Las gestoras internacionales toman nota del reciente cambio de tono de la Fed y lo añaden a la reciente evolución de la inflación, la mejora de la confianza empresarial y la cercanía al pleno empleo.
El mercado lleva desde la subida de tipos de diciembre por parte de la Fed poniendo en precio otras dos subidas en 2016. La próxima reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) está programada para marzo, y la probabilidad implícita de otro aumento del tipo oficial del interés está cotizando en torno al 25%. “Sin embargo, nosotros creemos que las probabilidades están más cerca del 50%”, afirma Rick Rieder, director de inversiones de renta fija de BlackRock.
Éste aclara que su escenario base no recoge una subida efectiva de los tipos en la próxima reunión del FOMC, pero matiza que “una subida en marzo todavía está encima de la mesa”. El peligro, una vez más, es que “puede que los mercados no estén poniendo adecuadamente en precio esta posibilidad”.
Rieder aporta tres razones para estar vigilantes. En primer lugar, el banco central está muy cerca de cumplir con su doble mandato de control de la estabilidad de precios (inflación) y creación de puestos de trabajo, ya que la economía está muy cercana al pleno empleo. “Esperamos que la fortaleza continuada del mercado laboral permita que la tasa de desempleo caiga por debajo del 4% a finales de año, así como que se ponga presión alcista sobre los salarios”, indica el experto. Entretanto, recalca que tanto la inflación general como la subyacente ya están muy cerca del objetivo de la Fed del 2%.
La segunda razón es la previsión de que el crecimiento estadounidense repunte a medida que se asiente la temática de la reflación. Rieder se fija particularmente en los sectores productores de bienes: “Parecen estar emergiendo de una recesión de largo plazo, de vuelta al territorio positivo del crecimiento, y esperamos que esta recuperación manufacturera sea un motor clave de un crecimiento estadounidense más fuerte en 2017”. Sin embargo, lo que más llama la atención del experto es que, si se suma a la posibilidad de que se introduzcan estímulos fiscales, “está impulsando a la confianza dramáticamente”, de forma que la confianza tanto del consumidor como empresarial “han mejorado notablemente a medida que ha tomado forma en los últimos meses el entorno de un EE.UU. impulsado por la reflación”. El experto de BlackRock aclara que normalmente no suele asignar tanta importancia a estas estadísticas porque “la opinión puede cambiar rápidamente y de formas inesperadas”, aunque matiza que “la persistencia de este optimismo es llamativa” y espera que se traduzca “en mayor gasto en el próximo año tanto a nivel empresarial como entre las familias”.
El último signo es el reciente cambio de tono del FOMC, que subrayó en su último comunicado la mejoría de las condiciones económicas. “Específicamente, la declaración indicó que “la actividad económica ha continuado expandiéndose a un ritmo moderado… La creación de empleos siguió siendo sólida y la tasa de desempleo se mantuvo cerca de su mínimo reciente””, detalle Rieder, que también destaca la referencia hacia la citada mejoría de la confianza del consumidor y empresarial.
La postura de BlackRock es que “las implicaciones de este entorno económico para la política monetaria no están completamente en precio en los mercados. Los participantes de mercado han anticipado parte del momento de precios del impulso reflacionario, pero han sido más lentos al aceptar el ajuste monetario que implica la reflación”. En conclusión: al arraigar la reflación, “es probable que dé como resultado un ritmo moderadamente más rápido de normalización de lo que muchos esperan”, de ahí la posibilidad de que la Fed suba tipos en la reunión programada para marzo. Si lo hace, “probablemente veamos al menos tres subidas de tipos este año, siempre que los datos económicos sigan siendo de apoyo”, concluye Rieder.
Mark Dowding, co responsable de deuda con grado de inversión de BlueBay sí que ve “margen potencial para una sorpresa hawkish”. Cree que, de producirse, podría verse una oleada de ventas dentro del posicionamiento corto en duración, por lo que “sería más fácil que los tipos fueran empujados al alza cuando esto suceda”.
Dowding se fija asimismo en que “la inflación ha estado sorprendentemente al alza a nivel global, y en este sentido los últimos datos de EE.UU. han sido sorprendentemente beningnos”, por lo que afirma que no se sentiría sorprendido sí “vemos que la inflación sube por encima del 2,5%”.
Christophe Morel, economista jefe de Groupama AM, también se fija en el reciente cambio de lenguaje de la Fed. Concretamente, afirma que durante su reciente intervención en el Senado, Janet Yellen “mostró sin duda un tono un poco más agresivo de lo que fueron sus discursos más recientes”, porque reconoció públicamente el crecimiento de los salarios, la mejoría del mercado laboral y el repunte de las expectativas de inflación, aclaró que la Fed espera un aumento en el tiempo de los tipos de referencia neutro e indicó que los riesgos en el punto de mira – cambios en la política fiscal, evolución de la productividad, coyuntura internacional- son más al alza que la baja. Morel se fija asimismo en que, mientras que en el discurso de enero de Yellen la política monetaria era “moderadamente expansiva”, en cambio en su intervención en el Senado ha pasado a ser “acomodaticia”.
Para el economista jefe, “una subida de tipos en marzo sería posible si el informe de empleo fuese excelente”. Sin embargo, aclara, “nos parece poco probable porque podría interpretarse como agresivo en el sentido de que conduciría a los mercados a considerar un paquete de 4 subidas de los tipos de interés en 2017”.