Pautas para que los inversores puedan ponderar correctamente el impacto del riesgo político

Italia
RaSeLaSeD Il Pinguino, Flickr, Creative Commons

 

Si algo han aprendido los inversores en los dos últimos años, es que los resultados de los sondeos electorales no están escritos en piedra. Ahí están para demostrarlo el Brexit, las elecciones presidenciales de EE.UU. en 2016 o incluso el resultado del referéndum constitucional de Italia. Para Johannes Müller, responsable de Análisis Macro de Deutsche AM, fue el que estuvo precedido de los sondeos más desastrosos, al fracasar estrepitosamente en el pronóstico del grado de rechazo de los italianos a la reforma.  

Ante la cita electoral de este domingo en Italia, el experto propone varias pautas para que los inversores tomen conciencia de lo difícil que es realizar un pronóstico electoral acertado y trasladarlo a ideas de inversión.

Müller afirma que existen tres reglas de oro de la estadística que “pueden no ajustarse tan bien al contexto italiano”. Estas reglas son:

  1. Confiar exclusivamente en los datos, dejando a un lado lo que te diga el instinto. 
  2. No sacar demasiadas conclusiones de una única encuesta, sino realizar una media a partir de varios sondeos electorales.
  3. Tener algunos datos es mejor que no tener datos y, cuantos más datos, mejor.

 

Objeciones a las normas

 

Müller constata que, empleando una media de resultados de varios sondeos, una coalición de centroderecha podría obtener el 37% de los votos mientras que el Movimiento Cinco Estrellas (M5S) obtendría un 28% de los votos y la coalición de centroizquierda, un 27%. El gobernante Partido Demócrata, liderado por Matteo Renzi, podría obtener un 22% de los votos.

Según el nuevo sistema electoral, el experto concluye que una coalición de centroderecha liderada por la formación de Silvio Berlusconi necesitaría probablemente al menos un 36% de los votos para acercarse a la mayoría en el Parlamento y el Senado italianos. “Es imposible decir en este punto cuán cerca está de conseguirlo, según admiten numerosos modelos de predicción”, afirma Müller. Éste añade que, tras la reforma electoral, “pequeñas diferencias en la distribución regional del voto podrían tener un gran impacto”, principalmente en las regiones del sur y el centro de Italia.

Aquí es donde el experto cree que el pasado político y el contexto actual italiano dificultan el cumplimiento de las tres normas, porque “hay pocos datos históricos sobre distritos que sean directamente relevantes, y esto está combinado con un entorno político ya muy fragmentado”. El experto afirma que “incluso aunque confíes en los sondeos, probablemente se necesite recopilar los datos de tres o cuatro ciclos electorales más antes de que los inversores puedan tener confianza en las predicciones sobre escaños”.

 

Müller añade sobre los sondeos publicados en las últimas tres elecciones generales (2006, 2008 y 2013) que “la precisión de las encuestas parece haberse vuelto menos confiable a lo largo del tiempo”. El experto matiza que, habitualmente, en Italia se efectúan sondeos en las semanas finales de las campañas electorales, pero puede que no se hayan publicado, situación que vuelve a las previsiones sobre voto a nivel nacional “altamente vulnerables a cambios de tendencia de último minuto”. Otra conclusión que extrae el experto es que las encuestas no sean precisas en parte porque “una parte grande y creciente del electorado decide muy tarde” su intención de voto.

 

Otras pautas generales

 

Müller propone otras dos normas nuevas a tener en cuenta para casos particulares como el italiano. La primera consiste en ampliar el margen de error que se asigne a las encuestas “para poder reflejar la gran incertidumbre subyacente a los datos”. Si se aplicase un margen de error del +/-5% a las predicciones actuales sobre el número de votos potenciales de las coaliciones de centroizquierda y centro derecha, e incluso un margen de error de hasta el 10% para el M5S, lo que sucedería es que “es imposible predecir quién formará el siguiente gobierno”.

A esto se debe sumar otro factor también difícil de predecir, especialmente en el caso italiano por la ausencia de datos: la posible influencia de tensiones raciales y protestas violentas de uno u otro signo político sobre la intención de voto. Basándose en patrones vistos en otros países, el experto indica que “las preocupaciones crecientes en torno a la inmigración tienden a reforzar el comportamiento de partidos antisistema durante el día de las elecciones”. En el caso italiano, esto podría suponer un respaldo mayor del esperado bien al M5S (a favor de frenar la inmigración ilegal) o bien a la Liga Norte y Hermanos de Italia.

 

En el caso de que en esta ocasión las encuestas sorprendieran con una mayor precisión, entonces el experto considera que el desenlace más probable de las elecciones sería “la continuación del statu quo”, un escenario en el que, en el corto plazo, “el crecimiento cíclico se fortalecería ligeramente, especialmente si el centroderecha obtiene una victoria ajustada”. En cambio, el experto cree que bajo este escenario la ausencia de reformas reduciría el potencial de crecimiento italiano en el largo plazo. Desde una perspectiva de mercado, “el mejor resultado sería una coalición entre Forza Italia y el Partido Demócrata, incluyendo quizá algunos partidos de centro más pequeños”. Así se conseguiría, en su opinión, “al menos no revertir las recientes reformas estructurales”.

Todas estas estimaciones llevan a Müller a la norma final y más importante: “No intente predecir la dirección de una encuesta cuando se sospecha que puede haber error”. El representante de Deutsche AM pone como ejemplo de esta práctica una encuesta entre economista realizada recientemente por Bloomberg, según la cual la probabilidad de un gobierno liderado por el M5S habría caído al 8%, y aún así este escenario hipotético sería el peor posible para los mercados financieros. “Para nosotros, esta probabilidad del 8% es demasiado baja. Sospechamos que muchos observadores extrapolan erróneamente al M5S el mal resultado de las elecciones municipales del pasado mes de junio, y el buen resultado de la centroderecha en las elecciones de noviembre en Sicilia”, explica Müller.

 

En todo caso, Müller aclara que en Deutsche AM no tienen como escenario base que las elecciones terminen con resultados catastróficos, sino más bien en una situación de statu quo. Así, están sobreponderados en bonos soberanos italianos, porque consideran que su diferencial frente a los bunds es atractivo. También están positivos en acciones italianas, gracias a “los signos positivos de la economía italiana y el crecimiento de beneficios, del que creemos que podría superar a la media de la eurozona