Stability Notes...pululando de nuevo

Stability Notes….pululando de nuevo

Miguel de Juan Fernández- A bordo del ARGOS 14 Febrero 2014

Quizás por ser San Valentín esta es casi una historia de amor…de amor a la verdad y a lo correcto, claro. Hace unos días un amigo, profesional independiente de banca privada me preguntó si recordaba este tipo de productos; al momento- como soy bastante zoquete- no reconocí el nombre y entonces le pedí que me refrescara la memoria,…y vaya si las recordé a las dichosas stability notes.

Este amigo me pedía que hiciera un comentario porque, por lo visto, vuelven a “pulular” por el sector y, evidentemente en este entorno de bajos tipos de interés, las entidades buscando productos con los que cumplir sus objetivos sea como sea y los clientes- incluso los HNWI- buscando renta (yield) donde sea y casi al precio que sea, ofrecen una alternativa que permite cubrir esas diferentes, y en muchas ocasiones, antagónicas necesidades. Naturalmente lo que a mi amigo le preocupaba era el precio que los inversores pueden estar asumiendo por aceptar esas propuestas,…y no hablamos de comisiones.

Recuerdo una de estas emisiones que cuando trabajaba en determinada entidad de banca privada mi director y el compañero responsable del producto me indicaban, sutilmente eso sí, que “ese producto me iba a venir muy bien para los objetivos de final de año”,…a buen entendedor de pocas palabras le sobran la mitad, diría mi padre. En este caso era clara la indicación: a ver si lo vendía entre los clientes. O esa era la conclusión para mí y seguramente muchos de los que leéis este artículo os sintáis reflejados en esa “sensación”. El producto- quizás muchos lo reconozcáis- se llamaba Euribor+1 (el nombre de la entidad no es necesario,…evítame nombres Augusta, le decía Robert Taylor a la emperatriz sobre con quién ésta se acostaba de su guardia personal).

El producto en sí- os hablo de memoria- consistía en que el emisor pagaría al cliente (se suponía que estaba pensado para las cuentas de tesorería de empresas aparte de grandes patrimonios) el Euribor a tres meses más un uno por ciento. De aquella el Euribor rondaba el 4% por lo que el cliente se llevaría un 5% aproximadamente. Evidentemente había una contrapartida; si el índice Eurostoxx50 caía, de cierre de un día a cierre del otro, más de un 15% el producto se cancelaría y el cliente podría empezar a asumir pérdidas. ¿En qué forma? Pues por cada punto extra sobre el 15% se multiplicaba la pérdida por 5, esto es, si el índice caía un -17%, se calcularía: -17%-(-15%)= -2% x 5= -10% de pérdida para el inversor. La entidad nos proponía este producto a través de una presentación a todo color explicando el asunto y en una de las páginas se nos mostraban las mayores caídas de la bolsa en un solo día,…el crash del 29, otras que ahora mismo no recuerdo y …el crash del 87. En ningún caso aparecían pérdidas en un día de más de un 15%, incluyendo el crash del 87 que si mal no recuerdo, se nos mostraba que sólo había sido de un -13,40% o algo parecido. Ya os digo que os hablo de memoria porque no tengo copia de dicha documentación (aunque me encantaría conseguirla para rememorarlo nuevamente). Os aseguro que del resto de grandes desplomes bursátiles no me acuerdo,…pero sí del de 1987 y fue del 22.50%, lo que hubiera supuesto una pérdida para el inversor en ese caso del -37.50%,…vamos lo justo para un inversor conservador. (Luego hablaremos del tema)

Lo que hice- aparte de explicarles a los clientes porqué no quería que invirtieran ahí- fue comentárselo a mi compañero y decirle que ese dato no era correcto. Según me pareció, pensando bien, fue que habían puesto el dato de “apertura a cierre”, pero el producto calcularía de cierre a cierre y por tanto, a mi modo de ver, la información que se estaba transmitiendo a los posibles clientes no era la adecuada. No sirvió de nada, por supuesto. Pero ninguno de mis clientes se vio involucrado. He de decir, en honor a la verdad, que durante estos años de crisis brutal, el índice Eurostoxx50 no ha caído, de cierre a cierre, más de un 15% en un solo día, por lo que el producto habría seguido pagando su rentabilidad (aunque ahora el Euribor ya no está en aquellos niveles); el problema es que el emisor era Lehman Brothers con lo cual se les fastidió el asunto a los inversores.

