Lo pequeño es bello…para aquellos que saben esperar

petercam
Foto cedida

Puede que suene a cliché, pero la mayoría de las empresas empezaron desde abajo. Teniendo en cuenta esto, nos sorprende que las pequeñas y medianas empresas sean habitualmente ignoradas en las carteras diversificadas. De hecho, los estrategas tienden a preferir ciertas regiones, sectores o factores de estilo, pero raramente están de acuerdo sobre en qué capitalizaciones de mercado deberían invertir.

Sin embargo, a la larga las compañías de mediana y pequeña capitalización, generan claramente una considerable mayor cantidad de retornos. Los números hablan por sí solos: los inversores que tienen exclusivamente inversiones en el índice que comprenden las 50 compañías más grandes del mundo, desde el año 2000 habrían perdido una parte de sus ingresos adicionales. Solo durante las crisis de los años, 2000, 2008 y 2011 las estrategias de este tipo han llevado a mayores rentabilidades. Según los recientes cálculos de Citigroup, tal cartera large cap ha crecido aproximadamente un 31% desde principios del 2003, mientras que la cartera compuesta por todas las otras compañías comprendidas en el índice mundial MSCI se ha revalorizado un 129%. Este es un diferencial de rendimiento bastante considerable, teniendo en cuenta que estas 50 mega caps tienen franquicias importantes, solidos balances y son muy rentables.

Lo que es aún más destacable no es solo que estas mega caps hayan tenido una rentabilidad inferior de manera consistente, si no que las SMID caps se han superado sistemáticamente a lo largo de los años.  Dicha rentabilidad superior aumenta más a medida que el horizonte de inversión es más largo. Un estudio reciente ha demostrado que las SMID caps tuvieron una rentabilidad superior a las large caps en casi la mitad de tiempo, en periodos de 1 a 10 años. A medida que se prolonga el periodo de inversión, la brecha de rendimiento superior se amplía de forma espectacular. Por lo tanto, no hay duda de que las SMID caps merecen ser incluidas en una cartera de inversión orientada a largo plazo.

La teoría económica tradicional dicta que los retornos altos y los grandes riesgos van de la mano. No obstante, todavía está por ver si esto se aplica a las compañías de mediana y pequeña capitalización. Es cierto que tales inversiones tienden a ser menos líquidas, pero esto solo es relevante al comprar y vender posiciones en este segmento, y por tanto, es menos interesante para los inversores a largo plazo. Esta menor liquidez, sin embargo implica una volatilidad sustancialmente mayor de las pequeñas capitalizaciones, en comparación con sus competidoras más grandes. La investigación a este respecto no es concluyente, y el análisis se ve influenciado principalmente por los períodos de tiempo en cuestión. Lo que está claro es que el perfil de riesgo / rentabilidad al invertir en SMID cap es muy atractivo, y mejora aún más a medida que el horizonte de inversión es más largo.

¿Pero qué explica esta aparente paradoja por la cual los retornos altos no encajan con riesgos sustancialmente mayores? ¿Cuáles son las características específicas de estas empresas de mediana y pequeña capitalización que las diferencian de sus equivalentes más grandes y ofrecen a los inversores un mayor rendimiento a largo plazo? En cualquier caso, esta rentabilidad superior no se puede explicar por unos mayores beneficios, márgenes más altos, un balance más saludable, o una combinación geográfica y por sectores diferente, ya que estos criterios coinciden en gran medida con las grandes empresas o incluso penalizan a las compañías de mediana y pequeña capitalización. De hecho, las tasas de crecimiento más altas de estas empresas son el principal factor diferenciador.

