TRIBUNA de Simon Rowe, gestor del Henderson Horizon European Growth Fund.
En 2014, las rentabilidades de las acciones europeas fueron mediocres, fiel reflejo del empeoramiento de las perspectivas de crecimiento en la región. No obstante, para localizar oportunidades de inversión, los inversores interesados en reasignar activos a Europa deberían mirar más allá de las cifras del PIB publicadas. Es mucho mejor buscar empresas que puedan prosperar incluso en épocas de dificultades económicas. Algunas de estas firmas fabrican productos tan cotidianos que son casi invisibles. Pero las rentabilidades de estos productos que pasan prácticamente inadvertidos es, en ocasiones, superior y más sostenible que la de otras marcas y sectores mucho más conocidos.
Lubricantes de alta gama
Por ejemplo, el aceite lubricante. La mayoría de las personas no suelen reparar en el lubricante que usan para el coche, pero sí sabe que los vehículos (y muchos otros productos) necesitan aceite lubricante para funcionar. Después de todo, podríamos venir a gastar en aceite para el coche 1 dólar a la semana, probablemente menos de un 0,001% del coste anual de mantenimiento de un vehículo. Y un dato todavía menos conocido es que, puesto que los fabricantes de automóviles han reducido el tamaño de los motores y han incrementado su potencia, se ha registrado un notable ascenso en la demanda de lubricantes de alto rendimiento, normalmente diseñados para un modelo o motor específico.
Si no utilizamos el aceite lubricante adecuado, el rendimiento y el gasto podrían verse afectados y, tal y como pueden imaginarse, estos productos personalizados son mucho más caros que los lubricantes estándar que utilizaban los coches hace una generación. A la cabeza de esta revolución algo esotérica de los lubricantes para automóviles se encuentra la alemana Fuchs Petrolub. Los fabricantes de coches de todo el mundo se guían por la tecnología alemana, por lo que, casi con toda seguridad, recurrirán a Fuchs.
Esta firma no sólo es líder en lubricantes de alta gama para coches. Su fórmula mágica también le ha funcionado en ámbitos tan diversos como la maquinaria para minería o los bienes de equipo, entre otros. Incluso en las tarjetas de crédito hay una fina capa de lubricante especial. De nuevo, dado que el periodo de cualificación de los lubricantes es largo y complicado, con independencia de para que se aplique, estamos ante un negocio con unas barreras de entrada considerables. Sus necesidades de capital son modestas y presenta un patrón de actividad recurrente. Por tanto, el negocio de los lubricantes de alta gama es mucho mejor que el de la ropa de alta gama, porque los lubricantes no pasan de moda.
Vasos de papel
Pensemos en otro objeto cotidiano: los envases para productos de consumo. La próxima vez que pida un café para llevar, fíjese en el vaso. Anteriormente, solía ser de plástico barato o poliestireno, pero cada vez más se está imponiendo el papel, que resulta más fácil de agarrar (aísla más) y también ofrece alternativas en cuanto a colores e imagen de marca. ¿Puede ser un buen negocio fabricar vasos de papel? Pues resulta que puede ser un negocio sorprendentemente bueno, porque si una cadena de cafeterías o de restauración (por ejemplo, McDonalds) cobra de 2 a 3 dólares por un café algo más especial, no le importará gastarse de 2 a 3 céntimos en un vaso decente para que la experiencia de usuario sea más agradable. ¡Definitivamente, queremos que el vaso aguante sin que se salga el café! Asimismo, la cafetería no va a querer quedarse sin existencias de esos vasos, porque entonces no podría vender un café que le resulta muy rentable.
La necesidad de envases fiables y de calidad para productos de consumo continúa al alza en el sector de la restauración, que crece a un ritmo superior al de la mayoría de las economías. Desde siempre, el negocio de envases para productos de consumo ha estado dominado por gigantes integrados procedentes de Estados Unidos, como International Paper, pero más allá de las fronteras estadounidenses, una de las empresas con mayor éxito es la finlandesa Huhtamaki, centrada exclusivamente en envases y con unas necesidades de capital muy inferiores a las compañías de papel y pasta de papel. Además de vasos, fabrica tapas y todo tipo de envases utilizados en restauración. Se beneficia de contratos recurrentes y a largo plazo con grandes cadenas y hace uso de mayoristas para sus numerosos clientes de menor tamaño. Sus márgenes de beneficio de explotación son razonables, pero lo verdaderamente destacado es su tasa de rendimiento de capital, muy satisfactoria para un negocio tan constante.
Envases de alta rotación
Más allá del sector de la restauración, Huhtamaki es un socio clave para las empresas de bienes de consumo de alta rotación en todo el mundo. En los mercados desarrollados, es un destacado fabricante de tubos coloreados para productos como, por ejemplo, la pasta de dientes, un artículo que no es especialmente emocionante pero que la mayoría de las personas necesitamos a diario. En los mercados emergentes, Huhtamaki es uno de los principales fabricantes de bolsitas y envases flexibles, que empresas como Unilever y P&G utilizan para comercializar champú o productos de limpieza. En muchos países, la población no tiene suficiente dinero como para comprar envases más grandes y en países como la India o en las favelas brasileñas, estas bolsitas se venden puerta a puerta.
La capitalización de mercado de esta empresa superó hace relativamente poco el umbral de los 2.000 millones de euros, pero cuenta con una valiosísima red internacional de centros de producción en treinta países, que producen en masa miles de millones de artículos que la mayoría damos por hecho pero de los que dependemos cada vez más en nuestro día a día. Es mucho mejor fijarse en las perspectivas más a largo plazo de productos cotidianos como los lubricantes o los vasos de papel que preocuparse en exceso por las previsiones del PIB.