El producto que está negociándose actualmente, del cual mantendremos la discreción suficiente, es parecido: El stability note tiene como referencia también al Eurostoxx, se emite a un año y nos paga casi un 4% (lo que para conseguir clientes en busca de yield y ofrecerles esto, es una buena jugada frente a los plazos fijos u otros títulos sin riesgo excesivo) pagadero trimestralmente. Como siempre, tiene que haber un pero,…y es el siguiente: si el índice cae de cierre a cierre más de un 10% en un día, cada punto extra de caída nos multiplica la pérdida por 10. Esto es, no hemos aprendido nada. Lo que es algo que debería hacernos pensar a todos y, como inversores, debería hacernos tentar la ropa. Y el problema no es sólo que no hayamos aprendido nada nosotros como sector financiero (bueno, quizás lo que hemos aprendido es que da igual las pifias en las que metamos a los clientes que siempre saldrá el sol para nosotros), sino que los clientes tampoco han aprendido nada o al menos,  no lo suficiente.

En el libro El lemming que salió raro (Ed. Eje Producciones Culturales 2012) incluía yo el dato de la probabilidad de que sucediera el crash del 87 según John Bogle: era 1/10-50, ¡una porquería de probabilidad, vamos!, pero ocurrió. Según Nassim Taleb es muy probable que dicho cálculo esté sesgado a la baja y que la probabilidad real fuera muy superior,…¿imagináis lo que eso significa para el stability note actual en el que el strike es sólo el 10%? Lo que significa es que la probabilidad de ocurrencia de un -10% de un día a otro no es tan mínima. Si tuviéramos un nuevo crash del 87, el producto generaría unas pérdidas del -22.50% –(-10%)= -12.5 x 10= -125% de pérdida para el cliente. Tela. Reconozco que la probabilidad de que pase algo por el estilo en 2014 puede ser muy reducida- no lo dudo- pero asumir el riesgo de un crash para obtener un magro 4% (o el Euribor + 1 en aquél otro) me parece hacer un poco el tonto la verdad. Pero cada cual ha de ser responsable de sus actos- menos banca y políticos por lo que se ve- y al menos, gracias a este amigo os podéis quedar avisados.

Un anexo con una mejor noticia:

El artículo de la semana pasada os hablaba de tres personas que acababa de conocer a través de Linkedin; eran tres mujeres que habían afrontado esta situación de crisis poniéndose al frente de su vida, olvidándose de que Papá Estado les fuera a resolver sus sueños y arriesgando para ganar, pues las crisis son también oportunidades para los valientes.

Hay otra mujer a la que conozco no de Linkedin sino de antes, de mucho antes, y que en su día también se lanzó a un proyecto en sus inicios complicados y que tuvo que gestionarlo durante el inicio y desarrollo de la crisis. El motivo de no habérosla incluido en el anterior es que existía un conflicto de intereses por mi parte, dado que la quiero un montón. Es mi hermana mayor. Hace años- antes de la crisis- su espíritu de empresa la llevó a iniciar un proyecto en el que creía a pies juntillas y junto con otra amiga y su ilusión como bagaje iniciaron la empresa (www.chantria.com), especializados en temas de reconocimientos médicos y renovación de permisos y carnets; vieron la necesidad, el nicho de mercado y asumiendo una deuda inicial para ponerlo en marcha desplegaron las velas,…y volaron. Tras ir mejorando paulatinamente la situación, la crisis les pilló prácticamente al final de su fase inicial pero, con gran sensatez, decidieron no seguir utilizando financiación ajena y sin deuda, aguantar lo que se preveía complicado.

Reconozco que el “conflicto de intereses” (el amor de hermano para entendernos) me impedía incluirla como una de las heroínas del anterior. Permitidme que este anexo sirva como reconocimiento a otra de las heroínas que conozco y que han conseguido superar la crisis con cada vez mayor fortaleza, llevada únicamente de su espíritu y su pasión por lo bien hecho. ¡Un beso hermana!

Un abrazo a todos y hasta el próximo artículo.