Plataformas de fondos B2B: evolución y retos

Alvaro Ferrando_noticia
Firma: cedida (Inversis).

TRIBUNA de Álvaro Ferrando, director de Funds Globe, Inversis. Comentario patrocinado por Inversis.

Siguiendo un enfoque tradicional del término, podemos llegar a un amplio consenso en cuanto al entendimiento de que una plataforma de fondos es una entidad, compañía o simplemente solución que facilita la distribución de fondos de inversión, en un sentido amplio, poniendo en contacto a múltiples productores (gestoras) con múltiples compradores o consumidores (distribuidores) de este tipo de productos financieros. En esa función facilitadora está su esencia y con ese objetivo tan concreto se han venido desarrollando desde hace más de dos décadas.

A día de hoy, sin embargo, las plataformas tienden a un enfoque mucho más ambicioso de market-place de servicios y, además, se caracterizan por su alto componente tecnológico. Analizando el universo de participantes en el sector, podemos concluir que existen tres tipos principales de plataformas de fondos: las dirigidas a la actividad de asesoramiento (advisory-institutional, destinadas a un uso predominante por parte de los asesores financieros y por tanto consideradas como B2B2C), aquellas que tienen un enfoque puro hacia el cliente final (B2C), y un tercer grupo de entidades puramente institucionales (B2B institutional platforms).

Dentro del escenario europeo, particularmente en el mercado español, las plataformas institucionales B2B acaparan el mayor protagonismo, tanto en términos de volumen de negocio como de presencia territorial. Éstas se reducen a un selecto (por el número) grupo de participantes que ha experimentado una significativa evolución en la última década y que afronta una serie de retos ciertamente desafiantes para su crecimiento futuro, o simple supervivencia. Estamos hablando, fundamentalmente, de Inversis, Allfunds, Attrax, Clearstream, Fund Channel, Ifsam, MFEX, y Quality Funds (interna BBVA).

Para entender la dimensión y el papel que juegan estas entidades en la actividad de distribución de fondos de inversión en Europa, basta señalar que las plataformas B2B canalizaron a cierre de 2021 un volumen de activos de 3,68 billones(1). En especial, si definimos el tamaño total del mercado por el volumen de activos bajo gestión sobre un total de 32,2 billones(2) a cierre de 2021 (fondos y mandatos).

Adicionalmente a lo relevante de su propio rol, la evolución de estas compañías ha sido significativa especialmente en la última década. Resulta clave para el futuro de las mismas su definición y posicionamiento acerca de cómo van a adaptarse a los retos, no solo que se aproximan, sino también a aquellos con los que ya conviven.

Si hablamos de evolución, los servicios que prestan las plataformas han pasado de la mera transaccionalidad (capturar y enviar las órdenes de los distribuidores, comercializadores, a las gestoras) a un modelo mucho más amplio y ambicioso de one-stop-shop, como en el caso de Inversis, que ofrece servicios complementarios de administración y depositaría, entre otros. En resumen, la oferta de soluciones en este último aspecto, tanto para gestoras como para distribuidores, no ha hecho más que enriquecerse. El objetivo, facilitar la generación de negocio a los participantes y fidelizar una relación en un entorno con competencia y complejidad creciente:

  • Se ha ampliado de forma considerable la gama de productos con cobertura técnica, operativa-funcional e incluso legal que ofrecen. No solo en cuanto a la tipología de fondos de inversión (productos alternativos varios, hedge funds, venture capital, etc), sino incorporando también otro tipo de activos, como los ETFs o los planes de pensiones. Merecen especial atención en este capítulo los fondos y sociedades de capital riesgo, productos con características transaccionales muy específicas y que están despertando un enorme apetito por parte de los inversores y toda la industria financiera en general.
  • Se han incorporado soluciones dirigidas a la gestión y visualización del dato, tratando de facilitar el análisis de los flujos de negocio y permitir, por ejemplo, diseñar una oferta dirigida y orientada a la demanda real. Módulos de reporting, dashboards y productos similares, destinados a explotar la ingente cantidad de información que generan los flujos de transacciones que transcurren dentro de cada plataforma.
  • Se han realizado complejas adaptaciones funcionales para alojar las novedades normativas relativas a la distribución (MiFID II, PRIIPS, SFDR, etc). Esto ha dado cabida a elementos regulatorios extremadamente complejos como la gestión de los incentivos, el perfilado de clientes de acuerdo a nuevas exigencias legales o la gobernanza de productos para facilitar una correcta elegibilidad entre vehículo e inversor. En este aspecto, solo algunas plataformas con capacidad de prestar servicio a los clientes finales de los distribuidores pueden aportar valor a sus clientes y diferenciarse de otros competidores.
  • Cada vez es más frecuente la integración de soluciones de terceros sobre productos y servicios no core, tratando de buscar una oferta global más completa, moderna e innovadora. La adopción de capacidades de otras entidades, normalmente fintechs, responde también a ventajas en el time-to-market del despliegue a los clientes, costes más competitivos y no colisión con la oferta propiamente nativa de las plataformas, además de aportar flexibilidad en la sustitución de unos proveedores por otros si la demanda no responde. En este bloque podemos encontrar, por ejemplo, herramientas de optimización fiscal, contenidos mejorados especialmente dirigidos al análisis de inversiones (performance attribution, gráficos interactivos, comparadores y buscadores avanzados de productos) y widgets para la categorización de las carteras de clientes en función del mayor o menor alineamiento con criterios de sostenibilidad o de cumplimiento de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU).

