La gestora Capital Group, ha celebrado un desayuno en el que han participado profesionales del sector de gestión de activos de varias generaciones para debatir sobre la situación de la industria.
Cada año, el primer lunes de octubre se celebra el Día de la Educación Financiera. Una onomástica que sirve de gancho perfecto para que el sector reflexione sobre las iniciativas que se han llevado a cabo en los últimos años en esta materia, que no son pocas, pero también para llegar a la conclusión de que, a pesar de ellas, sigue quedando mucho por hacer en un país como España.
Con motivo de este Día de la Educación Financiera, la gestora Capital Group, ha celebrado un desayuno en sus oficinas de Madrid en el que han participado profesionales del sector de gestión de activos de varias generaciones. Tanto los más seniors como los más juniors coinciden en dos cosas: hace falta más educación en finanzas y esto es algo vital para que la sociedad cuente con las herramientas necesarias no solo para optimizar su ahorro sino como forma de lucha contra la desigualdad de clases.
Falta impulso desde el sector público
"En los últimos años hemos avanzado mucho en la educación financiera de la gente que se incorpora a la industria y se ha enriquecido mucho la oferta de programas especializados post-universitarios, pero las finanzas deberían ser una asignatura obligatoria en cualquier programa educativo, desde edades tempranas. Hay que ayudar a que las personas lleguen preparada a tomar una de las decisiones más importantes de su vida: la gestión de sus finanzas y la optimización de su ahorro", explica Belén Blanco, directora de BBVA AM en España y Europa.
El problema es que si bien en los últimos años son varias las iniciativas que se han llevado a cabo para formar en finanzas, éstas se han dado sobre todo desde el sector privado. "Nos falta el apoyo de las instituciones públicas por lo que llega a grupos muy pequeños de la población. Es esencial ampliarlo, que se tomen medidas para que la población pueda crecer en un ambiente en el que no les de miedo ir al banco y preguntar", afirma Antonia Conde, gestora y selectora del equipo de arquitectura abierta de CaixaBank AM. No en vano, el hecho de que los accesos al conocimiento financiero están sesgados a unos pocos, funciona como una barrera para que funcione el ascensor social.
La importancia de la autoexigencia
"No puedes pedir a una industria que resuelva un problema cultural. Hoy hay muchas herramientas para formarte, pero el nivel de exigencia desde las instituciones o las propias familias hace que esas herramientas muchas veces se desperdicien", puntualiza Ramón Forcada, director de análisis en Bankinter.
Un reciente estudio publicado por la Fundación Mutualidad de la Abogacía y el IESE muestra cómo sigue faltando mucho conocimiento financiero no solo en la población a nivel general sino también en la sociedad más joven. Apenas el 51% de los adultos de entre 20 y 29 años y el 53% de los millenials (con edades comprendidas entre los 30 y los 39 años) conoce al menos tres de estos cuatro términos: inflación, diversificación, interés simple e interés compuesto. Y tampoco conocen las características básicas de productos financieros concretos como los fondos de inversión, los planes de pensiones, seguros de ahorro, acciones o bonos. A este respecto los fondos de inversión serían los productos más conocidos, aunque con una nota de apenas de 1,5 sobre un máximo de 4.
"Hemos avanzado poco y tenemos que hacer un esfuerzo mayor apoyado sobre todo en ofrecer producto financiero y educación financiera, que se dé forma inmediata, con más accesibilidad. Hay que utilizar la vía del behavioral finance ya que igual de importante que el producto financiero es la manera en la que lo explicas", apunta Pablo Mansilla, responsable de Fondos de Inversión de Santander Private Banking España. Al fin y al cabo, según afirma Borja Ocejo, analista de fondos en Santander Private Banking España "se trata de dar a la sociedad la capacidad de discernir, razonar y saber elegir entre diferentes opciones para que puedan alejarse del efecto rebaño, lo que lleva a errores de inversión".
¿Se puede aprender algo del auge de las criptos?
Esa falta de educación financiera está además detrás en parte del auge que están teniendo las criptodivisas entre la población más joven. "La falta de educación financiera es un problema de base del sistema educativo español. Hay que explicar que construir un patrimonio lleva su tiempo y los jóvenes muchas veces se dejan llevar por las criptodivisas por el efecto de la inmediatez", afirma Eduardo Cabero, analista en Bankinter.
"Conseguir una La educación financiera de calidad tiene que irva más allá de lo que te puedan enseñar en el colegio del marco básico que adquieres en la enseñanza más genérica, y depende del nivel de interés de cada de la propia persona el conocer las oportunidades emergentes de una buena planificación financiera", explica Sofía Balastegui, analista de Due Dilligence en BBVA.
Sin embargo, según explica Antonio Álvarez, gestor en CaixaBank AM, el auge de las criptos también puede dar pistas al sector sobre la forma en la que comunicarse son los clientes. "Si bien las criptos, han supuesto que mucha gente invierta en estos productos sin conocer los riesgos, han traído un punto positivo ya que hay gente que se ha familiarizado con las plataformas de inversión y ha aumentado su interés por conocer un poco más los mercados financieros. Espero que esto sea algo que el sector capitalice en los próximos años".