Private equity, deuda privada, inmobiliario, infraestructuras…: presente y futuro de la inversión alternativa

Pedro Antonio Arias (Amundi)
Foto cedida

Artículo de Pedro Antonio Arias, director de la Divisón de Activos Alternativos y Reales de Amundi.

La crisis del COVID-19 nos ha sorprendido por su rapidez y su fuerza, y nos ha obligado a hacerle frente adaptándolos a un nuevo entorno y a nuevas formas de trabajo gracias al uso de mejores tecnologías. La pandemia parece controlada en Europa, pero sus efectos están lejos de quedar atrás y los próximos meses podrían ser cruciales para nuestra industria.

Es interesante considerar las consecuencias de la última gran crisis (crisis financiera global de 2007-2008) para anticipar las de la crisis actual. No es de extrañar que fueran los fondos de private equity cuyo capital había sido desplegado justo antes de la crisis (cosechas 2005-2006) los que tuvieron un peor comportamiento, mientras que la recaudación de fondos alcanzaban niveles récord en ese momento (fuente Preqin). Por otro lado, la crisis de entonces tuvo un impacto muy negativo sobre la recaudación de fondos en 2009, mientras que estos alcanzaron buenas rentabilidades…

¿Debemos deducir que las añadas de 2017-2018 serán decepcionantes? Tal vez... En cualquier caso, lo que es probable es que el año 2020 sea difícil en términos de recaudación de fondos, mientras que las cosechas de 2020 deberían proporcionar un flujo de negocios muy interesante.

Es probable que el año 2020 sea particularmente complicado para los nuevos fondos, ya que el fenómeno observado durante los últimos tres años de “the leaders take it all” (los líderes se llevan todo) es probable que se haga más pronunciado. Concretamente, la recaudación de fondos en los mercados privados, que alcanzó niveles récord en 2019 (un billón de dólares según Preqin), se ha realizado con un número cada vez más concentrado de GPs (General Partners). Así, el número de fondos ha pasado de 3.300 a 2.200 en tres años. Es probable que la crisis de COVID-19 acentúe el fenómeno a corto plazo, dadas las incertidumbres económicas, lo veremos más adelante.

Sin embargo, estamos convencidos de que la dinámica general observada en los activos alternativos no tiene visos de detenerse, incluso si el rendimiento o la recaudación de fondos se vieran afectados por la crisis. Por una parte, los mercados de acciones parecen caros después de un rebote muy (¿demasiado?) fuerte, y el nivel de los tipos de interés no permitirá hacer frente a los grandes pasivos, en particular en las esferas de pensiones y seguros. Por otra parte, muchos inversores se dan cuenta de que el rendimiento de los activos reales y de los mercados privados no puede medirse únicamente por su prima de iliquidez, sino también por su contribución a la solidez de las carteras y, por último, por el papel que desempeñan en la financiación de la economía

En efecto, con este tipo de activo, que ya se presta especialmente bien a la aplicación de políticas ambiciosas de ISR y ESG, se pueden claramente alcanzar las ambiciones en materia de financiación de la economía. Sin embargo, a la luz de lo que está sucediendo en los mercados, algunas personas se preguntan: ¿No estarían estas ambiciones en contradicción con el rendimiento de los fondos y la protección de los intereses de los inversores en tiempos de crisis?

Esta es una pregunta es legítima porque en el sector inmobiliario, algunos gestores de fondos han aceptado aplazamientos o reducciones de los alquileres pagados por los inquilinos de sus edificios. En deuda privada, algunos gestores han concedido facilidades o aplazamientos de intereses para evitar cualquier crisis de liquidez con el fin de acompañar las medidas gubernamentales. En private equtiy, algunos GPs han aceptado aplazamiento de pagos de los intereses de bonos convertibles (cuasi-capital) o han renunciado a ciertos dividendos.

Por último, en el sector de infraestructuras, los aeropuertos han suspendido las tasas de estacionamiento de las aeronaves inmovilizadas en sus plataformas debido a la crisis. ¡Todo esto no pasará sin repercusiones en el rendimiento de los fondos recientemente invertidos!

Sin embargo, creemos que la protección de los intereses de los inversores y la financiación de la economía no son contradictorias, sino todo lo contrario. Todas las facilidades concedidas por los gestores alternativos a sus clientes ayudarán a proteger sus intereses y su rendimiento a medio y largo plazo y debemos aceptar esta volatilidad de rendimiento a corto plazo. Como tenemos que aceptar la idea de que la descorrelación de los mercados privados con los mercados cotizados ha sido sobreestimada.

Esto debe quedar claro a medida que vayan apareciendo en el mercado europeo gestores alternativos con diferentes modelos de negocio (plataformas globales o minoristas) o dirigidos a nuevos inversores. Su ambición es clara: encontrar relevos de crecimiento para una clientela de inversores individuales y construir soluciones transfronterizas para clientes acostumbrados a soluciones domésticas, en particular en Private Equity e Inmobiliario. Como recordatorio, el europeo es el mayor mercado de ahorro del mundo... ¡esto puede dar ideas a algunas personas!

Estamos viendo también la aparición, especialmente en España, de soluciones ELTIF (European Long Term Investment Fund), con algunas imperfecciones, pero muy innovadoras. Estas deberían permitir la democratización de los mercados privados y de los activos reales, ya que las directivas de UCITS han permitido el desarrollo de los fondos tradicionales. La Comisión Europea ha iniciado una revisión de la directiva para facilitar el desarrollo de este tipo de soluciones. Creemos que el acceso a ELTIF debería facilitarse mediante seguro de vida, así como mediante la multi-gestión.

Los mercados alternativos europeos tienen por tanto un futuro brillante por delante y, a pesar de la concentración de entradas en mega-fondos, es demasiado pronto para saber quiénes serán los ganadores.