Primeros análisis de las gestoras internacionales a la subida de tipos de la Fed

Foto cedida (Federal Reserve)

Nueva fase del ciclo monetario estadounidense. En su reunión de julio, la Reserva Federal se ciñó al guión original y, a pesar de la presión de los halcones, subió los tipos en 75 puntos básicos. Es una alza agresiva en términos históricos, pero ya normalizada en este contexto de inflación de doble dígito. Y sin embargo, entramos en una nueva fase. La fase datodependiente.

Pongamos en contexto la política monetaria actual. La Reserva Federal sigue adelantando las subidas de tipos para luchar contra la alta inflación. Como señala Jason England, gestor de renta fija global de Janus Henderson, los 150 puntos básicos que se han subido en las últimas dos reuniones son las subidas más concentradas desde la era Volcker de principios de los 80. Otra señal, opina England, de cómo la Fed está comprometida con devolver a la inflación al objetivo del 2%. Así, el tono actual de la política monetaria se sigue inclinando hacia una postura más restrictiva.

Pero al igual que el Banco Central Europeo abandonaba explícitamente su forward guidance la semana pasada, la Fed también se adentra en territorio sin pistas previas. Ambas dejarán de ofrecer orientaciones a futuro y dependerán únicamente de los últimos datos. ¿Acaba de dar Powell el primer paso hacia otro cambio de rumbo? La pregunta que se hace James Athey, director de Inversiones de abrnd, refleja bien el sentimiento del mercado. La respuesta obvia a esta interpretación, ve, es una curva de rendimiento más pronunciada, un dólar más débil y unos activos de riesgo más fuertes. "El problema, por supuesto, es que estos mismos movimientos del mercado actúan para relajar aún más las condiciones financieras en un momento en el que la inflación se mantiene en un máximo de 40 años. No es el resultado que nadie en el edificio Eccles hubiera querido ver", reconoce.

Una Fed datodependiente

La clave está en las palabras clave utilizadas en la reunión. Como bien resalta Salman Ahmed, responsable global de Macroeconomía y Asignación Estratégica de Activos de Fidelity International, en los comentarios efectuados durante la rueda de prensa, quedó patente que la inflación y la fortaleza del mercado laboral son los dos factores a los que se presta una atención constante y que determinan el ritmo de las subidas. Y esto es precisamente lo que le hace pensar que ya está gestándose una importante desaceleración que comenzará a evidenciarse en las estadísticas durante las próximas semanas y meses.

Y es lo que se está poniendo en precio en los mercados: un ritmo de endurecimiento menos agresivo en la segunda mitad del año. Basta con mirar el rebote con fuerza que ha vivido el Nasdaq ante la esperanza de que pudiera anticipar el tope del ciclo de subidas de tipos de la Fed.

En renta fija, la curva del Tesoro de EE.UU. se ha aplanado gracias a la subida del tramo corto. Por ello, Morgane Delledonne, responsable de Estrategia de Inversión para Europa de Global X, ve más riesgo de una sorpresa de tipo dovish a medida que avanzamos en el segundo semestre, en medio de una marcada desaceleración económica, un bajo nivel de confianza empresarial y una mayor diversidad en la presentación de resultados del segundo trimestre, así como una desaceleración mundial.

Señales contradictorias, corto plazo incierto

Así, nos adentramos en unas semanas muy complejas para la política monetaria. Como bien han resaltado los expertos, entra en juego el equilibrio de varios datos y factores que mandan señales muy distintas. El FOMC señaló que sigue muy atento a los riesgos de inflación existentes y que está comprometido en volver a situar la inflación en el objetivo del 2%. Sin embargo, también reconoció que el gasto y la producción se estaban debilitando a pesar de las aún sólidas condiciones de empleo.

Para Charles Diebel, director de Renta fija de Mediolanum International Funds Limited, este es el primer reconocimiento de la ralentización de la economía estadounidense y, a su vez, es el primer paso que señala una ralentización del ritmo de subidas de tipos. “Además, el hecho de que la tasa de interés terminal no parezca haber cambiado pone de manifiesto que se está avanzando hacia el final del ciclo actual”, defiende.

Las señales contradictorias hacen que la evolución a corto plazo de la política de la Fed siga siendo incierta”, reconoce Ahmed. De hecho, no descarta que a corto plazo los datos económicos, que muestran una imagen atrasada de la economía, apoyen una nueva subida de tipos. “Corremos el riesgo de que la Fed endurezca su política con demasiada fuerza y demasiado rápido, lo que haría inevitable un aterrizaje forzoso”, advierte el experto de Fidelity.

A la espera de Jackson Hole

Y coincide en esa línea Thomas Costerg, economista de Pictet WM para EEUU. Para él, el principal riesgo es un ajuste monetario demasiado abrupto. Que aumente innecesariamente la tasa de desempleo muy por encima de lo que se necesita, dado el efecto inercia en la economía varios meses después.  “Hasta cierto punto, pueden estar dando la bienvenida a la deflactación inmobiliaria. Aunque existe el riesgo de que se exceda con su ajuste y que la inercia del sector de la vivienda prolongue más de lo deseado la debilidad económica”, plantea.

La Fed está librando una batalla contra la inflación que puede durar muchos meses. De hecho, no está segura de cuánto tiene que apretar. Es muy difícil prever la inflación debido a las no linealidades, la dinámica de los grupos pequeños y los desfases. Lo que hemos visto es que algunos bancos centrales de los países emergentes persiguen la inflación y la endurecen, pero no está claro si esta es la situación en los Estados Unidos, y los datos del segundo trimestre deberían darnos una idea más clara”, interpreta Sebastien Galy, responsable de estrategia macroeconómica de Nordea AM. Por ello, hay expertos, como England, que aún cree que es pronto para vislumbrar ese freno en el ciclo de subidas.

Por suerte, recuerda Christian Scherrmann, economista de DWS, no tendremos que esperar hasta septiembre para obtener una actualización importante sobre la evolución del pensamiento del FOMC. En el Simposio de Jackson Hole previsto para finales de agosto podrían surgir posibles reajustes en la futura postura de la Fed. “Sin embargo, a menos que se produzcan grandes y agradables sorpresas en los precios, esperamos que la Fed siga insistiendo en su estrategia de endurecimiento, aunque es probable que sus cambios de tipos en otoño sean de menor intensidad”, prevé.