Actualización de la estrategia del FF European Larger Companies Fund y argumentos del gestor a favor de la inversión en grandes compañías europeas con un sesgo cíclico de cara al futuro.
¿El tamaño importa? Si se lleva esta pregunta al terreno de la gestión de activos, esta respuesta puede ser afirmativa. Para muestra, un botón: en los cinco años que acaba de cumplir Matt Siddle al frente del fondo FF European Larger Companies Fund, ha conseguido batir en casi ocho puntos porcentuales al índice de referencia, al generar una rentabilidad del 68,4% frente al 50,8% mediante el posicionamiento en grandes capitalizadas con sesgo cíclico y la búsqueda de negocios de calidad a un precio atractivo a partir de un análisis fundamental propio. El tipo de compañías que busca el gestor de Fidelity Worldwide Investment deben mostrar una alta rentabilidad del capital que sea sostenible, que permita a la compañía crecer a un ritmo superior al de sus competidores y generar flujos de caja elevados.
“Los valores de mediana capitalización han seguido batiendo a los de gran capitalización en una tendencia que dura ya 15 años. Lo que muchos inversores olvidan es que eso solo ha servido para dar la vuelta a lo ocurrido durante los diez años anteriores, cuando dominaron los grandes valores”, afirma Siddle. Éste considera que el peor comportamiento relativo reciente de las grandes frente a las medianas puede explicarse en parte desde una perspectiva fundamental: “Los grandes valores suelen tener una mayor exposición internacional, mientras que los de mediana capitalización están más expuestos a sus mercados nacionales europeos”. Cree no obstante que también han tenido mucho que ver los desplomes de agosto y septiembre, “en los que se vio un número cada vez mayor de inversores reduciendo su exposición a través de futuros y fondos cotizados, en cuya composición predominan los grandes valores”.
A continuación, el gestor de Fidelity Worldwide Investment se centra en el hecho de que los valores cíclicos están presentando un comportamiento inferior a los defensivos a pesar de la presencia de numerosos drivers que deberían impulsar su rentabilidad (caída del precio del petróleo, el QE del BCE…) y de la mejoría de las revisiones del beneficio por acción (BPA) de estas empresas. No obstante, Siddle percibe este percance como una oportunidad: “Varios valores cíclicos de alta calidad están muy baratos actualmente, lo que se ajusta muy bien a mi estilo de inversión, por el que compro empresas de calidad a precios atractivos”.
El gestor se declara más optimista de aquí en adelante sobre los valores de gran capitalización, que actualmente cotizan con un descuento importante frente a los de mediana capitalización. “Los grandes valores también ofrecen mayor protección frente a caídas y han brindado a los inversores unas rentabilidades sobre el capital (ROE) sistemáticamente más altas durante más de 30 años, comparados con los valores de mediana capitalización”, concluye.
¿En qué valores debe fijarse el inversor?
El crecimiento de los beneficios, la fortaleza relativa y el sentimiento han sido los grandes catalizadores de los mercados europeos este año, especialmente durante los últimos tres meses, detalla Siddle: “Las valoraciones de las acciones con una buena fortaleza relativa han subido hasta niveles muy elevados, lo que significa que las de mejor comportamiento reciente están cada vez más caras. Por tanto, estoy encontrando oportunidades en valores cíclicos de alta calidad con precios atractivos”.
Así, el fondo está sobreponderado en el sector energético: “Las empresas energéticas de gran capitalización cotizan actualmente con ratios precio-valor en libros relativos en mínimos de más de 60 años y existe una fuerte correlación histórica entre unas valoraciones bajas y una revalorización posterior de las cotizaciones. Los recortes de las inversiones han aumentado el flujo de caja libre de estas empresas y han provocado descensos de la oferta y los inventarios, mientras que la demanda está empezando a recuperarse gracias a los bajos precios. Creo que hay bastantes probabilidades de que el sector destaque durante los próximos años”, sentencia el gestor. En cambio, éste se declara pesimista sobre otras áreas de las materias primas y por ello infrapondera mineras, por no presentar las mismas probabilidades de recuperación ni tener unas valoraciones tan baratas.
¿Merece la pena buscar exposición indirecta a emergentes?
El FF European Larger Companies debe invertir un mínimo del 70% de la cartera en grandes valores europeos. No obstante, dispone de flexibilidad para invertir en otras áreas geográficas, lo que permite que el gestor opine sobre la región emergente y específicamente sobre China, pues la responsabiliza ce cierta responsabilidad tras la debilidad reciente: “Las áreas cíclicas del mercado han quedado rezagadas por el deterioro del sentimiento tras la devaluación del yuan y las mayores inquietudes en torno a la desaceleración del crecimiento económico”. El gestor, que admite no ser especialmente optimista sobre China, declara que “la reciente reacción del mercado podría haber sido excesiva en algunos valores”. Pone como ejemplo de sector castigado con margen de recuperación al inmobiliario: “Las ventas de inmuebles han mejorado tras los repetidos recortes de tipos y la flexibilización en la concesión de hipotecas, y están apareciendo las primeras señales de crecimiento de la actividad de construcción. Ahora que las medidas de las autoridades están empezando a dar fruto, se podría dar cierto rebote cíclico”.
Siddle ha decidido mejorar mínimamente el peso de los emergentes en la cartera, desde ligeramente infraponderado a neutral. Insiste en la idea de vigilar lo que haga China, al influir sobre el resto de mercados del universo: “La mejoría de China debería apuntalar el sentimiento general hacia las empresas expuestas a los mercados emergentes, un escenario que ciertamente no se refleja en las valoraciones actuales de las empresas europeas con exposición a los emergentes”.
Siddle concluye el repaso a la distribución de la cartera por áreas geográficas explicando que infrapondera Europa y sobrepondera EE.UU. por sus apuestas en el sector de atención sanitaria – donde afirma estar encontrando valoraciones atractivas combinadas con mejoras de los fundamentales-, y la infraponderación en telecomunicaciones y servicios públicos.