Es cierto que en los últimos años se han conseguido altas rentabilidades en todo tipo de bonos europeos de manera general y sin necesidad de discriminar por emisores, y ello simplemente porque los tipos ‘base’ han bajado hasta mínimos históricos. No obstante, la expectativa de subida del tipo de interés oficial en Estados Unidos, estimada para 2015, y algo más tarde en Europa, agudiza la necesidad de ser selectivo con las inversiones en renta fija.
Las previsiones apuntan a que a finales de 2015 el tipo de referencia en Estados Unidos habrá subido desde el 0,25% actual hasta el 1%. Este movimiento puede llevar el nivel de la rentabilidad del bono del gobierno de EE. UU. a 10 años a rentabilidades alrededor del 3,5% desde el 2,7% actual, contagiando a la rentabilidad del bono del gobierno de Alemania a 10 años, por la correlación que existe entre ambos bonos. Nuestra estimación es que el 10 años alemán podría situarse en el 2,5% a final de 2015.
A pesar de esta previsible subida en los tipos de referencia vemos oportunidades en muchos bonos que cotizan con altos spreads porque tienen capacidad de absorber las subidas que puede haber en la curva swap.
Las oportunidades surgen cuando hay cierta volatilidad en el mercado. El mercado suele exagerar los movimientos tanto al alza como a la baja y este hecho permite buenas operaciones de compra y venta. Por ejemplo, en 2012, cuando España pidió ayuda financiera a la Unión Europea para rescatar a los bancos con problemas, la rentabilidad del bono soberano español a 10 años llegó al 7,5% pero el de las comunidades autónomas llegó al 15%. Había diferencias de más de 800 puntos básicos (en rentabilidad) entre un bono soberano y el emitido por una comunidad autónoma. Esta distorsión del mercado creó una oportunidad excelente, que duró muchos meses, para comprar deuda de regiones españolas ante la previsión de que la situación se normalizara, como así está ocurriendo.
Ahora vemos oportunidades de valor relativo en bonos de un mismo emisor pero dirigidos a públicos diferentes, cliente retail o institucional. En Italia, especialmente en el sector financiero, hay muchos bonos de este tipo. Otra oportunidad se crea en los movimientos corporativos que producen cambios de rating. Ante la posibilidad de que un emisor sea bajado de rating, especialmente cuando se encuentra en la frontera entre investment grade y high yield, suele haber ventas fuertes de inversores que no podrían tener el bono con el nuevo rating. También encontramos inversiones interesantes en emisores muy domésticos cuando emiten en divisas diferentes a la suya. Y por supuesto la primera y más fácil fuente de rentabilidad extra se encuentra en las emisiones del mercado primario que suelen salir con prima respecto al secundario y en unos días su precio puede situarse fácilmente 4 o 5 puntos porcentuales por encima del precio de emisión.
Por último hay que hacer una referencia al funcionamiento del propio mercado de renta fija. En los últimos años las ineficiencias del mercado y la falta de transparencia se han acentuado y la gestión profesional se ha vuelto un requisito imprescindible.