Una joya asiática con nombre propio: Sextant Asie

Sextant Asia
Firma: cedidas (Amiral Gestion).

TRIBUNA de Pablo Martínez Bernal, head of Sales Iberia, y Borja Aguiar, Sales director Iberia, Amiral Gestion. Comentario patrocinado por Amiral Gestion.

Asia está de moda y no es para menos: es el continente más grande y poblado de la tierra, con cerca de 4.600 millones de habitantes (un 60% de la población mundial). Concentra un 80% del crecimiento económico mundial, consume la mayoría del crédito global y entre otras muchas cosas representa el mayor crecimiento de inversión en ciencia y tecnología e inversión en educación. También puede presumir de ser el mayor productor global de alimentos, así como el mayor consumidor y cuenta con las mayores reservas de los principales minerales de mayor demanda.

¿Son las políticas gubernamentales y su relación con las industrias y el dominio de la tecnología las que han llevado a Asia al éxito económico?  Sin duda, se trata de una región llena de oportunidades y no solo si analizamos la representación de China en el territorio, ya que presenta valoraciones elevadas, y con una competencia tan salvaje que se asemeja al Lejano Oeste.

Erróneamente, desde Europa tendemos a pensar que los mercados asiáticos se comportan como un único mercado liderado por China, donde cualquier evento que ocurra en el país influirá en el resto del continente, pero, si nos fijamos en las rentabilidades de este año, la realidad dista mucho de esta situación. Vemos mercados como el de Japón, Corea del Sur o Indonesia con rentabilidades por encima del 20%.

¿Hay más oportunidades en Asia que en Europa y EE.UU.?

Desde nuestro punto de vista, así es. En primer lugar, porque las valoraciones son más atractivas en líneas generales en Asia que en el resto del mundo. Si miramos los beneficios a dos años, el mercado asiático es el más barato de todo el mundo en estos momentos. Es cierto que, en relación con la calidad, tenemos la imagen de una bolsa emergente con muchos holdings y compañías muy industriales, pero la realidad es bien diferente.

Gracias a la multitud de salidas a bolsa, hoy en día tenemos compañías que obtienen buenas rentabilidades sobre el capital invertido en todo tipo de sectores, como los de bienes de consumo, de servicios informáticos, de software, etc. El mercado claramente ha sufrido una transformación muy positiva en lo que a la calidad de los negocios se refiere y la tendencia no parece que vaya a parar.

Con relación al gobierno corporativo, que históricamente era uno de los hándicaps en comparación con Europa y Estados Unidos, también ha experimentado una mejoría notoria; gracias en parte a la llegada de fondos activistas con ganas de mejorar la rentabilidad, estrategia y gobernanza de las compañías cotizadas.

Los fondos no cotizados que se están implantando en Asia, movidos por su menor endeudamiento y valoraciones más atractivas, también ayudan a mejorar las prácticas y a implantar una regulación más favorable a la inversión extranjera. Este es un pilar clave y que resulta de vital ayuda en las inversiones en el país nipón. A modo ilustrativo, la regulación en Japón busca que se valore mejor a los accionistas que han estado relegados a un segundo plano estas últimas décadas. Un ejemplo es el incremento en la remuneración a los accionistas vía dividendos o recompra de acciones, que se ha multiplicado por cinco en los últimos 10 años.

Otro aspecto relevante es que Asia presenta un universo de cotizadas muy amplio y en constante crecimiento. En la actualidad, el 75% de las salidas a bolsa se producen en Asia y el 60% de todas las compañías cotizadas son asiáticas, lo que refleja el tamaño del mercado y el amplio universo de oportunidades, que con un equipo de análisis local y trabajando sobre el terreno puede generar rentabilidad y muchas ideas.

Por último, debemos destacar también la escasa cobertura de análisis en esta región. En Europa el número medio de analistas que cubre una compañía es de más de 20, mientras en Japón, Taiwán o Indonesia, por ejemplo, ese número no llega a cinco en ningún caso. Casi el 95% de las compañías del Eurostoxx 600 tienen cobertura de análisis, mientras que en Japón no llega al 60%, Taiwán en torno al 40% e Indonesia por debajo del 20%. La conclusión detrás de estos datos es que es una región donde es más sencillo encontrar ineficiencias si tienes las capacidades y el equipo de gestión adecuado.

El atractivo de Sextant Asie

Todas estas razones y una fuerte convicción han conducido a Amiral Gestion a lanzar el fondo Sextant Asie, desde el pasado mes de abril. Se trata de un fondo de renta variable asiática con dos elementos diferenciales: por un lado, exposición a Japón, región que nos gusta especialmente y donde encontramos múltiples oportunidades, cuando en general la mayoría de los fondos asiáticos excluyen Japón. En segundo lugar, un marcado sesgo hacia small y mid caps.

A nivel sectorial, tenemos una clara apuesta por bienes de consumo, sobre todo en países emergentes, como apuesta por el crecimiento de la clase media. En tecnología e internet, dos grandes ligas diferenciadas para nosotros, pero relacionadas entre sí, nos encontramos en un proceso de digitalización de la región asiática, que podemos aprovechar a través de muchas de nuestras compañías en cartera (Pro-Ship, Avant Corp en Japón o FPT en Vietnam). Por último, vemos también oportunidades en el sector Industrial.

Nuestra forma de gestionar el fondo se basa en tener una cartera concentrada en nuestras convicciones que están fuera de los índices y de los habituales condicionantes macroeconómicos. Desde el lanzamiento de Sextant Asie estamos invertidos con una distribución descorrelacionada de los índices: un 40% en Japón, 15% en China, 10% en Filipinas y Corea del Sur y un 25% en el resto del continente, en valores desconocidos y bien seleccionados.

Los gestores dedican más de 100 horas de trabajo de media a cada compañíaen cartera. Todo ello, sumado a una oficina de análisis en Singapur desde 2017 y a los seis gestores y analistas dedicados en exclusiva a nuestra estrategia asiática nos hacen ser muy optimistas con el futuro de la inversión asiática, la joya oculta de la renta variable global.