Por qué es importante la preservación de capital relativa

Realizamos la segunda entrada sobre esta serie de notas en relación al análisis cuantitativo de fondos de inversiónSi la semana pasada nos centrábamos en la consistencia de los retornos, en esta ocasión lo haremos en medidas de riesgo. Concretamente, en medidas bajo dos conceptos que se repiten constantemente por las gestoras de fondos de inversión: la volatilidad y la preservación de capital.

Posiblemente sea la volatilidad el elemento más usado por gestores, equipos comerciales y material de marketing de las gestoras en la defensa de la bondad de sus productos, junto con, por supuesto, la rentabilidad.

Así, la volatilidad sería la medida estrella para definir si un fondo de inversión lleva aparejado mayor o menor riesgo. El estadístico que prácticamente de manera universal se usa para medir ese riesgo es la desviación típica (anualizada es lo ideal).  Sin embargo, aun reconociendo que la variabilidad de los precios con respecto a su media es un dato interesante, no representa la mejor medida en nuestra opinión para valorar el riesgo que lleva asociado un fondo con respecto a otros en la misma categoría. La razón hay que buscarla en el concepto de riesgo en un producto financiero en general, que no es otra cosa, desde el punto de vista del inversor, que el riesgo de pérdida o minusvalía absoluta y relativa de su dinero.

Todos aquellos que analizamos fondos hemos visto numerosos casos en los que fondos o incluso estrategias enteras con baja volatilidad (absoluta y/o relativa) de repente incurren en una minusvalía “asimétrica”, es decir, que no debiera corresponderse a dicho nivel de volatilidad. Las razones pueden ser múltiples pero normalmente tienen que ver con conceptos como que los comportamientos históricos no son estáticos o con el hecho de que es necesario conocer las fuentes de rentabilidad del fondo o estrategia.

Ello nos lleva al otro concepto, el de la preservación de capital. Los estadísticos disponibles para medirla son múltiples y pueden ir desde métricas muy sencillas a medidas muy sofisticadas. Bastantes de ellos han sido importados del mundo de la gestión alternativa o fondos hedge. Entre los sencillos nos encontramos por ejemplo con Caída Máxima o Número de Periodos (meses) Negativos, y entre los sofisticados desde VAR Condicional hasta Omega, pasando por aquellos con nombre extraños como Kurtosis o Skewness.  Nosotros nos decantamos por medidas sencillas que al mismo tiempo midan las pérdidas de capital absolutas históricas (lo que realmente teme o no desea el inversor) en diferentes subperiodos y pongan ello en el contexto de la clase de activo en la que invierten.

¿Por qué es importante este tipo de medidas de preservación? Pues porque nuestra experiencia y análisis nos dice que detrás de resultados negativos en estas medidas normalmente se encuentra una gestión de riesgos defectuosa, unos conceptos o asunciones en el proceso de inversión erróneos o el uso de productos poco adecuados por su liquidez o características.

Además y consecuentemente, muestran un valor predictivo sobre el futuro desempeño de un fondo mayor que la mayor parte de métricas que hemos testado. Por supuesto, el artículo pone de relieve que para una evaluación de riesgos adecuada el análisis cualitativo o due diligence del fondo o estrategia es esencial.