Sin embargo, la evolución más relevante viene dada por la búsqueda de ampliación global de capacidades de las plataformas, instrumentada a través de operaciones corporativas. Estas están orientadas, fundamentalmente, a la posibilidad de generar negocio cruzado, incorporando la infraestructura técnica y funcional que permita ofrecer de forma integrada la cadena de valor (ejecución-liquidación-custodia) del universo completo de productos de inversión (más allá de los fondos).

Este giro estratégico, anticipado solo por algunas plataformas hace ya dos décadas, surge para responder también a algunos de los retos que deben afrontar las plataformas institucionales en el próximo lustro. Si hablamos de retos, no son menores los que afronta este segmento de la industria de activos financieros. Merecen especial atención los siguientes:

  • La competencia y diferenciarse de ella: un factor deseable en aras de asegurar la eficiencia en la cadena de distribución, la variedad de oferta para el consumidor-inversor y la competitividad en los costes. Son evidentes los movimientos inorgánicos que pueden poner en peligro este aspecto y que hemos venido observando desde 2020 (protagonizados por Euroclear, Cleastream, Fund Channel y Allfunds principalmente).
  • La regulación: cada vez más compleja, con un enorme efecto generador de inversión tecnológica para las plataformas, que se traduce en un elevado porcentaje en costes directos.
  • La tecnología: las infraestructuras tecnológicas que permiten la prestación del servicio a sus respectivas plataformas comienzan a acusar la obsolescencia, obligando a estas entidades a planificar programas de renovación con un alto impacto en las cuentas de resultados. Este es un elemento crítico a la hora de permitir la evolución de la oferta en productos y servicios cada vez más complejos, y con períodos de originación cada vez más reducidos. Solo una de las plataformas hasta la fecha (Inversis) ha manifestado públicamente haber iniciado un proceso de transformación tecnológica completo. No se trata solamente de inversión y coste, sino también de agilidad y anticipación estratégica.

No obstante, para las plataformas, el mantenimiento de su propio modelo de negocio constituye sin duda el mayor de los retos. Tradicionalmente, las plataformas institucionales B2B han logrado elevadas cotas de crecimiento a partir de la retención de parte de las retrocesiones que las gestoras ceden a los distribuidores o comercializadores. Esta práctica, tan legal como poco transparente, ha permitido a algunas plataformas esgrimir, como argumento de captación comercial, la aplicación de comisiones muy bajas (incluso gratuidad del servicio) de cara a los clientes (instituciones distribuidoras de fondos). Esto ha cargado todo el peso de la generación de ingresos en las comisiones derivadas de la incorporación y mantenimiento de las gestoras por el hecho de permitir colgar su producto y poder ofrecerlo a los comercializadores.

En el contexto regulatorio actual, donde en países como el Reino Unido o los Países Bajos las retrocesiones ya están totalmente prohibidas y los reguladores como ESMA ya plantean de forma abierta eliminarlos, aquellas plataformas que basen su modelo de negocio en esta práctica tan arraigada (retención de parte de las retros) van a tener serios problemas en mantener sus niveles de ingreso y su política comercial con clientes.

En definitiva, un escenario cambiante y extremadamente competitivo donde la agilidad y el acierto a la hora de invertir para adaptarse a los cambios regulatorios van a medir el nivel de éxito de las plataformas de fondos.

Fuentes y notas:

1 Platforum, 2022 report.

2 EFAMA, Asset Management in Europe (2022).