Pictet AM visitará Rusia para evaluar el impacto económico y político de la crisis ucraniana

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efe Marimon, Flickr Creative Commons

Si en su anterior revisión a tres meses vista los estrategas de Pictet AM Olivier Ginguené y Luca Paolini se declaraban sobreponderados en renta variable, países emergentes y Japón, un mes después la exposición táctica de la cartera ha cambiado, obligada por los últimos acontecimientos que han cotizado en el mercado. El primer cambio alude a la renta variable: ahora la posición ha sido rebajada hasta neutral desde sobreponderar. Los expertos de la firma alegan que “tras el rally en acciones mundiales en febrero había signos de fatiga y niveles difíciles de justificar en un momento en el que las previsiones de beneficios empresariales han estado bajando”.

Por otra parte, no descartan la posibilidad de nuevas ventas en mercados emergentes, debido a la escalada de las tensiones geopolíticas, como ha sido el caso del conflicto entre Ucrania y Rusia. Desde la gestora explican que su equipo de mercados emergentes visitará Rusia para evaluar de primera mano el impacto económico y político de todos los eventos sucedidos en las últimas semanas. Entre tanto, avisan de que “si la situación se deteriora por agravamiento de las tensiones entre Rusia y la UE, la recuperación económica de Europa se puede ver afectada, pues importa 25% de su gas de Rusia, la mitad del cual fluye a través de Ucrania”. “En ese escenario el euro probablemente se debilitaría bruscamente contra el dólar”, añaden. Desde la firma están dispuestos a reducir sus posiciones sobre el crudo debido “al posible exceso de oferta en Estados Unidos”, pero el conflicto en el Cáucaso les lleva a seguir neutrales por el momento.

Debilidad en Estados Unidos y preferencia por Japón

Dentro de su análisis trimestral, los expertos de Pictet no se olvidan de mencionar los signos de debilidad que ha emitido últimamente Estados Unidos. No ha sido exclusivamente por las malas condiciones meteorológicas, pues también observan desaceleración del mercado inmobiliario y la producción industrial y caídas en las ventas minoristas. Paralelamente, la inversión de las empresas se ha mantenido sorprendentemente lenta.

En cuanto a Europa, se limitan a constatar que “permanece en modo de recuperación, aunque luchando con presiones deflacionarias”. Guinguené y Paolini creen que las acciones de ambos mercados siguen caras y que las expectativas de crecimiento de los beneficios empresariales son decepcionantes. De continuar esta tendencia, avisan de que pueden volver a reducir su exposición al Viejo Continente.

¿Cómo se ha traducido esta visión a la cartera? “Mantenemos un leve sesgo cíclico, con sobrepeso en energía, materiales e industriales, pues la siguiente fase del ciclo económico se debe caracterizar por aumento de la inversión, con impulso para sectores de uso intensivo de capital”, explican los estrategas. La mayor infraponderación es en telecomunicaciones, por su carácter defensivo, lo elevado de las valoraciones y las bajas perspectivas de crecimiento. 

En conjunto las revisiones de beneficios continúan a la baja, salvo en Japón, donde los resultados empresariales han batido las expectativas del consenso en un promedio del 13%. También consideran positivo que las empresas niponas están empezando a invertir en dinero de sus cajas (equivalente a más del 30% del PIB del país) y que se observan signos de salida de la deflación. “Estamos confiados en que habrá más estímulos monetarios y reformas económicas”, afirman Ginguené y Paolini. Eso sí, estiman que el aumento del IVA “seguro ha afectado el sentimiento del consumidor”. Sin embargo, siguen manteniendo su preferencia por acciones niponas.

Todavía constructivos con emergentes

En lo relativo a mercados emergentes, desde Pictet admiten que el ritmo de crecimiento es menor, pero apuntan que las exportaciones se están empezando a recuperar tras la depreciación de muchas divisas. “Las acciones de mercados emergentes mantienen un favorable perfil de rentabilidad/riesgo, con descuento del 30% en precio/beneficios esperados respecto a mercados desarrollados”, indican. Eso sí, pese a que siguen sobreponderados han optado por un lado por cerrar posiciones a la baja en las divisas con mayor potencial de apreciación y, por el otro, no aumentar su exposición a este mercado debido a “la incertidumbre sobre la dirección de la política monetaria China y la agitación política en Ucrania, Turquía y Tailandia”.

Los estrategas no pierden de vista que “una aceleración del crecimiento económico mundial debe beneficiar desproporcionadamente a los exportadores de mercados emergentes, cuya ventaja competitiva ha aumentado con las caídas de sus divisas”. Además, perciben una posibilidad de rebote de estos mercados, pues constatan que “los elevados flujos de salidas de estos activos los últimos meses indican que los inversores están aproximándose a niveles excesivamente bajistas”.

Donde los estrategas ven oportunidad es en la renta fija emergente: consideran que las valoraciones son atractivas y los inversores están infraponderados en este activo. “Cualquier caída adicional en esta deuda de mercados emergentes aumentaría su atractivo, pues tiene menor sensibilidad a variaciones de tipos de interés y cupones más altos, siendo más atractiva que la deuda de gobiernos de mercados desarrollados”, puntualizan. Pero Guinguené y Paolini van todavía más lejos, al señalar que “la recuperación de las divisas y bonos de mercados emergentes está justificada –las divisas están alrededor de una desviación estándar debajo de su valor razonable-, si bien con dispersión en diferentes mercados y divisas”. También consideran que la prima que ofrece la deuda corporativa high yield es “más que suficiente para compensar el riesgo de impagos, cuya tasa sigue baja en términos históricos”.

La situación de la segunda economía del mundo se merece un párrafo aparte. “China ha mostrado una marcada caída del renminbi. Una interpretación positiva es que ha sido diseñado por el Banco de China para limitar los flujos especulativos. Una lectura negativa es que las autoridades chinas tratan de mejorar la posición competitiva exportadora para compensar los efectos negativos de una nueva reducción del crédito”, reflexionan Ginguené y Paolini. “De todas formas es probable que la economía China siga resistente, pues los datos recientes muestran aumento de las exportaciones y disponibilidad de crédito privado”, concluyen.