Pasado, presente y futuro del IEB a través de los ojos de Álvaro Martínez-Echevarría

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Foto cedida

Se cumple el XXV aniversario del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB), un momento de celebración para el centro, pero que su director, Álvaro Martínez-Echevarría, también ha querido aprovechar para hacer balance. Aunque prefiere que el análisis lo hagan observadores externos, el responsable de la institución echa mano de los números para explicar cuál ha sido la evolución del IEB en estos 25 años de historia. “El crecimiento de la institución ha sido exponencial. Empezamos con 31 alumnos (cuando él tomó las riendas en 1995 eran 100), ocho profesores y dos aulas. Hoy podemos decir que por el centro han pasado más de 85.000 alumnos, habiendo años que se han superado los 14.000, y que se han impartido 313.000 horas de formación, lo que equivale a 36 años”.

En una entrevista concedida a Funds People, Martínez-Echevarría repasa cuáles han sido los hitos que, en su opinión, han marcado la vida del centro desde su creación. Uno de los grandes logros ha sido expandir las relaciones académicas en el mundo anglosajón, sellando alianzas con escuelas legendarias como la London School of Economics (Reino Unido) o Wharton (Estados Unidos), lo que –a su juicio- sitúa a la institución en una buena posición para poner en marcha nuevos programas formativos junto con dos de las escuelas más prestigiosas del mundo. “Es algo de los que nos sentimos muy satisfechos”, afirma.

Otro de los grandes hitos de los que Martínez-Echevarría se muestra muy orgulloso es de haber incorporado al Consejo Editorial del IEB a dos premios Nobel: Harry Markowitz y Lawrence Klein. “Es algo de lo que no muchos centros formativos pueden presumir”, apunta. Pero la presencia de Markowitz –padre de la teoría moderna de carteras- y Klein –quien desarrolló modelos estadísticos para predecir tendencias económicas- no es testimonial. El objetivo era impulsar el departamento de investigación del centro de estudios y de lanzar una revista científica de carácter financiero, ‘Aestimatio’.

“Se trata de una revista de investigación a nivel internacional realizada desde el mundo hispano-hablante, con la paradoja de que está editada en inglés”, explica Martínez-Echevarría. Desde su creación, el IEB ha editado más de 18.000 ejemplares entre libros y publicaciones, si bien la revista de investigación tiene para el director del IEB un significado especial, ya que es una herramienta que ayuda al centro a afianzar su posición como referente en formación financiera en el mundo hispano-hablante, un paso más que se producía después de que el centro fuese admitido en CLADEA, la Asociación de Escuela de Negocios Iberoamericana, llegando incluso a ser incorporado a su Consejo Directivo en representación de todas las escuelas europeas.

Planes de expansión internacional

En este sentido, Martínez-Echevarría tiene claro por donde pasan los planes de expansión del IEB a nivel internacional. “Tenemos la intención de abrir una delegación en Colombia. Es algo que tiene mucho sentido para el instituto. En primer lugar, porque Colombia es el centro geográfico del mundo hispano-hablante en las Américas y, en segundo término, porque el país envía muchos alumnos al IEB”. Alianzas más exóticas son las que han firmado con la Chinese University of Hong Kong o los alcanzados con Arabia Saudita para el desarrollo de programas de formación, apuesta esta última que califica de “árida, por la dificultad que entrañan las relaciones”.

La presencia de alumnos extranjeros es importante por varias razones. Una de ellas responde a la importancia que le otorgan los observadores internacionales a la hora de hacer sus mediciones sobre los centros más reconocidos del mundo. El número de profesores con doctorado, la investigación que se desarrolle en el centro o el número de profesores extranjeros son algunos de los criterios evaluados. “El IEB tiene que ser un centro que aparezca en los rankings. Algunos de los criterios que se nos exige los cumplimos, como el contar con alianzas internacionales. Otros, en cambio, no. Uno, por ejemplo, es la antigüedad, algo que se cura con el tiempo”.

Educación financiera en España e importancia de los valores

Martínez-Echevarría asegura que España no tiene nada que envidiar al mundo anglosajón en cultura financiera. “La enseñanza en los centros españoles es de mayor calidad que la que se imparte en las escuelas anglosajonas. Cuando aquí dábamos cursos de hedge funds allí todavía no habían empezado”. Capítulo aparte le merece la enseñanza universitaria, donde España no sale tan bien parada en los rankings internacionales. “Es una pena que las universidades españolas no estén al nivel de las escuelas de negocio. Esto viene explicado por el anquilosamiento, la burocratización, la endogamia y la escasa competitividad que existe entre ellas”. La competitividad es, precisamente, un aspecto importante, que Martínez-Echevarría considera necesario manejar con cuidado, sobre todo en el ámbito académico.

“En las escuelas de negocio del mundo anglosajón se busca en exceso la competitividad, lo que fomenta la avaricia, el lucro a toda costa y la falta de ética en los negocios, factores que han sido artífices de la crisis que estamos padeciendo. El olvido de los valores nos ha llevado al drama. Buscamos formar a profesionales con valores y que crean en la moral objetiva. Por eso, no creemos en la campana de gauss como método de evaluación”. Esta defensa de los valores lo han puesto sobre el terreno, con el reciente reforzamiento del programa académico con el Executive Master in Responsible Banking. Esto es un prueba evidente de que las necesidades educativas cambian a medida que lo va requiriendo la propia sociedad.

“Antes bastaba con un Máster generalista en mercados financieros. Ahora se ha producido una mayor diversificación de la demanda. Antes de la crisis, las empresas buscaban profesionales especializados en activos de riesgo y productos complejos. Sin embargo, eso ha ido cambiando. La demanda en este sentido se ha ido reduciendo a medida que aumentaba la de programas especializados en el control del riesgo y, sobre todo, la regulación. La enorme demanda fue uno de los motivos por los que tuvimos que lanzar diversos masters especializados e incluso un MBA especializado en Finanzas”, explica. Por ello, Martínez-Echevarría considera clave contar con un claustro de profesores muy bien preparado.

En su opinión, la evaluación que se hace a los profesores en los centros españoles es muy exhaustiva. “Para pertenecer al claustro de profesores del IEB se exige, además del doctorado, ser un profesional en activo que ocupe un puesto de alto nivel. Le sometemos a un proceso de selección riguroso, en el que tiene que demostrar ser buen docente. El proceso de selección del profesorado es intenso y minucioso”. En lo que respecta al alumno, un rasgo que considera diferenciador es que “los antiguos alumnos se vinculan a la institución por puro afecto. Se identifican con los valores de la casa, los valores morales y de trabajo en equipo, y se sienten orgullosos de pertenecer a la institución”, concluye.