La optimización tradicional de una cartera requiere tres puntos clave: los retornos esperados (la media de la distribución), las correlaciones entre los activos y la volatilidad de esos activos. Los dos últimos puntos están representados por la denominada matriz de covarianza. Una manera sencilla de obtener estos resultados es aprovechar los rendimientos y volatilidades durante un determinado periodo de la muestra. Sin embargo, esto no es lo más óptimo, ya que las primas de riesgo, las volatilidades y las correlaciones varían con el tiempo y el desarrollo histórico no es necesariamente representativo del futuro.
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