TRIBUNA de Craig Bonthron, gestor del Artemis Positive Future Fund. Comentario patrocinado por Artemis Investment Management.
Ante una crisis de coste de la vida, aún hay buenas noticias: algunas empresas están aprovechando los continuos avances tecnológicos para ofrecer más con menos, en beneficio de sus clientes, la sociedad y sus propios accionistas.
Las presiones inflacionistas actuales no tienen precedentes en los estándares modernos. Es probable que sólo los mayores de 65 años recuerden una crisis similar del coste de la vida. Acostumbrados a la baja inflación de las últimas décadas, los consumidores (y los inversores) probablemente ya daban por hecho estos precios tan poco elevados.
Aunque hay muchas teorías sobre las causas de la inflación y la deflación, nosotros nos centramos en el cambio estructural impulsado por la tecnología a nivel de la industria y la empresa. Es por ello que vemos motivos de esperanza en medio de las actuales tensiones inflacionistas: la tecnología es el gran facilitador de los resultados de suma positiva y uno de esos resultados positivos es una buena deflación.
Debido a que cualquier deflación se ha visto tradicionalmente a través de una lente negativa, la 'buena deflación' no ha recibido, hasta este momento, la atención o la apreciación que merece. Tal vez las presiones inflacionistas de hoy empiecen a cambiar eso.
La deflación no es necesariamente algo a lo que temer
La deflación no sólo significa precios más bajos, sino también obtener más por el mismo precio. Gran parte de lo que los consumidores buscan en los productos (y los inversores) es en realidad una deflación con otro nombre:
- Suscripciones con nuevos servicios.
- Menores costes de personal gracias a una mayor retención de los empleados.
- Escalabilidad: "Construir una vez, vender muchas veces".
- Bajos costes de adquisición de clientes.
- Automatización de procesos.
- Mayor eficiencia en la fabricación mediante procesos 'agile'.
Las buenas empresas deben esforzarse por alcanzar el objetivo de hacer más con menos, ya que esto les proporciona una ventaja competitiva. Como dijo Jeff Bezos, "tu margen es mi oportunidad". Y aunque las credenciales de sostenibilidad de Amazon pueden ser cuestionables, el valor que ha creado para el consumidor y los accionistas (a través de la deflación) no.
El enfoque tradicional de los inversores en el poder de los precios ha llevado a suponer que las buenas empresas sólo suben los precios. Esperemos que el éxito de Amazon demuestre que bajar los precios también puede ser un signo de fortaleza.
¿Puede la deflación ser buena para el medio ambiente?
Existe el argumento de que algunas formas de deflación fomentan el consumo excesivo, especialmente en el sector del consumo. En algunos casos, como la fabricación de juguetes de plástico o los vuelos low cost, los factores medioambientales no tienen precio. Por eso, como inversores de impacto, debemos ser cautelosos: no todo el crecimiento es bueno. Sin embargo, al mismo tiempo, si buscamos combatir la inflación, creemos que podemos ofrecer un impacto positivo y una rentabilidad a largo plazo a nuestros clientes.
Las energías renovables son cada vez más la forma de energía más barata. Un estudio publicado por el Instituto para el Nuevo Pensamiento Económico de la Universidad de Oxford sugiere que el coste de la energía solar, la energía eólica y el almacenamiento en baterías ha caído aproximadamente de forma exponencial a un ritmo del 10% anual durante varias décadas. Por el contrario, una vez ajustados a la inflación, los precios de los combustibles fósiles son hoy muy similares a los de hace 140 años, sin que exista una tendencia evidente a la baja a largo plazo.
A continuación, nombramos una lista no exhaustiva de las áreas en las que creemos que nuestras inversiones están teniendo un impacto positivo a través de la comentada buena deflación:
- Energías renovables: Los descensos de precios persistentes y predecibles significan que la energía solar y eólica están sustituyendo a los volátiles combustibles fósiles (cuyo precio no ha bajado desde 1880).
- Vehículos eléctricos y almacenamiento de baterías: Las mejoras persistentes y predecibles en las baterías de iones de litio, en la eficiencia de los semiconductores de potencia (una parte esencial de los vehículos eléctricos) y las mejoras en las cadenas de transmisión de los vehículos eléctricos están llevando a la disminución de los precios.
- Gestión de la diabetes: Los dispositivos médicos que mejoran la gestión de la diabetes están reduciendo el número de (costosos) episodios de hipoglucemia aguda y reduciendo los efectos de la diabetes sobre la salud a largo plazo, con lo que se reducen los costes.
- Diagnóstico del cáncer: La detección precoz mejora notablemente las tasas de supervivencia y reduce significativamente el coste del tratamiento.
- Prevención y tratamiento de los accidentes cerebrovasculares y los traumatismos cerebrales: Los productos de protección para reducir las lesiones durante la práctica deportiva y los dispositivos médicos mejoran la rapidez y eficacia del tratamiento, reduciendo el riesgo de muerte y la demanda de una costosa rehabilitación.
- Economía circular: El reciclaje de materiales de baterías, ropa, plástico y metal puede suponer una reducción significativa de la demanda de energía, agua y recursos en general.
- Educación: El acceso en línea a cursos educativos acreditados por la universidad puede ofrecer una educación de bajo coste en cualquier parte del mundo. La productividad de los profesores es mayor y los costes por alumno son menores.
- Fitness de bajo coste: Proporcionar los requisitos básicos para mejorar la forma física en lugares convenientes a un precio de entrada muy bajo puede ofrecer oportunidades para mejorar el estilo de vida (y una mayor productividad) y mejores resultados de salud a largo plazo (reducción de la carga sanitaria) para millones de personas.
- Audición: Los implantes cocleares ofrecen una solución para la pérdida auditiva profunda y los audífonos para la pérdida auditiva relacionada con la edad y los daños. Esto mejora drásticamente la productividad de la vida humana y reduce la degeneración del cerebro y el cuerpo (junto con los costes sanitarios asociados) durante el proceso de envejecimiento.
Así que, en lugar de temerla, debemos cambiar la lupa bajo la que vemos la deflación, ¡ya que a veces puede ser alucinantemente buena!
Este progreso tecnológico subyacente continuará independientemente de las fluctuaciones a corto plazo del IPC, del IPR o del mercado de bonos. Y en medio de la actual crisis del coste de la vida, creemos que las empresas que tienen el poder de ofrecer una deflación sostenible y buena son más importantes que nunca. Por eso seguimos invirtiendo el capital de nuestros clientes en los luchadores contra la inflación.
