Por qué el problema en Europa no es la trayectoria de la deuda, sino del déficit

Stéphane Déo
Foto: cedida por Natixis IM.

En las últimas dos décadas el nivel de deuda ha continuado subiendo, pero las tasas han seguido bajando. Entonces, ¿qué pasa con el servicio de la deuda? Esto es: ¿qué pasa con los pagos que deben hacer los estados europeos que se han endeudado? Para 2022, las cifras de las últimas perspectivas de la OCDE muestran que, para los ocho países de la eurozona, su deuda aumentará este año. Pero todos también verán reducido su servicio de la deuda.

Sin entrar en demasiados detalles en los cálculos, en Ostrum AM, filial de Natixis IM, han analizado línea por línea los valores emitidos por el Tesoro francés y llegaron a una cifra menos favorable, con una caída de solo 1.500 millones. Una cifra que sigue siendo sustancial pero más modesta. “Sin duda, un efecto de la reciente subida de las tasas que reduce el ahorro en nuevas emisiones”, explica Stéphane Déo, responsable de Estrategia de Mercado en la entidad.

Algunas simulaciones del servicio de la deuda

A su entender, la trayectoria de la deuda no se ve afectada fundamentalmente por el nivel de las tasas, que sigue siendo muy bajo y, por lo tanto, muy favorable. “El problema es el nivel de déficit. El déficit previsto para la eurozona, según cifras de la OCDE, sigue siendo del 3,8%, una cifra claramente excesiva para estabilizar la ratio deuda/PIB. Luego tenemos que introducir otro concepto, el de un déficit estabilizador”, argumenta. Este es el nivel de déficit para un nivel determinado de deuda, tasas de interés y crecimiento, que estabilizará la relación deuda/PIB.

“Un mayor déficit crearía un aumento de la deuda, por lo tanto, un aumento del servicio de la deuda, por lo tanto, un mayor déficit y, por lo tanto, una aceleración de la deuda. Un camino exponencial que, por lo tanto, no es sostenible”, advierte.

En la firma han calculado estos déficits estabilizadores para los países de la eurozona. En primer lugar, cabe destacar que, según la OCDE, el déficit está mejorando este año en 2,8 puntos porcentuales. “Ese es un número muy significativo. Sin embargo, todavía tendremos que eliminar casi un punto de déficit para lograr el equilibrio. El objetivo debe ser hacerlo aún mejor para que la deuda caiga en un período de recuperación”.

Fuente: Ostrum AM.

Los tres grupos de países

Las disparidades por país también son significativas. Esencialmente, hay tres grupos. El primero, el de los malos estudiantes arrepentidos. “Son Grecia y Portugal. Presentan un alto nivel de deuda, pero una posición fiscal favorable y, por lo tanto, una trayectoria descendente de la relación deuda/PIB”.

El segundo, el de los malos alumnos impenitentes. Aquí estarían Bélgica, Francia, España e Italia. “Con una deuda elevada, más del 100% del PIB, pero también un déficit excesivo que no estabiliza la ratio y por tanto la necesidad de un ajuste fiscal de al menos un punto porcentual del PIB”.

El tercer grupo es el de los buenos estudiantes. En estos encuadra a Holana, Irlanda, Alemania y Austria. “Presentan ratios de deuda por debajo de la media de la UE y una necesidad relativamente baja de ajuste fiscal”.

Fuente: Ostrum AM.

Conclusión: el problema no es el nivel de las tasas sino el déficit

Según Déo, las cifras es que el nivel actual de tasas está lejos de ser preocupante. “Se mantiene cómodamente por debajo del nivel histórico de tasas y, por lo tanto, las emisiones de los estados europeos están siempre en condiciones muy favorables. La tasa de deuda promedio de estos estados continuará cayendo. Sin embargo, la trayectoria de la deuda sobre el PIB es exponencial en la gran mayoría de los países debido a un déficit heredado del período COVID”.

A su juicio, estos niveles de déficit son insostenibles y deben eliminarse lo antes posible durante los períodos de fuerte crecimiento. “En teoría, estos déficits excepcionales estaban relacionados con la crisis sanitaria y, por lo tanto, son de naturaleza puramente cíclica o temporal y deberían desinflarse rápidamente. En la práctica parece que algunos estados han logrado transformar una buena parte de este déficit cíclico en uno estructural, por ejemplo, manteniendo ciertas medidas de emergencia”.

Se trata de un objetivo loable de apoyar el crecimiento, pero visto en el corto plazo, ya que coloca las finanzas públicas en trayectorias que simplemente no son sostenibles. “El riesgo es entonces que, una vez más, el presupuesto tenga que apretarse cuando el mercado entre en pánico, es decir, durante la próxima crisis. En definitiva, avanzamos alegremente hacia una política procíclica: siempre expansiva mientras la economía se ha recuperado, y restrictiva durante la próxima crisis”, arguye.