A menudo, las SMID caps están en una etapa más temprana en el ciclo de crecimiento o de producto y por tanto tienen un potencial de crecimiento mayor. En muchos casos están orientadas y especializadas en uno o varios  nichos. Además su estructura más flexible (menos niveles de gestión, menos formalidades burocráticas) y su mayor nivel de iniciativa empresarial, les permite aprovechar mejor las nuevas tendencias. La combinación de estos factores resulta en el aumento de su volumen de negocio a un ritmo superior que el de sus competidores más grandes. Consecuentemente, a pesar de que sus competidores más grandes gozan de economías de escala, son capaces de mostrar un crecimiento de beneficios mayor. A la larga, esto se traduce en un mayor rendimiento bursátil.

No obstante, los ratios de crecimiento más altos no son la única explicación de la rentabilidad superior de las SMID caps. Las fusiones y adquisiciones (M&A) son otro elemento clave, ya que las SMID caps son a menudo objeto de adquisición para las grandes empresas que buscan adquirir nuevas tecnologías, nichos o cuota de mercado. Las mega caps raramente son sujeto de oferta de adquisición por otra compañía, y por lo tanto, no se benefician de una prima de compra. El último elemento, sin embargo, explica de manera implícita el rendimiento inferior de las mega caps  frente a sus competidoras sectoriales más pequeñas. De hecho, los CEOs de estas compañías no están sujetos a controles corporativos. En la jungla corporativa, el CEO de una compañía de gran capitalización no necesita temer por su puesto de trabajo como resultado de una adquisición hostil,  ya que los inversores no necesitan pagar ninguna prima a este respecto, excepto cuando la incertidumbre del mercado aumenta.

Además, durante periodos de crisis severa con perspectivas de deterioro, hay otra situación donde las mega y grandes capitalizaciones tienen una rentabilidad superior a todos los demás segmentos de mercado, por ejemplo, durante la última fase prolongada de un mercado alcista cuando la liquidez pasa a un primer plano. Aún no hemos llegado a ese tramo, pero mientras tanto los inversores a largo plazo ya pueden beneficiarse de las mega caps del mañana comprando las empresas de mediana y pequeña capitalización de hoy.

Los esfuerzos de investigación en la industria están excesivamente sesgados hacia las compañías de mayor capitalización y ese valor gradual puede ser creado, concentrando los esfuerzos en áreas menos investigadas del mercado. De hecho, los inversores de renta variable tienden a concentrarse en las empresas de mayor capitalización, para las cuales la información está descontada en las expectativas y en las valoraciones relativas de manera más eficiente. Además estas empresas también pueden beneficiarse de un re-rating implícito ya que el caso de inversión es escogido por más casas internacionales de análisis sell-side en relación un incremento de liquidez, una capitalización de mercado superior, la inclusión en el índice y una mejor comprensión del caso inversión gracias a un número creciente de inversores que cubren la compañía.

Por otra parte, además de ofrecer potencial "sin descubrir", ese valor sostenible que crean las mid caps ofrece otros atractivos en comparación con sus competidoras de gran capitalización bastante cubiertas por el mercado. En primer lugar, las compañías más pequeñas ofrecen la forma más pura de invertir en temáticas importantes y nichos industriales. Esta naturaleza más pura se traduce en que pueden presentar perfiles de crecimiento mayores que los de compañías más grandes, las cuales ven estos segmentos diluirse por cuestiones de diversificación. En segundo lugar, no solo las compañías de mediana capitalización ofrecen exposición a temáticas de alto crecimiento, aquellas que tienen un fuerte posicionamiento industrial también generan consistentemente un crecimiento de ingresos superior a sus competidoras de gran capitalización con un posicionamiento líder en la industria.

Por último, esto también significa que estas compañías tienen más probabilidades de ser objetivos estratégicos de fusiones y adquisiciones para los jugadores más grandes y diversificados que buscan aumentar su perfil de crecimiento, o consolidar su posicionamiento en una industria determinada. Para detectar estas oportunidades, es interesante prestar atención a los mercados periféricos o a mercados más pequeños, ya que a menudo se pasan por alto o son menos eficientes que los mercados más grandes (más investigados).