Inversión value: ¿el comienzo de una nueva narrativa?

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Firma: cedida (M&G Investments).

TRIBUNA de Richard Halle, gestor de cartera, M&G Investements. Comentario patrocinado por M&G Investments.

En 2022, la inversión value, consistente en comprar acciones baratas y poco apreciadas, volvió a tener preferencia tras una década de malos resultados. Esto ha supuesto un grato recordatorio de que la inversión value funciona. Muchos de los recientes vientos en contra a los que se enfrentó el valor están llegando a su fin.

Un periodo complicado

Una manera de poner de manifiesto las perspectivas de la inversión value es intentar entender por qué este estilo de inversión dejó de funcionar en su momento. En nuestra opinión, las medidas implementadas tras la crisis financiera global de 2008-2009 fueron uno de los principales factores que contribuyeron al rezagamiento del segmento value en la década pasada. Con objeto de estimular la economía, los principales bancos centrales recortaron los tipos de interés y se embarcaron en programas de expansión cuantitativa (QE) consistentes en la compra de activos financieros como deuda soberana. Y más tarde, la pandemia de COVID-19 en 2020 los llevó a realizar otra gran inyección de liquidez en el sistema.

Creemos que el estilo value puede enfrentarse a tipos de interés decrecientes, aunque pasó apuros cuando el precio del dinero llegó a cero: en tal entorno, los inversores dejaron de prestar atención a las valoraciones. Con una tasa libre de riesgo del 0% (la rentabilidad que puede esperarse de una inversión sin riesgo alguno), los inversores pudieron justificar pagar múltiplos elevados por compañías que consideraban de mayor calidad y de fuerte crecimiento. Además del reto de la QE, creemos que las tendencias de globalización y el auge de las empresas chinas representaron otros obstáculos significativos para el estilo value.

Una nueva narrativa

Sin embargo, los factores que han respaldado el predominio de la inversión growth durante una década podrían estar llegando a su fin. Los tipos de interés han subido marcadamente durante el último año, pues los bancos centrales han tratado de frenar la inflación elevada. También hemos visto un giro de expansión cuantitativa (QE) a endurecimiento cuantitativo (QT), con unos bancos centrales deseosos de reducir sus enormes tenencias de renta fija. Asimismo, la globalización muestra señales de retroceder, a la luz de fenómenos como el aumento de subcontratación de actividades en países vecinos (nearshoring).

Nuestra expectativa es que, a medida que las tendencias previas den marcha atrás y surjan nuevas dinámicas (como por ejemplo la transición energética), también cambiará el entorno para muchas empresas. Cuando el mercado es escenario de tales giros, suelen desdibujarse las clasificaciones value y growth y se produce una migración de acciones entre ambos segmentos. La llegada de un nuevo régimen puede llevar a los inversores a examinar con mayor atención acciones que antes ignoraban, y a dar la espalda a las que gozaban de popularidad. De este modo, las acciones value podrían convertirse en las nuevas acciones growth, y viceversa.

Los bancos, por ejemplo, que han pasado apuros tras la crisis financiera global bajo una regulación más estricta y tipos de interés cero, podrían ver cambiar su fortuna en un entorno de mayores tipos. Pese a las ganancias que experimentó el año pasado, el sector de la energía es otra área repudiada que podría beneficiarse de una demanda sólida y de la transición energética. Por otra parte, muchas acciones tecnológicas de megacapitalización han retrocedido a lo largo del pasado año, pues la subida del precio del dinero ha llevado a los inversores a cuestionar sus valoraciones elevadas. Dado el potencial para que esta migración entre value y growth continúe, creemos que el extremo más barato del mercado no solo ofrece oportunidades de valoración atractivas, sino también, en muchos casos, niveles de crecimiento interesantes.

Un conjunto de oportunidades amplio

Pese a su buena evolución el año pasado, creemos que al reciente repunte del estilo value todavía le queda recorrido. En nuestra opinión, las acciones value están lejos de haberse resarcido de décadas de rezagamiento. El diferencial de valoración entre las acciones más caras del mercado y las más baratas permanece en un máximo histórico, tal como muestra el gráfico para el mercado europeo.

Gráfico. Brecha amplia entre acciones baratas y caras en Europa

Índice MSCI Europe: Diferencial de ratio P/VC entre el 25º y el 75º percentil. Nota: las rentabilidades pasadas no son un indicativo de las rentabilidades futuras. La información puede estar sujeta a cambios y no es garantía de resultados futuros. Fuente: Refinitiv Datastream, 31 de diciembre de 2022. Las barras resaltadas indican periodos en los que el diferencial precio/valor contable supera el nivel actual.

A medida que transcurre el año, es probable que el mercado pase apuros debido a grandes temas como la guerra en Ucrania, el rumbo de la inflación y de las políticas monetarias, y la posibilidad de una recesión económica. La incertidumbre podría provocar cierta volatilidad en las cotizaciones, pero como inversores pacientes y concentrados en las valoraciones esto no nos preocupa demasiado a la luz de las amplias oportunidades que percibimos en los mercados actualmente.

Con un abanico tan diverso de posibles desenlaces, será importante tener una cartera muy equilibrada. No obstante, los anchos diferenciales de valoración y el entorno alentador para el estilo value nos convencen de que todavía podemos obtener una cartera diversificada y razonablemente equilibrada, con características de valoración muy atractivas combinadas con fundamentales decentes.

Fuentes y notas:

El valor de los activos del fondo podrían tanto aumentar como disminuir, lo cual provocará que el valor de su inversión se reduzca o se incremente. Es posible que no recupere la cantidad invertida inicialmente. Las rentabilidades pasadas no son un indicativo de las rentabilidades futuras. Los puntos de vista expresados en este documento no deben considerarse como una recomendación, asesoramiento o previsión.


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