TRIBUNA de Juan Rodríguez, profesor de Finanzas en ICADE.
El estilo de inversión de Warren Buffett aparece reiteradamente en diferentes medios de comunicación como modelo de gestión que cualquier portfolio manager debería estudiar y analizar. Hay publicados numerosos libros y artículos que examinan las claves del éxito que ha llevado a su empresa, Berkshire Hathaway, a lograr un exceso de rentabilidad media anual sobre las T-Bills del 19%, cuando la media del mercado de renta variable ha sido del 6,1%.
Son archiconocidos los gustos inversores de Buffett: compañías bien establecidas, de negocios que posean una ventaja competitiva importante y sostenible en el tiempo y de fácil comprensión y, sobre todo, que estén baratas. Las compañías tipo son blue chips de negocios tradicionales y líderes en su sector.
Esta parte, de la que no me voy a ocupar, hoy día es la más conocida por los inversores y estudiantes de mercados financieros de todo el mundo. Sin embargo, el éxito de Buffett no radica única y exclusivamente en el proceso de selección de activos, como subraya un artículo recién publicado por The Economist. El artículo se basa, a su vez, en un estudio de dos investigadores de la Universidad de Nueva York y de AQR Capital Management.
Para estos investigadores, Buffett ha tenido dos aciertos importantes:
Primer acierto: aunque las compañías donde Buffett invierte tienen una beta baja y una rentabilidad esperada menor a las del conjunto del mercado, se ha demostrado que las compañías con beta baja tienen una rentabilidad ajustada al riesgo mucho mayor que las de beta alta.
Segundo acierto: el apalancamiento. La única manera de compensar esa rentabilidad esperada menor es apalancándose. Según The Economist, el apalancamiento medio ha sido de un 60% sobre el capital. Además, cuanto más barato te financies, más beneficio obtendrás a igualdad de retorno de tu inversión, como es obvio. Pues bien, Buffett se ha venido financiando de dos maneras fundamentales:
1) Vía bonos: al haber sido durante mucho tiempo AAA, sus costes de financiación por esta vía fueron relativamente pequeños.
2) Vía compra de compañías aseguradoras: podríamos decir que Buffett siguió la premisa de que “si no encuentras financiación barata, cómprala”. Buffett entró en el mundo asegurador en el año 1967 con una adquisición y el flujo del exceso de primas sobre las incidencias tenidas le ha venido reportando una financiación estable y a unos costes extremadamente bajos. Para hacernos una idea, la media de coste de financiación desde el año 1976 ha sido de 309 puntos básicos menos que la T-Bill y 381 puntos básicos menos que el tipo de la FED o 388 puntos básicos menos que el LIBOR a 6 meses.
Yo, si fuera un gestor de fondos de inversión, podría decir: “Así cualquiera obtiene rentabilidades”. Pero no lo voy a hacer. La gente que hace fácil lo difícil son genios e inimitables.