TRIBUNA de William De Vijlder, director de inversiones de BNP Paribas IP.
“En Estados Unidos existe el temor de que el fuerte crecimiento acelere la inflación….por el contrario, en el resto del mundo existe amenazas de deflación (exceso de oferta en muchos sectores, sin poder de fijación de precios, desempleo elevado en Europa)…Japón y Europa necesitan un dólar fuerte. La política monetaria en Estados Unidos está pendiente de un hilo pero el riesgo de un fuerte endurecimiento son limitados. El máximo cíclico de rentabilidad de los bonos será más bajo que en los ciclos anteriores…las tasas libres de riesgo cada vez más bajas obligan a los inversores a tomar mayores riesgos … los índices de acciones han subido mucho en la mayoría de los mercados ..Las acciones no están baratas pero tampoco excesivamente caras .. El entorno cíclico es positivo para los beneficios en Europa”.
Leyendo esto, usted puede pensar que se trata una buena descripción de la situación actual del mercado. Si no está de acuerdo es porque esta descripción proviene de una presentación que realicé a un cliente hace 14 años exactamente el 22 de septiembre de 1997, y que encontré este verano haciendo limpieza en el ático de mi casa. El título de la presentación era ¿existen todavía activos atractivos? Releyendo aquellas páginas pensé que es mejor mantener las cosas que tirarlas.
Durante mis vacaciones tuve la misma sensación cuando visite un anticuario en Bruselas en la Rue Blaes (muy recomendado). Fue una experiencia muy interesante y frustrante, ver tantos muebles bonitos pero también reconocer que muchos de ellos formaron parte de mi niñez, y probablemente mis padres los tiraron pensando que estaban pasados de moda y ahora son vintage y carísimos.
Como bien saben ustedes lo mismo se aplica a los coches antiguos Tendría que haber convencido a mis padres de haber mantenido el coche en el que me llevaban de pequeño en vez de haberlo cambiado por uno nuevo. No era un coche especial pero incluso aquel coche tendría un gran valor hoy. El lector atento se habrá dado cuenta que en mi análisis no tengo en cuenta los costes de almacenaje ni el coste de oportunidad, que deformaría un poco los resultados.
Volviendo al mundo de las inversiones, el hecho de que los comentarios sobre economía y mercados se puedan reutilizar si los almacenáramos el tiempo suficiente, no debería ser una sorpresa, teniendo en cuenta que la economía y los mercados se mueven en ciclos. Lo que daba más que pensar era cuántos temas eran o son todavía válidos hoy en día. Los mercados pueden ser volátiles a veces, pero muchos fenómenos son estructurales: la competición feroz por ponerse a cubierto de la inflación estructural; contar con la depreciación de la divisa para impulsar el crecimiento; la búsqueda de rentabilidad cuando la política monetaria es laxa; las persistentes preocupaciones por las burbujas.
Las raíces de muchos de estos problemas que vemos hoy se retrotraen a hace muchos años. Las consecuencias de la Gran Recesión y la manera en que se han solucionado sólo han servido para hacer de nuestro reto de inversión más abrumador que nunca.