesgo sistemático dispuesto asumir.

Referencias:

Fama, E.F. (1970). Efficient Capital Markets: A Review of Theory and Empirical Work. The Journal of Finance, 25, (2), 28 – 30.

Graham, B. (2015) The Intelligent Investor. 1st ed. Barcelona: Deusto

Martínez Barbeito, J. (2014). La hipótesis de los mercados eficientes, el modelo del juego justo y el recorrido aleatorio.XIV Jornadas de la Asociación Española de Profesores Universitarios de Matemáticas para la Economía y la Empresa.