La industrialización verde

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TRIBUNA de César Muro Esteban, responsable de Ventas en Gestión Pasiva de España y Portugal, DWS. Comentario patrocinado por DWS.

La transición hacia un mundo más sostenible es uno de los retos globales más desafiantes a los que se han enfrentado las sociedades, las economías y los mercados desde la Revolución Industrial. Con la llamada industrialización verde, el mundo se enfrenta probablemente al mayor proceso de transformación económica de los últimos 150 años. Muchas tecnologías y modelos de negocio establecidos deben adaptarse o podrían ser sustituidos por nuevos procesos más respetuosos con los recursos y la sostenibilidad.

Sin embargo, la sostenibilidad va más allá del medioambiente. Aunque la descarbonización de la economía es un componente clave de la industrialización verde, los aspectos sociales y de gobernanza también podrían desempeñar un cierto papel en el proceso. El ESG tiene en consideración los tres criterios que son la base de las inversiones sostenibles:

La E se centra en la conducta de las empresas que afecta al medioambiente. Incluye aspectos como el cumplimiento de las directrices medioambientales; la gestión eficiente de los recursos; los procesos de producción y distribución respetuosos con el medioambiente; y, especialmente, la reducción de las emisiones de carbono, mediante el uso de fuentes de energía alternativas, por ejemplo. Por tanto, la gestión sostenible no sólo se enfoca en el bien común, sino que también puede contribuir al éxito de la empresa. Y es que las empresas que no adopten ninguna medida para reducir las emisiones de carbono, conservar el agua o garantizar la seguridad minera, por ejemplo, podrían enfrentarse a sanciones gubernamentales o reglamentarias, a procesos penales o a daños en su reputación. Son puntos que podrían representar riesgos potenciales para la empresa y, por tanto, también para sus accionistas.

La S tiene en cuenta criterios sociales en la evaluación de una empresa. Entre ellos se encuentran, por ejemplo, las buenas condiciones de trabajo y la remuneración justa; el cumplimiento de la legislación laboral y las directrices contra la discriminación; las oportunidades de educación y formación; así como la composición y el índice de rotación de la plantilla. Las cadenas de suministro, la protección de los consumidores y la responsabilidad de los productos también se examinan bajo esta categoría. Las empresas con elevadas normas sociales suelen tener más éxito a la hora de ganarse la confianza y la lealtad a largo plazo de los empleados y los clientes(1). Esto, a su vez, puede contribuir a un modelo de negocio resistente, que podría aumentar las perspectivas de éxito de las empresas, incluso en los mercados de renta variable.

La G de ESG examina el aspecto del gobierno corporativo y sus efectos en la rentabilidad sostenible y a largo plazo de las empresas. Trata de cuestiones como: ¿Qué directrices existen para combatir el soborno, la corrupción y el fraude, y cómo se aplican? ¿Es adecuada la remuneración del consejo de administración y se presenta de forma transparente? ¿Qué derechos tienen los accionistas? ¿Qué grado de transparencia tiene la empresa a la hora de informar sobre sus actividades comerciales en sus informes anuales y de sostenibilidad? La G es de vital importancia para evaluar las perspectivas y los riesgos de una empresa. Las empresas que están muy por debajo de la media en el ámbito del buen gobierno pueden ser más propensas a la mala gestión o a los escándalos. Además, una mala puntuación en materia de gobernanza puede afectar negativamente a los factores E y S de una empresa.

Los ETF de Xtrackers y la sostenibilidad: una combinación con futuro

La sostenibilidad significa cambio: cuanto más activamente demos forma a este cambio, más éxito tendremos en el proceso. Por ello, la revolución de la industrialización verde podría crear nuevas oportunidades para que los inversores (según su perfil de riesgo) participen de esta transformación, ya sea apoyando indirectamente este proceso ejerciendo sus derechos de voto y/o realizando inversiones específicas en empresas que cumplan las normas ESG. De este modo, pueden realizar, por ejemplo, inversiones de impacto a través de ETFs de bonos corporativos verdes o inversión en compañías cotizadas que apoyan la mitigación de las emisiones de CO2 y que tienen elevadas credenciales en ESG.

Los ETF ESG de Xtrackers ofrecen a los inversores la posibilidad de participar directamente en la transformación sostenible de la economía.

Fuente:

1 the-esg-advantage-exploring-links-to-corporate-financial-performance-april-8-2019.pdf (spglobal.com)