¿Por qué el institucional no invierte en ISR?

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Hay temáticas de inversión de las que se habla mucho y a las que, en realidad, el inversor institucional le presta una atención muy limitada. Una de ellas es la Inversión Socialmente Responsable (ISR). Pese al importante esfuerzo didáctico, comercial y de innovación de producto realizado por la industria a lo largo de los últimos años, lo cierto es que estos productos siguen estando, a día de hoy, muy lejos de los primeros puestos por captaciones. Y es que la inversión responsable no constituye una prioridad para los inversores institucionales. Al menos, por ahora. La encuesta a inversores institucionales realizada este año por Schroders ha puesto de relieve esta realidad.

Según los resultados de la consulta llevada a cabo por la firma británica, la inversión sostenible sigue siendo un factor de escasa importancia en el proceso de toma de decisiones de inversión, a pesar de que los inversores institucionales creen que su relevancia aumentará. El estudio —que encuestó a 650 inversores con activos por valor de aproximadamente 24 billones de dólares— ha identificado una divergencia entre las percepciones de los inversores institucionales sobre la importancia de la sostenibilidad y cómo llevan a cabo sus asignaciones. Los inversores son claramente conscientes de que invertir de forma sostenible revestirá una importancia cada vez mayor, pero este enfoque aún debe afianzarse en el núcleo de su proceso de inversión.

Así, casi un tercio de los inversores (32%) reconoce que la incorporación de un sesgo sostenible en sus inversiones tiene poca o ninguna influencia en su proceso de toma de decisiones de inversión, con una importancia notablemente inferior a otros factores, como la asignación estratégica de activos, el historial del gestor del fondo, las rentabilidades previstas y la predisposición al riesgo. “Sigue existiendo una brecha entre las expectativas de los inversores institucionales respecto de la inversión sostenible y la forma en la que priorizan estos factores en sus procesos de toma de decisiones de inversión”, señala Jessica Ground, directora global de Administración en Schroders.

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La pregunta es… ¿por qué no invierten los inversores institucionales en fondos de ISR? Porque, -según admiten el 77% de los encuestados- la inversión sostenible es, en cierto modo, una tarea complicada. Entre las dificultades citadas, las preocupaciones en torno a la rentabilidad se sitúan en primer plano: el 51% las mencionó como un obstáculo para la inversión sostenible. La falta de transparencia y la dificultad para evaluar el riesgo son otros desafíos clave que, según los inversores, frenan la inversión sostenible. Eso sí: más de un tercio de los encuestados (34%) a escala global afirman que, si existieran pruebas de que invertir de forma sostenible arroja rentabilidades más elevadas, incrementaría considerablemente sus asignaciones a esta clase de inversión.

Curiosamente, el estudio concluye que la sostenibilidad constituye un objetivo más relevante para los inversores institucionales de mayor envergadura. Los inversores que atribuyen una mayor importancia a la sostenibilidad suelen tener un horizonte de inversión a más largo plazo, mayor confianza en sus inversiones y priorizan las rentabilidades ajustadas al riesgo. El 32% de aquellos que cuentan con periodos de inversión de al menos cinco años afirmaron que la sostenibilidad es un factor de peso. Esta cifra contrasta con el 23% de los inversores con un horizonte de inversión de entre tres y cinco años.

Los inversores más centrados en la sostenibilidad mantienen una confianza notablemente superior en cuanto a la consecución de sus expectativas de rentabilidad. Más de la mitad (59%) de los encuestados se muestran, como mínimo, razonablemente confiados en cuanto al logro de sus objetivos, en comparación con el 37% de los inversores que no priorizan la inversión sostenible. Asimismo, estos se centran en la generación de rentabilidades ajustadas al riesgo: el 66% optan por este enfoque, frente al 53% que se mostraba menos centrado en la sostenibilidad.

En total, algo menos de tres cuartos de los inversores (74%) en todo el mundo creen que la inversión sostenible cobrará mayor importancia en los próximos cinco años, en comparación con el 67% de hace un año. Algo menos de la mitad (47%) de los encuestados había aumentado sus asignaciones a la inversión sostenible en los últimos cinco años. Los inversores señalaron que la estrategia corporativa, el cambio climático y la calidad de la contabilidad son los asuntos más importantes que los inversores deben trabajar con las empresas.