Andrew Dreaneen (Schroders): “Para invertir en alternativos no importa tanto el perfil del inversor como su educación financiera”

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cedida (Schroders)

La inclusión de activos alternativos en las carteras ha ido ganando peso en los últimos años como elemento diversificados de las mismas. Más teniendo en cuenta que las clásicas descorrelaciones entre renta fija y renta variable han ido desapareciendo en un contexto de intervención de los bancos centrales que ya no solo mueven el mercado de renta fija per se sino también a las bolsas. Un ejemplo de ello se ha visto en el resultado que ha arrojado la el Global Survey of Professional Fund Buyers de Natixis Investment Managers, que refleja que los fondos alternativos ya suponen el 14,6% de las carteras, aunque desde la gestora estiman que esa porcentaje subirá al 15,8% en 2019. “Se consideran herramientas valiosas que contribuyen a alcanzar los objetivos de rentabilidad, gestionar el riesgo y diversificar las inversiones”, explican desde la gestora. Y esa mayor relevancia se dará de la mano de productos líquidos, que copa el 70% de la asignación de los selectores a alternativos.

Al fin y al cabo, tan como comenta Andrew Dreaneen, responsable de alternativos líquidos de la gestora Schroders, “es importante tener este tipo de activos en todos los momentos de mercado pero quizá ahora más ya que con ellos se consigue proteger la cartera en caso de que se produzcan correcciones en el mercado”. Desde la gestora británica identifican tres tipos de enfoques que se pueden jugar con este tipo de activos.

El primero es un enfoque basado en el crecimiento con estilos de inversión que van desde el retorno absoluto hasta event driven o renta variable con un enfoque long/short. El segundo versa sobre un enfoque basado en la diversificación y el tercero se centra en estrategias que buscan una protección contra la inflación. La elección de una u otra no solo está relacionada con cada momento de mercado sino sobre todo, con el perfil que tenga cada inversor ya que como defiende Dreaneen “a la hora de invertir en activos alternativos no importa tanto el perfil del inversor como la educación financiera del mismo y en los últimos años ha crecido mucho el interés de los distribuidores por incluirlos en sus carteras”.

En España, país conservador por excelencia, las estrategias que más están funcionando para Schoders son precisamente las que cuentan con un sesgo más conservador, al igual que sucede en el resto de países del sur de Europa. De ahí que los movimientos que han hecho los inversores hayan acarreado reembolsos en las estrategias long/short y suscripciones en multimanager y multiestrategias. “Si miras el comportamiento que han tenido los hedge funds en los últimos veinte años se ve que no ha habido una estrategia que lo haya hecho bien un año y también al siguiente. Lo que buscamos con nuestro fondo es identificar que tipo de estrategias y gestores lo pueden hacer bien un año y también al siguiente aplicando un proceso de bottom up y mirando que guarden poca correlación los unos de los otros”, afirma Dreaneen. Dos ejemplos de estos tipos de fondos son Schroder GAIA Helix y Schroders GAIA Wellington Pagosa (este último no tiene liquidez diaria). Ambos se incluyen dentro de la plataforma de activos alternativos desarrollada por Schroders bajo en nombre de GAIA, un hub que lo que busca ofrecer estrategias de inversión en hedge funds pero dentro del marco de UCITS por lo que ofrecen liquidez diaria. De momento, además de los dos fondos mencionados en España ofrecen también otros cinco fondos alternativos que se integran en esta plataforma.

¿Funciona la descorrelación?

Una de las grandes dudas que surgen a la hora de valorar la efectividad de los activos alternativos como elemento diversificador  surge a la hora de analizar si es cierto aquello de que ofrecen rentabilidades buenas cuando los mercados suben y menos malas cuando éstos caen. A este respecto, Lyxor acaba de publicar un estudio analizando el comportamiento que han tenido los hedge Funds UCITS long short en un año tan catastrófico como 2018. Concluye que si bien tampoco fue un buen año para estos productos, sí fueron muchos los fondos activos de este estilo que lograron superar a sus índices de referencia. En concreto, lo hicieron un  35% frente al 24% que lo logró en renta variable y al 18% de los que lo consiguieron en renta fija.

“Es cierto que 2018 fue un mal año para las estrategias de hedge Funds UCITS pero no fue tan diferente de lo que consiguieron las estrategias de hedge funds. La realidad es que consiguieron la mitad de las pérdidas del año pasado y están consiguiendo la mitad de las ganancias este año. Estas estrategias hay que mirarlas a más largo plazo ya que sí se han comportado conforme a las expectativas al mostrar una baja correlación con los activos”, afirma Dreaneen.