TRIBUNA de Javier Mallo, responsable de ventas de Legg Mason para España y Portugal. Comentario patrocinado por Legg Mason Global AM.
Los valores paneuropeos de mediana y gran capitalización representan un conjunto de oportunidades amplio y líquido que ofrece numerosas ineficiencias de precios. A nuestro juicio, la mejor forma de aprovechar estas oportunidades es a través de una estrategia long/short, aplicada por inversores experimentados, que se concentre en este universo de 600 acciones.
Incertidumbre en el mercado
La ponderación de nuestras posiciones largas y cortas refleja nuestra opinión sobre la salud de la economía europea y las valoraciones del mercado: incrementamos las posiciones cortas durante los rallies del mercado y las reducimos en momentos de debilidad.
Actualmente, consideramos que el periodo de ausencia de inflación y política monetaria extraordinaria en Europa ha tocado a su fin. Creemos que el mercado debe reconocer esta situación y llevar a cabo los ajustes necesarios a lo largo de los dos próximos trimestres, y que comprar cuando otros estén perdiendo la cabeza resultará clave. Además, surgirán nuevas oportunidades para ponernos cortos a medida que el ciclo vaya madurando.
Por estos motivos, el fondo mantiene un posicionamiento cauto. Al finalizar abril, habíamos reducido la exposición neta hasta el 34%, su nivel más bajo desde septiembre de 2016. La exposición bruta del fondo, por su parte, pasó del 118% al 103% porque recortamos las posiciones largas del 87% al 68% y aumentamos las posiciones cortas del 31% al 35%. En mayo, rebajamos nuestra exposición aún más por la incertidumbre generada por los problemas para formar gobierno en Italia, ya que sabíamos que el mercado no descontaba la incipiente crisis (ver gráfico 1).
A largo plazo, nuestras perspectivas para Europa continúan siendo muy positivas pero la incertidumbre económica y política se mantendrá durante algún tiempo.
Ponerse largos o cortos
Independientemente de que tengamos una visión más o menos positiva sobre las empresas europeas, nuestro proceso se basa en identificar anomalías en las valoraciones –long o short– e invertir en el diferencial, lo que requiere analizar la estrategia de negocio de la empresa, las barreras de entrada presentes en su área de mercado, su balance y su flujo de caja. Evaluar al equipo directivo resulta crucial a la hora de formarnos una opinión y por eso el equipo visita a 300-400 empresas al año. El amplio equipo de inversión de Martin Currie también aporta información sobre estas empresas desde una perspectiva global.
Las oportunidades que identificamos se valoran mediante un análisis CFROI (rentabilidad de la inversión del flujo de caja). Si vemos potencial alcista, mantendremos la posición entre seis y 24 meses, mientras que las posiciones cortas se mantienen solo de tres a nueve meses.
En parte, mantenemos las posiciones cortas durante menos tiempo porque somos conscientes de que entrañan más riesgo que las posiciones largas. Además, no nos ponemos cortos cuando existe la posibilidad de fusión o adquisición.
A la hora de seleccionar un valor en el que ponernos cortos, buscamos cambios negativos en los datos de la empresa o en su modelo de negocio, y también tenemos en cuenta si la cotización se sitúa en el límite superior de su rango de valoración, donde los márgenes de beneficios empiezan a tocar techo.
Parámetros de riesgo
Nuestro proceso de riesgo también incluye limitaciones de liquidez, correlaciones e indicadores macro.
Es poco frecuente que tengamos en cartera una posición con un tamaño mayor al volumen de negociación diario del valor. Este proceso bottom up de selección de valores se complementa con nuestro sistema de semáforos del mercado, que nos ofrece una visión estratégica de las condiciones generales del mercado y de los factores –tanto positivos como negativos– que probablemente influirán en su comportamiento futuro (ver gráfico 2).
Analizamos diversos factores que nos aportan información sobre las condiciones y el sentimiento que prevalecen en el mercado. Estos factores se comportan de forma diferente en mercados alcistas y bajistas, lo que nos permite asignarles una luz roja, ámbar o verde a cada uno de ellos y obtener así una visión panorámica del entorno de mercado general en el que opera la cartera.
La diversificación de la cartera es otro aspecto a tener en cuenta. Nos proponemos construir una cartera con un amplio número de factores que impulsen la cotización de los valores y evitamos la concentración de posiciones correlacionadas, sobre todo cuando los valores registran una elevada volatilidad.