La oportunidad en la deuda privada

Juan Hernando_MoraWealth_noticia
Firma: cedida (MoraWealth).

TRIBUNA de Juan Hernando, director Advisory, MoraWealth. Comentario patrocinado por MoraWealth.

Dentro del proceso de democratización de los activos ilíquidos, la deuda privada es uno de los que está generando más interés, aumentando de forma exponencial los activos bajo gestión en los últimos años. Desde la gran crisis financiera global, ha venido a cubrir huecos en las necesidades de la financiación que dejaron de cubrir los prestadores tradicionales, especialmente para las empresas de menor tamaño.

Evolución de AUM de fondos de préstamos privados

Fuente: Preqin.

Al igual que en la renta variable, donde el porcentaje de compañías que salen a bolsa cada vez es menor confiando en los mercados privados, la tendencia es similar en la parte de deuda. Si en 2008 más de un 70% de los préstamos en Europa eran bancarios, en 2023 apenas llegaban al 22%, mientras que los préstamos privados han seguido el camino inverso.

Evolución mercado de préstamos corporativos

Fuente: Pitchbook LCD.

Para las compañías, acudir a este tipo de préstamos también tiene ventajas. Pueden ser más flexibles, con una ejecución más rápida, más certidumbre y mayor confidencialidad. Dentro de la deuda privada, hay numerosas estrategias diferentes a lo largo de todo el espectro de riesgo en función de, entre otros factores, la yield, estructura de capital o calidad crediticia.

Podemos encontrar desde préstamos senior de empresas con muy buenos fundamentales (senior direct lending) a deuda distressed o venture debt, que estarían en la parte baja en cuanto a calidad crediticia y estructura de capital. Por el camino, entre otros segmentos, podemos destacar instrumentos híbridos como la deuda mezzanine que se centra en partes medias-bajas de la estructura de capital. Lógicamente los spreads aumentan en función del riesgo asumido, así como, a priori, las posibilidades de defaults.

Tipos de bonos cotizados y privados

Fuente: The Journal of Alternative Investments.

Siendo conscientes de la heterogeneidad que existe en la deuda privada, nos podemos centrar en el análisis de algunos tramos como el senior direct lending. Como activo, los resultados históricos en cuanto a generación de rentas, comportamiento en caídas o volatilidad han mostrado los beneficios de ser incluidos en carteras junto a activos tradicionales. Por poner un ejemplo, en los momentos de caída han mostrado mayor resistencia que el high yield. Otro de los grandes beneficios que aporta es la descorrelación frente a los activos tradicionales.

Desde el punto de vista del inversor durante los años de tipos bajos, incluso negativos, la posibilidad de acceder a yields positivas fue un gran atractivo para la deuda privada. La gran pregunta con el cambio de paradigma y la vuelta a unos tipos nominales que no se habían visto en el mercado desde hace más de 10 años es: ¿tiene sentido invertir en deuda privada? La respuesta corta y rápida, sería que sí. Pero es importante tener en cuenta, que es un producto considerado complejo y arriesgado, así como una inversión no apta para inversor minorista, en estos casos es preferible optar por fondos de inversión.

Como siempre, depende de los objetivos del inversor. Uno de los aspectos más relevantes son los diferenciales que se pueden generar respecto a otros activos de renta fija cotizados. Desde este punto de vista, consideramos que sigue teniendo sentido invertir en deuda privada. Durante 2023 se ampliaron los diferenciales a raíz de la tensión en los mercados tras los casos de SVB y los regionales americanos. Incluso en tramos de los más seguros, los diferenciales sugieren rentabilidades potenciales cercanas al doble dígito para los próximos años.

Al igual que ocurre en gran parte de las estrategias ilíquidas, la dispersión de resultados entre gestores en los primeros cuartiles y los últimos es más amplia que en las líquidas, por lo que cobra aún más importancia el efecto selección. A la hora de originar y participar en operaciones, la experiencia de los gestores es un valor añadido clave. Por otra parte, la red de contactos y la presencia en el mercado para poder acceder a los deals marca una diferencia importante en los resultados.

En un entorno de marcado crecimiento del mercado, han llegado nuevos jugadores, tanto por creación de gestoras alternativas como gestoras tradicionales que han creado unidades de ilíquidos para lanzar vehículos de deuda privada. El análisis de los track records de los equipos se convierte en más complejo, algo que en ocasiones se puede solventar extrapolando experiencias previas en otras entidades. En cualquier caso, los equipos establecidos durante años de gestoras con expertise en el activo parten con ventaja a la hora de afrontar procesos de due dilligence.

Uno de los puntos que puede generar controversia en el proceso de ampliación de la base de inversores es el de la iliquidez. Seguramente no todos los inversores están dispuestos a asumirla, pese a la prima de iliquidez que, según los análisis históricos, puede traer aparejada. Según Preqin, la media de vida de las estrategias de senior direct lending está sobre los 7 años, mientras que para mezzannine o deuda de infraestructuras superan los 10 años.

Por ello, empiezan a cobrar vigencia estructuras semilíquidas que permiten salir, con preavisos reducidos, sin tener que acudir a buscar comprador en el secundario, que puede resultar más complejo y con peores precios. A diferencia de otras estrategias ilíquidas, la curva J de la deuda privada es menos profunda, algo que se consigue reducir más aún con las estructuras semi-líquidas.

Plazos medios de los fondos de deuda privada

Fuente: Preqin.

En definitiva, consideramos que se mantienen buenas perspectivas en la deuda privada. Creemos que este momento de mercado, con los diferenciales actuales, ofrece un potencial de revalorización atractivo mientras que, históricamente ha mostrado mayor resiliencia en las fases bajistas del mercado. Todo ello lo convierte en un activo que puede tener cabida como elemento descorrelacionador para carteras.

Los productos de inversión en deuda privada están en un estado incipiente porque no son muchas las gestoras que los ofrecen. En MoraWealth los tenemos añadidos ya a nuestra gama gracias nuestra alianza con Goldman Sachs Asset Management y hemos detectado un sensible interés por parte de los inversores, muestra que este tipo de modalidad de inversión está llamada a ser protagonista en un futuro inmediato.