Por qué la crisis energética en Europa no tiene una solución fácil a corto plazo

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Foto: Cebolledo, Flickr, Creative Commons

La subida de los precios del gas y la electricidad ha ocupado titulares en las últimas semanas. Europa parece ser el centro de la tormenta, aunque no es la única que está viviendo un fuerte aumento de los precios. China también sufre escasez de energía y está racionando la electricidad en algunas provincias. Muchos de los factores que impulsan la oferta y la demanda detrás de las subidas de precios son también de naturaleza global.

Sin embargo, tal y como explican Mark Lacey, responsable de materias primas de Schroders, y Felix Odey, analista de Energías renovables en la firma británica, hay algunos factores específicos de Europa que podrían servir para mantener los precios altos y no hay una solución fácil para que vuelvan a bajar rápidamente. Apoyándose en cuatro gráficos, ambos profesionales han querido explicar los motivos que explican los motivos de esta situación y por qué la crisis energética en Europa no tiene una solución fácil a corto plazo.

Fuente: BNEF, Pexapark, Bloomberg. Datos extraídos por Schroders a 30 de septiembre.

Los precios de la electricidad se disparan

La mayor parte de la subida del precio de la electricidad se debe a la escasez de gas natural. El gas natural se considera desde hace tiempo un combustible de transición para la generación de energía. Comparado con el carbón, produce la misma energía, pero con la mitad de emisiones de CO2. “No es en absoluto una solución a largo plazo si queremos alcanzar los objetivos de emisiones netas cero (a menos que se pueda aplicar la tecnología de captura de carbono), pero es un parche útil mientras se abandona el carbón”, recuerdan.

Sin embargo, debido en parte a su dudoso futuro a largo plazo, la inversión en gas natural ha sido insuficiente. “Muchas empresas integradas de petróleo y gas se han mostrado reacias a financiar nuevos proyectos, dado que su objetivo más amplio es la transición hacia las energías renovables. Mientras tanto, los bajos precios regionales del gas en años anteriores provocaron la paralización o el aplazamiento de varios proyectos de exportación de gas natural licuado. Los proyectos que habrían servido para abastecer en 2019, 2020 y 2021 ahora solo podrán abastecer los mercados mundiales de gas en 2025 y más adelante”.

Al mismo tiempo, el gas almacenado es escaso en todo el mundo, señalan Lacey y Odey. El gráfico siguiente indica cómo los niveles de almacenamiento de gas en Europa están muy por debajo de la media a medida que nos acercamos a los meses más fríos del invierno.

Fuente: BNEF, Pexapark, Bloomberg. Datos extraídos por Schroders a 30 de septiembre.

La falta de viento afecta a la producción renovable

De acuerdo con los expertos de Schroders, la falta de disponibilidad de gas coincide ahora con un aumento de la demanda. Los recientes cierres de las centrales de carbón y el clima desfavorable están afectando a otras fuentes de generación de energía. El gráfico siguiente muestra cómo la velocidad del viento en el Reino Unido ha sido muy inferior a la habitual durante gran parte del verano y hasta septiembre. “Esto ha afectado negativamente a la generación de energía eólica”.

Fuente: BNEF, Pexapark, Bloomberg. Datos extraídos por Schroders a 30 de septiembre.

No hay respuestas fáciles

Para Lacey y Oley, no hay una solución rápida para superar la escasez de gas en este momento. “El yacimiento de gas de Groningen, en los Países Bajos, que en su día fue el mayor productor de gas de Europa, ha reducido drásticamente su producción en la última década debido al riesgo de terremotos que conllevan las perforaciones”.

Por tanto, Europa depende en gran medida de Rusia para el suministro de gas, pero los niveles de almacenamiento rusos se han reducido junto con los del resto del mundo. “Los volúmenes aún se están recuperando tras el incendio de la planta de Novy Urengoy en agosto y Rusia sigue esperando que Europa apruebe el gasoducto Nordstream 2. Creemos que es poco probable que los volúmenes de gas de Nordstream 2 lleguen al mercado europeo antes de finales de este año”, advierten.

Además, los expertos ven poco factible que la energía eólica pueda acudir al rescate de inmediato y ayudar a bajar los precios generales de la electricidad. El siguiente gráfico muestra cómo la energía eólica suele representar una gran proporción de la demanda de electricidad en Europa en el cuarto trimestre, pero que podría haber un déficit de nuevo en el primer trimestre.

Fuente: BNEF, Pexapark, Bloomberg. Datos extraídos por Schroders a 30 de septiembre.

Por tanto, no prevén que la actual situación en los mercados eléctricos europeos se suavice hasta junio del año que viene, aproximadamente. “Y, por supuesto, la electricidad no puede sustituir al gas sin más. Reino Unido, por ejemplo, depende del gas para casi todas sus necesidades de calefacción”, concluyen.