¿Va a dejar España de tener casi el 40% del ahorro en depósitos alguna vez?

Iñigo Bilbao
Iñigo Bilbao

TRIBUNA de Íñigo Bilbao-Goyoaga, socio de Estudios Bursátiles SL y experto en fondos, ETF e inversión colectiva.

Cuando España era un país poco sofisticado en las inversiones, en la década de los 90, las entidades extranjeras que llegaban solían creer que iban a tener un potencial de crecimiento mayor que el que luego encontraron. De hecho, pronto descubrieron, no sin dificultad, que BBV y Santander eran entidades locales con las que era difícil competir. Casi todas las entidades foráneas tuvieron que comprar negocios locales para poder acceder tanto a clientes objetivo como para poder ser sus socios y entenderlos mejor.

Había dos datos que les llevaban a confusión. El primero era que había casi un 40% de ahorro en depósitos. Y el segundo, que consideraban había mucho dinero aparcado en Cajas de Ahorro que los extranjeros consideraban poco sofisticadas. 25 años después, algunas cajas han sido absorbidas por bancos, pero la mayoría se han transformado en cuatro grupos bancarios, quedando otros dos grupos cooperativos, que mantienen su estatus sin variación. CaixaBank-Bankia es actualmente la mayor entidad bancaria que opera en España, habiendo aglutinado casi una quincena de aquellas cajas.

Es decir, que las cajas debían transformarse y lo hicieron. El otro dato que les llevaba a la confusión al analizar su potencial en el país era la cantidad de dinero que había en depósitos. Hace no mucho, el director de un banco extranjero con representación en España volvía a destacar que casi el 40% de los ahorros en España están en depósitos. Estaba alarmado porque le era muy difícil explicar a sus jefes en Londres y Nueva York que esto siguiese ocurriendo con los tipos de interés negativos en el Banco Central Europeo, y con casi todos los bancos en centro Europa cobrando por los mismos.

¿Nuevas condiciones?

Selectivamente, algunos bancos extranjeros y muy pocos españoles han decidido cobrar por los depósitos a entidades jurídicas no estratégicas. Pero casi nadie se ha atrevido a dar el paso de cobrar por los depósitos a las personas físicas.

Hay bancos extranjeros que están trayendo productos que puedan ser sustitutivos del depósito, asumiendo que el perfil con riesgo ultra bajo es inherente al país. Me refiero a fondos y ETF de deuda de duración ultra corta que pueden dejar de margen entre 10 o 25 puntos básicos al proveedor, y que no excediendo de un año la duración, permiten preservar el capital como si de efectivo se tratase.

Hay que entender que no hay retorno, aunque sea pequeño, sin riesgo. Es por ello que estos fondos y ETF sustitutivos del depósito solo están teniendo penetración entre CFO sofisticados de empresas de cierto tamaño que entienden el riego que asumen.

A pesar de una tasa de inflación actual de entorno al 1,5%, de un coste del depósito en el BCE del 0,5% y de un retorno medio potencial de la renta variable cercano al 5,5%, va a ser muy difícil que los españoles cambien de hábitos, incluido el de tener parte de sus ahorros en productos sin riesgo.

No hay que olvidar que España no son sólo Madrid, Barcelona o Bilbao. Gran parte de esos depósitos están en la España rural y turística. Una España difícil de cambiar y con problemas locales de temporalidad, lejanos a los de centros financieros como Londres, Paris, Zurich, Frankfurt o Nueva York. Lo que si pudiera suceder es que bancos privados con penetración en zonas rurales y turísticas, puedan llegar a ofrecer fondos y ETF de deuda con duración ultra corta a sus clientes ultra conservadores, tanto personas físicas como jurídicas, sobre todo si este escenario de tipos muy bajos continúa durante los próximos años.