Tribuna de Josep Lluis Otero Sanz, director de banca privada y finalista de julio y agosto del concurso de EFPA y Funds People.
En mi opinión, hoy impera el ASESORA COMO QUIERAS. Lo explico. Según MIFID, el asesoramiento financiero se ofrece desde las empresas de servicios de inversión (ESI). Pueden ser entidades financieras, es decir, grupos bancarios o aseguradores que a menudo incluyen gestoras. También pueden ser entidades no financieras como agencias, sociedades de valores, gestoras y EAFIs. El asesoramiento prestado por las entidades financieras podría considerarse actualmente como no independiente, y el prestado por las no financieras como independiente, aunque MIFID 2 redefine el concepto, exigiendo no percibir comisiones ó incentivos por producto para ser considerado independiente. A grandes números, el asesoramiento desde entidades no financieras maneja hoy un 5 % de los activos, mientras que las entidades financieras ostentan el 95 % restante.
Son pocas, muy pocas, las ESI que cobran al cliente por el servicio de asesoramiento. Son transparentes y repercuten el coste al inversor.
La mayoría cobran comisiones, retrocesiones o incentivos de los fabricantes del producto financiero, sean seguros, inversión colectiva, estructuras u otro tipo. No son transparentes. El inversor solo conoce el coste bruto del producto, sobre todo en inversión colectiva. En estructuras, unit linked y otros productos suele desconocerlo. Pero en todos los casos desconocen el incentivo que ha percibido el asesor/distribuidor, lo que inhibe a valorar si dicha inversión obedece a la calidad del producto o al interés comercial del incentivo.
Algunos combinan los productos anteriores en uno propio, percibiendo una comisión sobre la inversión. Es el caso de algunas SICAV, fondos de inversión, carteras discrecionales multiproducto o incluso unit linked. En realidad es una gestión discrecional, pero dentro de un vehículo inversor y con cierta limitación y uniformidad en el universo de activos a invertir.
¿Que opción tomarán estos actores para adaptarse a MIFID 2? Pues, tomando el título de una película mítica: ASESORA COMO PUEDAS
Me aventuraré a pronosticar que inicialmente pocos se atreverán a ser independientes y cobrar por asesorar, ofreciendo un abanico suficiente de instrumentos financieros.
Faltará decisión y sobrará temor. Quizá también faltará calidad, formación y profesionales, y sobrará espíritu comercial, considerando el producto financiero como una utility. Intuyo que entidades financieras prestarán en general asesoramiento no independiente. La mayoría incentivarán la contratación de carteras de gestión discrecional, ó de instrumentos colectivos de gestión perfilada, cobrando así comisión sobre la inversión pero en concepto gestión, no asesoramiento.
Podría darse el caso que una misma entidad ofrezca los dos tipos de asesoramiento, no independiente en general, y independiente a algunos clientes sofisticados. Parece plausible, pues MIFID 2 no clasifica a las entidades, sino el asesoramiento que prestan.
En definitiva, si tuviese que apostar lo haría por entidades inmovilistas y reguladores contemplativos, con la gestión discrecional como medio de percibir ingresos. Pero perdería gustoso la apuesta si desde el principio hay oferta asesoramiento de calidad, innovación y mayor responsabilidad. Solo la calidad y diferenciación harán que los inversores demanden asesoramiento. Quizà también ayude alguna crisis ó un mercado bajista.