TRIBUNA de Rafael Casellas, asociado EFPA Nº 1.156 y ganador del concurso de enero de EFPA España y Funds People.
Pueden haber muchas razones o causas de una ruptura matrimonial. Pero si tomamos las más frecuentes, éstas serían las de “te dejo porqué el convivir contigo cada día se me hace más difícil” o el “te dejo porqué ya no me das lo que quiero. Hay otra persona que sí lo hace”. Pero este artículo va de MiFID y no de infidelidades de pareja por si alguien así lo pensaba. Sin embargo, sí existen muchas similitudes entre ambas.
Y es que, en un entorno de bajos tipos de interés y poca circulación de dinero, las infidelidades financieras entre clientes, entidades y asesores se han incrementado notablemente. La época de los depósitos extratipados y las bonificaciones por traspasos de planes de pensiones y fondos de inversión, han creado un caldo de cultivo de subasta y negocio que, nos guste o no, ha pasado a formar parte ya del ADN del inversor de este país. Pero si alguien pensaba que, una vez superado lo anterior, el matrimonio profesional asesor-cliente era ya irrompible, que preste mucha atención en este 2015. El 2014 fue una prueba de fuego de nivel para la MiFID II. Regulador más exigente en el apartado documental y, evidentemente, clientes cada vez también más exigentes e informados. La MIFiD II ha venido para quedarse por lo que, a partir de ahora, las infidelidades financieras vendrán más por la buena o mala gestión de los procedimientos de la directiva. Es decir, el test que tendremos que superar este año los asesores financieros de la mano de nuestras entidades será el de cuán ágiles y claros somos en la contratación de productos pasando previamente, como es lógico, los filtros oportunos que nos dan el okei. Será importante no inundar a los clientes con papeleo excesivo, documentos claros y concisos, se deberán dar las máximas facilidades para su firma y buenos canales de envío. Sino, puede ser el primer motivo de infidelidad y que decía ya al principio: “te dejo porqué se me hace difícil trabajar contigo”. ¡Atención!
Y aquí la tecnología juega un papel fundamental para todas las partes especialmente para los profesionales que asesoramos evitando así un empleo excesivo de tiempo en ello y generando, además, confianza y comodidad a los clientes. Segundo y peligroso test a superar. En más de una ocasión, los test previos han desaconsejado un producto a un cliente nuestro. Además éste no ha querido firmar los papeles oportunos que permitirían su contratación. Y llegados aquí es cuando sale aquella mítica frase del “pues en la entidad X sí que me lo contratan sin firmar nada”. Segundo caso de inMIFIDelidad. Hay una tercera persona. Sí, la hay pero sin ética y que sólo mira por su éxito. Sólo nos queda, como profesionales serios, una única opción en este caso. Explicarle el porqué no debe comprarlo, educarle e insistir en la buena fe de la MIFID.
Nos espera un apasionante, movido y complejo 2015 en todos los campos. No perdamos, sin embargo, nuestra ética y trabajemos bien sin necesidad de hacer lo que hace esa “tercera persona”. La profesionalidad y las buenas formas siempre por delante, por favor.