La irrupción de las metaciudades y su impacto en la inversión inmobiliaria

Tom_Walker
Foto cedida

TRIBUNA de Tom Walker, responsable de inversión global en activos inmobiliarios en Schroders. Comentario patrocinado por Schroders.

Un conjunto de megaciudades, con transporte de alta velocidad y todas las infraestructuras necesarias, que funcionan como una única área económica y que, juntas, consiguen generar más valor del que obtendríamos si sumásemos la contribución individual de cada una de ellas. Así podríamos resumir el concepto de metaciudad, una tendencia emergente a la que deben estar muy atentos tanto los gobernantes como los inversores.

Esta tendencia empieza a coger fuerza en China, donde encontramos tres metaciudades que destacan por el valor que generan: GBA (conocida como Pearl River), Pekín (que, junto con Tianjin y Heibei, forman el área conocida como Jing Jin Ji) y el delta del río Yangtsé. En conjunto, estas gigantescas áreas urbanas generaron en 2017 casi la mitad del PIB chino y fueron responsables del 77% de las exportaciones nacionales, pese a concentrar apenas un 25% de la población del país.

Según datos de Naciones Unidas, esta tendencia de aglomeración de la población en megaciudades continuará intensificándose. ¿Por qué? Sobre todo, por la economía del conocimiento y las ventajas que proporcionan en términos de economía de escala. La economía del conocimiento depende de la proximidad y la participación, que permiten formular, probar, desarrollar y aplicar innovaciones. En este sentido, la actual revolución tecnológica está cambiando cómo vivimos y la aparición de estas gigantescas aglomeraciones urbanas es una de sus muestras más relevantes.

Los gobiernos y los inversores que comprendan la importancia de invertir en el desarrollo de estas ciudades estarán en una posición ventajosa para ofrecerle a sus ciudadanos la posibilidad de formar parte integral del engranaje que hace funcionar la economía del conocimiento.

Las tres metaciudades chinas que hemos mencionado son solo el principio y cada vez más megaciudades alcanzarán el estatus de metaciudad. Está claro que Asia está a la vanguardia de esté fenómeno, dado el fuerte crecimiento poblacional que registra, lo que dará como resultado el nacimiento de densas áreas urbanas cuya producción económica superará con creces la del resto del territorio.