Las conversaciones acerca de una guerra de divisas, las dudas sobre la credibilidad de los encargados de formular las políticas chinas y las preocupaciones acerca de la ralentización de la economía china y sus ondas expansivas han avivado una aversión al riesgo entre los inversores. Sin embargo, calificar de dramática a la devaluación urdida por el Banco Central de China (PBoC) parece excesivo, puesto que desde entonces el yuan tan sólo se ha depreciado alrededor de un 4%. Por ejemplo, la decisión de Suiza en enero de este año de acabar con el techo del franco suizo frente al euro hizo subir su moneda más de un 19%. Sin embargo, la reacción de los mercados ha sido virulenta.
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