Insert-coin

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Imagen cedida

Ni trabajé ni trabajo ni trabajaré. Lapidario y demoledor resumen de la actual situación de muchos jóvenes en España. Con una tasa de desempleo juvenil superando el 50%, creo que las medidas en dicho ámbito son de vida o muerte. A corto plazo, parece lo más urgente reducir el déficit, ajustar presupuestos y “tener contenta a nuestra jefa”. Pero, ¿a 36 meses vista? ¿A 48? ¿A 60? He aquí el problema.

Si salimos de ésta, el principal hándicap no son los gastos ni los ajustes ni el déficit. Lo realmente alarmante es quién va a generar qué y de qué manera. España, con un amplio abanico de universidades excelentes, centros de postgrado “quality prime” y unos estudiantes dejándose la piel en la inversión más segura que hay, la formación, me pregunto: ¿Es rentable para España mantener este sistema? ¿De qué sirve una buena cantera si no puedes debutar como profesional?

Actualmente, contamos con un mercado laboral inversamente proporcional entre puestos de trabajo y formación de los trabajadores, produciéndose, además, una inversión de las curvas de trabajo. En épocas como la actual, la oferta laboral está dispuesta a trabajar más horas por menos salario. Por su parte, la demanda está dispuesta a pagar menos salario y, a su vez, contratar menos trabajadores. Directamente no existe mercado. No hay intercambio, ya no funciona la ley de la oferta y la demanda. Unos dan, pero no reciben, dado que al otro lado del libro nadie compra. ¿El qué? Trabajo. ¿Por qué? Por la falta de expectativas, volumen de negocio e incertidumbre, o por todo a la vez. Sencillamente, no hay papel.

En el supuesto caso de que se cruce alguna operación de mercado, ésta siempre será ventajosa para la parte compradora (empleador), pero rara vez para la vendedora (profesionales). La compradora tiene un amplio catálogo de “activos” donde escoger, con rating AAA, que debido a ese exceso de oferta (sin cubrir) tira el precio y barre el mercado. Si la primera mejor posición del lado contrario, la más barata para el comprador, no acepta el cruce, pasaremos al siguiente rolando el contrato. Así hasta cruzar un contrato laboral con un sueldo cotizando con descuento y un profesional cotizando con prima.

Deficitaria en materia formativa

Es realmente triste que alguien con un perfil de primera clase no encuentre trabajo en su región o país, no pudiendo devolver al sistema la inversión realizada. No hay retorno de capital. España es deficitaria en materia formativa.

Actualmente, al igual que hace 40 años, la población huye en busca de una amortización de su currículum, en busca de un final feliz. Por aquel entonces, emigraba un elevado porcentaje de la población. En cambio hoy, lo hacen principalmente los mejores y más preparados. Si me dejan girar la rueda diez o 15 años más, veremos que muchos de los que hoy se van no volverán. España está perdiendo un activo intangible que debido a la situación actual y, en muchos casos, al efecto perverso de los empleadores, no volverá a recuperar. Nos encontraremos una España económicamente muy dolida, con un capital humano de media-baja cualificación.

Por desgracia, la demanda de trabajo española es inversamente inelástica. Por mucho que baje el precio (salario), la demanda laboral sigue siendo la misma. Estamos ante un proceso lento de “rumanización” en el cual urge decidir si “insert-coin” o “game over”.