Ser activo en las prácticas de actuación responsable

César Muro actuación responsable

TRIBUNA de César Muro, responsable de Ventas en Gestión Pasiva de España y Portugal en DWS. Comentario patrocinado por DWS

Los gestores de carteras de gestión activa siempre se han involucrado en la gestión de las empresas en las que invierten como una forma de promover el buen gobierno corporativo y agregar valor a largo plazo. Ahora, las gestoras de gestión pasiva también están incorporando sus políticas de voto y compromiso directo a sus procesos de seguimiento de índices, tradicionalmente utilizados para ofrecer rentabilidades relativas. Este compromiso creciente constituye una espiral positiva en la que la responsabilidad de actuar sobre determinados temas está surgiendo en las agendas de todos los inversores institucionales, con posibles consecuencias sociales e incluso planetarias.

Los problemas planetarios se encuentran, de hecho, entre los múltiples catalizadores de este desarrollo. Los proveedores de gestión pasiva están atravesando un período de cambio sin precedentes, en el que la preocupación por el cambio climático, la mayor demanda de inversiones socialmente responsables y un mayor escrutinio de las prácticas de actuación responsable se encuentran junto a un entorno de tipos de interés históricamente bajos y la necesidad de diferenciar las ofertas en una era de compresión en comisiones.

Dado que los inversores institucionales están tomando un enfoque más entusiasmado hacia buenas prácticas de actuación responsable al realizar sus decisiones de inversión, los proveedores de productos como los ETF seguirán construyendo sus posiciones de forma pasiva, pero no podrán permanecer pasivos en relación con los activos que poseen en cartera.

Estudios recientes ilustran esta tendencia. Por ejemplo, en 2019 DWS le pidió a Create-Research[1]que examinara cómo los fondos de pensiones enfocan y consideran los problemas en las prácticas de actuación responsable de las empresas administradas. Más del 84% de los 127 fondos de pensiones que fueron encuestados a nivel mundial destacaron estas prácticas como fundamentales para mejorar la calidad de las rentabilidades de la beta del mercado y generar impacto social positivo con los productos. Más de la mitad de los encuestados (56%) citó el historial de las gestoras en cuanto a prácticas de actuación responsable como un criterio prominente en la selección de las mismas y cuatro quintos (alrededor del 80%) dijeron que esperaban que aumentara la demanda de una gestión de actuación responsable sobre las gestoras de gestión indexada.

Un estudio de seguimiento sobre esta encuesta realizada este año formuló una pregunta dirigida a los planes de pensiones sobre la inversión climática[2]. Dos tercios (66%) de los encuestados dijeron que tienen muy en cuenta el historial de las prácticas de actuación responsable y derechos de voto y, el 20% en un término medio en cuanto a la selección de la gestora de activos en relación al criterio sobre problemas climáticos. Solo el 3% de los encuestados dijeron que ignoraban estos elementos y, uno llegó a sugerir que "el coste está siendo reemplazado por las capacidades de llevar a cabo unas prácticas de actuación responsable como el aspecto diferenciador clave a la hora de seleccionar una gestora de gestión indexada". Un plan de pensiones de EE.UU. agregó: “Dado que no pueden alejarse de las empresas de bajo rendimiento, están obligados a ceñirse a lo que tienen en el índice. Por lo tanto, esperamos que nuestras gestoras ejerzan un papel activista... ".

Aunque ambos informes DWS-Create solo cubren a inversores de fondos de pensiones, la misma trayectoria es evidente en todo el universo de inversores. Esto ha llevado a otras entidades de investigación a analizar los derechos de voto de las grandes gestoras de activos sobre las resoluciones de los accionistas relacionadas con temas de ESG (medioambiente, social y de gobernanza corporativa) como el cambio climático, la diversidad, los derechos humanos, las armas controvertidas, etc.

Por ejemplo, un informe de Morningstar[3] de febrero de este año analizó las actividades de derechos de voto de 50 de las mayores gestoras de activos en EE.UU. Encontró que el apoyo de estas gestoras a las resoluciones de los accionistas relacionadas con ESG había aumentado considerablemente en los últimos cinco años, de una media del 27% a 46%.

No obstante, mientras que la ruta en general puede ser evidente, la velocidad del viaje es desigual. Los investigadores de Morningstar también revelaron que la mitad de las 10 familias de fondos más grandes de EE.UU. votaron en contra de más del 80% de las resoluciones de accionistas relacionadas con ESG. Esta resistencia, tuvo el efecto de impedir que muchas iniciativas de accionistas relacionadas con ESG lograran un apoyo mayoritario.

En particular, los estudios revelan diferencias considerables entre las gestoras de activos en lo que respecta al derecho de voto sobre cuestiones relacionadas con el cambio climático. Un informe[4] de 2019 de ShareAction, la organización benéfica del Reino Unido que fomenta y hace lobby por la inversión responsable, ilustra bien este punto. Revisó los registros de votación de 57 de las gestoras de activos más grandes del mundo en 65 resoluciones de accionistas vinculadas al clima. Estas resoluciones cubrieron asuntos como la divulgación relacionada con el clima, las actividades de lobby de las empresas, la deforestación y el establecimiento de los objetivos del Acuerdo Climático de París. Encontró una clara división en la forma en que las gestoras de activos votaron sobre las resoluciones sobre el cambio climático y sugirió que las gestoras de activos europeos generalmente se sentían más cómodas usando los derechos de voto para impulsar el cambio corporativo en asuntos climáticos que sus homólogos globales.

ShareAction citó las iniciativas regulatorias sobre finanzas sostenibles a nivel de la UE y del país (la Iniciativa de Finanzas Sostenibles de la UE; el artículo 173 de la Ley de Transición Energética de Francia; el Acuerdo Climático Holandés, por ejemplo) como contribuyentes a un compromiso sólido. Las señales regulatorias son, por lo tanto, un factor que probablemente continuará estimulando una mayor participación de los accionistas por parte de las gestoras de gestión pasiva, particularmente si continúan desarrollándose políticas que mitiguen los efectos del cambio climático.

La atención que los medios de comunicación prestan cada vez más a las buenas prácticas en la administración de activos y al comportamiento corporativo responsable, también está poniendo en el centro de atención el papel de las gestoras, y es probable que los factores competitivos descritos anteriormente animen a un número más amplio de proveedores a desarrollar prácticas de actuación responsable.

La gestión pasiva ya no puede significar una posesión pasiva de los valores en cartera. Esta es una buena noticia para el mercado, una buena noticia para los inversores y, en última instancia, es una buena noticia para nuestro planeta.


[1] Passive Investing 2019, The Rise of Stewardship, CREATE-Research/DWS, 2019: https://www.dws.com/AssetDownload/Index?assetGuid=9aec657b-68c7-480c-aaa2-2d515412d909&consumer=E-Library

[2] Passive investing 2020, Addressing climate change in investment portfolios, CREATE-Research/DWS, 2020: https://etf.dws.com/en-gb/information/order-documents/addressing-climate-change-in-investment-portfolios/?skipDisclaimer=true&role=Institutional&wt_eid=2160259704600114982&wt_t=1602597085004

[3] Proxy Voting by 50 US Fund Families, Growing support for ESG Resolutions, but the largest lag behind: https://www.morningstar.com/insights/2020/02/12/proxy-votes?utm_source=linkedin&utm_medium=social

[4] ShareAction Report 2019 – Voting Matters: Are asset managers using their proxy votes for climate action?: https://shareaction.org/research-resources/voting-matters/