Luis Crespo explica cuál es la situación actual del panorama de asesoramiento británico, así como la regulación concerniente. Comentario patrocinado por Andbank.
TRIBUNA de Luis Crespo, subdirector del Área de Agentes, Andbank España. Comentario patrocinado por Andbank.
Nos encontramos en un escenario convulso, pero prometedor, que cambia a una velocidad de vértigo. Por una parte, los agentes financieros de entidades reconocidas se encuentran inmersos en un proceso de revisión de sus sistemas de remuneración, atendiendo a los criterios de neutralidad exigidos por CNMV. Esta inspección ha levantado ciertas ampollas o creado ciertas susceptibilidades en la relación entre las entidades y sus agentes. En este caldo de cultivo nos encontramos con que el sector del EAF, cuyo sistema de remuneración está previsto que se revise en los próximos meses, no ha prosperado desde su irrupción hace 15 años y cuenta con apenas 170 registros.
Por si fuera poco, añadimos a este escenario agitado la aprobación del RIS (retail investment strategy) como aperitivo de una nueva regulación que se encuentra a la vuelta de la esquina como lo es la directiva MIFID III. En este contexto, es inevitable girar la cabeza para observar que ha sucedido en un país más maduro financieramente: ¿la experiencia en Reino Unido (UK, por sus siglas del inglés) puede tomarse como proxy de lo que podría suceder en España? La RDR (Retail Distribution Review) ha supuesto un antes y un después con su entrada en vigor en diciembre del 2012 en la industria de la gestión de patrimonios en UK.
Evolucionado desde el 10º aniversario de la publicación de la RDR
Los IFA (Independent Financial Advisors) manejan el 80% del ahorro personal y familiar en Reino Unido. Actualmente hay 27.839 asesores que trabajan en 5.062 firmas; si bien los primeros años desde su entrada en vigor el número de agentes descendió, debido a los altos requisitos de cualificación exigidos por la norma en estos últimos ocho años. Pero, ha cambiado la tendencia volviendo a aumentar el número de agentes financieros en detrimento del número de asesores ligados a entidades bancarias que descendió casi un 40%.
Actualmente el 86% de las empresas ofrecen asesoramiento independiente. Por el contrario, el 12% de las empresas ofrecían asesoramiento 'restricted'. El porcentaje de todas las empresas que ofrecían ambos asesoramientos en 2022 era del 2%. El mercado del asesoramiento en el Reino Unido está fragmentado, ya que el 89% de las empresas tienen menos de cinco asesores. Aunque estamos asistiendo a un cambio importante:
Debido a los altos costes que están suponiendo las exigentes obligaciones regulatorias y de cumplimiento normativo como por ejemplo la consumer duty, que aterriza en el mercado anglosajón en julio del 2023, estamos experimentando un cambio de tendencia. Las pequeñas empresas de asesoramiento han comenzado un proceso de integración vertical con el fin de formar parte de firmas más grandes y aprovechar de este modo las economías de escala, compartiendo los altos costes que suponen esta regulación cambiante y la implantación de nuevas tecnologías que mejoran la eficiencia.
Percepción del inversor británico sobre los gestores de patrimonios
No solo ha mejorado su nivel de profesionalidad, sino que también ha progresado la percepción de los clientes, que empiezan a entender el valor de las altas certificaciones exigidas a los asesores y a valorarlas. De hecho, una encuesta reciente revela que los clientes valoran más el nivel de certificación de su asesor que su estatus como asesor independiente o no independiente.
En primer lugar, los asesores independientes y restringidos hacen esencialmente lo mismo: brindar asesoramiento experto a personas individuales y empresas sobre cómo alcanzar sus objetivos financieros. Los asesores independientes pueden recomendar productos financieros que abarquen todo el mercado. Esto significa que su asesoramiento es imparcial y sin restricciones.Los asesores restringidos solo pueden recomendar o asesorar en productos de determinados proveedores.
En los últimos años, sin embargo, el debate parece haberse desplazado del asesoramiento independiente frente al restricted a una reflexión sobre las capacidades del asesor para poder ofrecer una planificación financiera integral frente al asesoramiento de un portfolio y donde lo que realmente trasciende es el servicio prestado y los resultados obtenidos. Un buen indicador de valor son las opiniones de los clientes sobre los asesores financieros, lo podemos encontrar en la red en páginas como www.vouchedfor.co.uk, que son herramientas con las que cuenta el inversor británico para analizar la experiencia y capacidades de cada asesor financiero.
¿Cómo se cobra al cliente? ¿Ha logrado la RDR abaratar el servicio?
