Quince años después del estallido de la burbuja tecnológica, ¿estamos listos para otra?

derekGavey
derekGavey, flickr, Creative Commons

Según Investopedia, durante una burbuja tecnológica los inversores "comienzan a pensar de forma colectiva que puede haber oportunidades enormes o que se trata de un momento especial para los mercados, lo cual les lleva a comprar acciones a precios mucho más elevados de lo que se suele considerar razonable".

Se dice que el pico de la anterior burbuja tecnológica estuvo marcado por la desafortunada compra de Time Warner por parte de AOL el 10 de enero del 2000 por 164.000 millones de dólares. Era una época caracterizada por el rendimiento desenfrenado del sector, que finalmente se alejó de los beneficios (o de la falta de ellos) en muchos negocios.

La pregunta que asalta hoy a muchos expertos es: ¿estamos acercándonos al pico de la burbuja tecnológica 2.0?

En los cinco años anteriores al acuerdo de AOL, el índice Nasdaq había saltado de cotizar a 746 puntos el 3 de enero de 1995 a un pico de 5.048 puntos el 10 de marzo del 2000, dos meses después del acuerdo, lo cual representaba un aumento del 576,6%. Pero cuando el Nasdaq se desplomó, cayó un 77,9% en solo dos años y medio, llegando al mínimo de 1.114 puntos el 9 de octubre de 2002.

Hoy, 15 años después de aquellas cotizaciones máximas, el índice está mucho más cerca de los máximos que de los mínimos. Por lo tanto, en términos nominales parece que la pregunta tiene fundamento.

El club de los multimillonarios

"En la actualidad es frecuente que empresas sin ingresos o con ingresos mínimos sean valoradas en miles de millones de dólares. Snapchat, WhatsApp, Instagram, Tumblr, Pinterest... todas ellas han sido vendidas o valoradas en más de 1.000 millones de dólares", afrima Jim Edwards, redactor de la cabecera Business Insider.

La compra de WhatsApp por parte de Facebook por nada menos que 19.000 millones de dólares en febrero de 2014 supuso la cuarta mayor adquisición tecnológica de la historia e hizo que se hablase sobre la posibilidad de una segunda burbuja tecnológica. Anteriormente, la mayor adquisición de Facebook había sido Instagram por 1.000 millones de dólares en 2012. En el segundo semestre del año pasado el gigante del comercio electrónico Alibaba también batió records por tener la mayor OPV de la historia (no solo del sector tecnológico), cuando consiguió 25.000 millones de dólares en su salida a bolsa en el mercado estadounidense.

Pero aunque pueda haber signos de advertencia, hay diferencias importantes entre el 2000 y ahora. Cada vez hay más burbujas en los mercados de capital antes de que muchas empresas tecnológicas salgan a bolsa, lo que significa que el crecimiento esperado se añade a la valoración cuando salen a bolsa. Quizás una empresa se funde sobre una gran idea y quizás tenga una cuota de mercado casi completa, pero yo no esperaría ganar mucho dinero con una empresa valorada en 40.000 millones de dólares desde el inicio. Tanta exuberancia en el mercado privado tiene la ventaja de aislar en cierto modo los mercados públicos.

Cuál es la diferencia

Ahora mismo no veo que muchas empresas tecnológicas estén sobrevaloradas. La seguridad se ha convertido en un sector muy importante y algunas de las valoraciones en ese sector han sido excesivas, pero ya han hecho su entrada y en aquel momento había buenas razones que justificaban su rendimiento.

En la burbuja tecnológica original yo trabajaba desarrollando software, era un trabajador de las puntocom, y veo que en esta ocasión las cosas son diferentes. No veo exuberancia irracional ni que la gente hable de cosas absurdas o inalcanzables. Aunque está llegando mucho dinero al mercado privado, lo importante es que las empresas son capaces de crear modelos de negocio que pueden ser significativos, mientras que antes todo eran esperanzas y exageraciones. Los negocios basados en aplicaciones han supuesto un desarrollo crucial, ya que requieren menos capital inicial y no necesitan crear un nuevo mercado, sino que encuentran la forma de aprovechar un mercado existente.

El software es otro sector con grandes oportunidades, porque con el aumento de la contratación en EE.UU. podría llegar un momento en el que las empresas encuentren caro contratar a un trabajador y, en su lugar, opten por intentar crear eficiencia en su fuerza de trabajo existente a través del software.

Uno de los sectores más caros y que podría llegar a experimentar una burbuja son los REIT de tipo tecnológico, sobre todo aquellos que invierten en centros de big data. Los activos de alta rentabilidad son extremadamente caros ahora mismo y creo que ese sector está muy cerca de convertirse en una burbuja. Si los tipos de interés subiesen, no me sorprendería ver que algunas de esas valoraciones bajasen sustancialmente. Para intentar evitar a empresas sobrevaloradas, en The Boston Company (parte de BNY Mellon IM) nos centraremos en la manera en la que generan ingresos las empresas y qué flujos de efectivo tienen. ¿Pueden reinvertir y hacer que el negocio siga creciendo a futuro? Si creemos que es el caso y vemos que tienen potencial, preferimos invertir en esos negocios.

Esto muestra una gran diferencia entre las tácticas de inversión relámpago surgidas en la etapa anterior al colapso de las puntocom, basadas en invertir ahora y preocuparse más tarde del modelo de negocio. Si otros inversores también han aprendido del pasado, es posible que esta vez el resultado sea diferente, con o sin valoraciones altas.