“La presión vendrá primero por parte los fondos de pensiones europeos. También de clientes de altos patrimonios, sin subestimar la potencial oposición que se podría encontrar de clientes wholeshale”, augura Philip Kalus, consejero delegado de Accelerando Associates.
La inversión con criterios Ambientales, Sociales y de Gobierno corporativo (ASG) en Estados Unidos se ha convertido en una guerra partidista. Los demócratas están a favor. Los republicanos, en contra. Tal es el nivel de confrontación que se ha alcanzado que firmas americanas reconocen a FundsPeople que en las reuniones que mantienen con sus clientes la sostenibilidad es un tema que no se toca. “Resulta contraproducente. Dependiendo de con quién estés sentado, corres el riesgo de que tu cliente se levante de la mesa”, reconocía.
La presión política que están ejerciendo especialmente los republicanos tuvo la semana pasada una importante consecuencia en la industria de gestión de activos. Vanguard se retiró de la Iniciativa Net Zero Asset Managers. “Los republicanos pidieron a más gestoras que siguiesen el ejemplo de Vanguard y se distanciaran de lo que ellos denominan valores de izquierda basados en la ASG”, recuerda Philip Kalus, consejero delegado de Accelerando Associates. La pregunta ahora es: ¿cómo afectará este movimiento al éxito de Vanguard en Europa? ¿Perderá activos? ¿Le impedirá ganar nuevos negocios?
Kalus está absolutamente seguro de que la firma americana va a tener muchas dificultades para seguir ganando activos de inversores europeos, particularmente de institucionales. “La presión vendrá primero por parte los fondos de pensiones europeos. También por parte de algunas cuentas de muy altos patrimonios, sin subestimar la potencial oposición que se podría encontrar por parte de clientes mayoristas (wholeshale)”, explica el consultor.
¿Vanguard perderá negocios? “Probablemente algunos, pero no a niveles dramáticos, ya que la gestora nunca se vendió ni ha sido percibida como expertos en sostenibilidad”. Para Kalus, lo importante a partir de ahora es que la presión que ha sufrido Vanguard se va a extender a otras grandes firmas de gestión de activos.
El caso de BlackRock
“Tomemos el ejemplo de BlackRock. La gestora se enfrenta a una gran presión y también a reembolsos en estados de EE.UU. gobernados por los republicanos. Aunque la entidad confirmó la semana pasada que continuará como miembro de la Iniciativa Net Zero Asset Managers, la entidad se encuentra cada vez más presionada por ambos extremos del espectro político. Nueva York, por ejemplo, así como algunos planes de pensiones europeos mencionan que les preocupa que BlackRock (potencialmente) diluya su compromiso con la sostenibilidad debido a este asunto. BlackRock es un objetivo natural, no solo por su gran tamaño, sino también por la franqueza de su fundador y director ejecutivo, Larry Fink, sobre el cambio climático y la sostenibilidad, algo que le ha creado enemigos”.
Según el consultor, el panorama político cada vez más dividido hace que los gestores de activos globales se enfrenten a obstáculos que pongan a prueba sus principios fundamentales, que tienen el potencial de redefinir la percepción del liderazgo a nivel de la ASG, la distribución y los flujos de fondos. “Tienes que tomar decisiones. No puedes complacer a todos”.
Citando a Hortense Bioy, directora global de Análisis de Sostenibilidad de Morningstar: “Tan fácil como ha sido para los estados republicanos boicotear a las gestoras de activos por su compromiso con las emisiones cero, podemos imaginar que será tan fácil para algunos inversores retirar los activos de aquellas entidades que renuncien a su compromiso en esta materia”.
En consecuencia, Kalus considera que todo este problema brinda importantes oportunidades para otras gestoras de activos, en particular, los especialistas europeos en ASG e impacto sin ninguna distribución en EE.UU. “Espere una reorganización seria de las tarjetas de flujos de fondos en 2023”, advierte el consultor.