Desde el 2012, si bien las comisiones del producto se han reducido, el coste total que paga el cliente ha aumentado significativamente debido a que se suman los honorarios de los servicios y los impuestos. Hoy, los asesores cobran 75 e incluso 100 puntos básicos, lo que ha provocado que el coste total para el cliente se vea incrementado de 150 a 200 puntos básicos. Existen diversas tipologías de costes que conviene diferenciar (porcentajes sobre volumen total del portfolio):
- Iaf Initial advice fee o coste de revisión inicial de mercado, 0-4%.
- OAF Ongoing Advice fee o asesoramiento regular, garantizado una revisión anual ,0-1%.
- Platform fees, 0-1%.
- Fund Management charges, 0-2%.
En el último informe publicado por La Financial Conduct Authority (FCA) indica cuáles son los costes promedios que los asesores cobran a sus clientes: 2,4% de coste inicial, 0,8% de comisión recurrente, siendo el coste global integral entre productos, y el servicio del IFA del 1,90%. Los asesores igualmente pueden cobrarnos una tarifa por horas: las tarifas pivotan entre 30 to 250 libras a la hora (el coste medio en 2023 es de 196 por hora).
¿Existen asociaciones de agentes en UK?
Si, existen diferentes asociaciones de agentes cuya utilidad es diversa. En primer lugar es una fuente de networking para los profesionales, donde compartir mejores prácticas, y en segundo lugar, un buen punto de apoyo para refrendar la figura del asesor en el mercado anglosajón frente a los propios reguladores y los propios clientes.
Desde la introducción de la RDR en 2012, el requisito mínimo para brindar asesoramiento a clientes minoristas es tener una calificación de nivel 4 del RQF. Hay una variedad de organismos examinadores que ofrecen esta calificación, que van desde el Chartered Insurance Institute (CII), más conocido hasta otros organismos como el Chartered Institute for Securities and Investment (CISI) y el London Institute of Banking and Finance (LIBF). Las principales asociaciones de agentes se forman a través de estos organismos examinadores. La principal asociación en Reino Unido es PIMFA, creada en 2017 como resultado de una fusión entre la APFA (Association of profesional Financial Advisers) y WMA (Wealth management Association).
Después de 10 años, ¿la RDR ha tenido el efecto deseado?
La normativa, gracias a su exigencia de altos estándares de cualificación y un cambio de modelo basado en el servicio y no en las comisiones de los productos ha provocado, sin duda alguna ha supuesto un resultado positivo para los profesionales e inversores: el efecto más reconocido es que ha inspirado una mayor independencia, responsabilidad y profesionalidad del sector.
Sin embargo, no todos los efectos de esta normativa son tan positivos: los gastos provocados por la cambiante regulación han sido considerables, lo que ha incrementado notablemente los costes del asesoramiento. La mayor crítica a la RDR es que ha empeorado la brecha de asesoramiento, ocasionando que el servicio financiero sea más costoso para el inversor y no apto para todos los bolsillos de los inversores británicos.
Esta brecha impide el acceso a los servicios financieros al cliente final y está en contra del espíritu de la norma dado que se ha reducido de manera relevante el número de personas que pagan y obtienen asesoramiento financiero, incrementándose a sensu contrario los ahorradores que mantienen sus saldos en cuenta corriente. Según un informe del Financial times, solamente el 8% de los clientes en UK han recibido asesoramiento el último año. Esta cifra es a todas luces insuficiente para la FCA que busca una mayor accesibilidad a un asesoramiento para los inversores con ahorros a partir de £10.000.
A pesar de la voluntad del organismo supervisor británico la corriente del mercado camina en dirección opuesta: los altos costes de la nueva regulación han supuesto como resultado que el porcentaje de asesores que aceptan nuevos clientes con menos de 50.000 libras en activos financieros se ha desplomado al 32% desde el 52% en 2019, según una encuesta Schroders Adviser Survey, que encuestó a 439 asesores. Y el 17% solo aceptará nuevos clientes con más de 200.000 libras.
Para los asesores el panorama es alentador. Podemos afirmar que el sector de empresas de asesoramiento financiero goza de un buen estado de salud y contemplamos una evolución muy positiva en la que los ingresos, los beneficios y el patrimonio asesorado se encuentra en los niveles más altos que se recuerdan. Ahora bien, no todo son luces en el horizonte de la gestión de patrimonios británica: ¿serán capaces de mitigar los altos costes de una regulación altamente cambiante y lograr de este modo democratizar el acceso a los mercados financieros del inversor británico?